Peñarol venció a Nacional por penales y se coronó campeón del Intermedio por primera vez en su historia. El carbonero convirtió los cinco tiros desde el punto, ante el temible Luis Mejía, que tantas veces fue figura en las tandas y esta vez no pudo atajar ninguno. David Terans, Leonardo Fernández, Leonardo Coelho, Stiven Muhlethaler y Leandro Umpiérrez anotaron para los de Diego Aguirre.
Fue un partido parejo, con momentos de intensidad y buen juego y otros de tedio, sobre todo cuando el cansancio empezó a pesar en los futbolistas durante el alargue.
Pese a que empataron en el tiempo regular y el tricolor sumó su décimo clásico sin perder, el carbonero se sacó la mochila de una racha adversa sumando el título en una final ante el tricolor. Desahogo para los de Diego Aguirre pensando en el inicio del segundo semestre, en el que el aurinegro tiene la serie ante Racing de Avellaneda por los octavos de final de la Copa Libertadores y el clásico en la segunda fecha en el Campeón del Siglo, donde puede descontar directamente en la anual.
Hinchas de Peñarol, el 6 de julio, en el estadio Centenario.
Foto: Ernesto Ryan
El plantel se quedó festejando junto al público. El título del Intermedio no significa mucho, pero ganar una final clásica siempre es especial.
Con intensidad pero sin goles
El primer tiempo mostró cosas diferentes a lo que se esperaba en la previa por la conformación de los equipos y el pasado reciente. Nacional arrancó con mayor intensidad, pero rápidamente Peñarol lo igualó en ese aspecto y pasó a dominar el trámite, parándose más arriba de lo esperado y con los dos volantes ofensivos jugando como punteros.
Diego García, por la izquierda, y Javier Cabrera, por la derecha, complicaron por las bandas. El bolso sufrió el escaso retroceso de Rómulo Otero y Jeremía Recoba, por momentos los laterales quedaron muy solos. El equipo de Aguirre sumó aproximaciones pero no las transformó en situaciones claras de gol. Hubo remates desviados, algunos débiles a las manos de Mejía, y otras jugadas que no terminaron de la mejor manera.
Nacional, de a poco, fue acomodándose mejor. Lucas Morales hizo un surco por la derecha y Gonzalo Petit bajó a jugar con los volantes. Desde el medio fue generando buenos circuitos de pases para llegar al área rival, pero le faltó profundidad por las puntas en la zona de influencia.
La más clara fue del bolso, en un tiro de esquina en el que Sebastián Coates les ganó a todos. Su cabezazo fue al ángulo, pero una volada espectacular de Martín Campaña impidió que el tricolor se pusiera en ventaja.
El primer tiempo fue parejo y se fue sin goles, con la jugada más peligrosa para Nacional y el dominio de Peñarol. En ese momento daba la sensación de que, para cambiar el trámite, Pablo Peirano tenía más plata en el banco.
Martín Campaña ataja el penal a Gonzalo Carneiro, el 6 de julio, en el estadio Centenario.
Foto: Ernesto Ryan
Buscaron un tesoro bien escondido
Sin arriesgar en demasía, los dos tuvieron momentos en el complemento e intentaron llegar al área rival. Hubo situaciones de gol, tímidas, pero que ilusionaron al público.
Peñarol arrancó con todo el segundo tiempo, ejerciendo una gran superioridad física e imponiendo condiciones desde la presión en la mitad de la cancha; crecieron en el partido Eric Remedi e Ignacio Sosa. El desgaste del equipo de Aguirre fue grande, y pudo abrir el marcador con lanzamientos lejanos de Leo Fernández y Pedro Milans; el primero obligó a una gran atajada de Mejía, el segundo pasó cerca.
Nacional mejoró con los cambios. Ninguno de los de arriba había funcionado y Peirano decidió sacar a Recoba, Otero y Petit. El carbonero sintió el desgaste y se replegó, al bolso le faltó claridad pero le sobró ímpetu para ir a buscarlo y tuvo otra situación clara que sacó Javier Méndez sobre la línea.
Las dos zagas jugaron un partido espectacular. Coates y Julián Millán, más hundidos y sacando todo lo que llegó al área; Méndez y Nahuel Herrera, en campo abierto y yendo sobre los atacantes del rival, ganaron todos los duelos.
En los últimos minutos hubo tensa calma, esa que se aproxima sobre el final, cuando nadie quiere arriesgar demasiado por miedo a perder. Estirar el encuentro 30 minutos fue un acuerdo tácito, el tiempo regular terminó sin goles. Alargue en la soleada tarde invernal del estadio Centenario que fue perdiendo sol y creciendo en frío.
Una para cada lado
En el suplementario hubo una situación clara para cada lado. En el primer chico fue para Peñarol; David Terans entró pisando el balón como en un fútbol 5 entre amigos, pero cuando fue a definir se encontró con una intervención soberbia de Mejía.
La de Nacional fue al final, cuando Villalba ganó en velocidad y dejó por el camino a Campaña. Lo corrió Maximiliano Olivera con todo lo que pudo y, antes de que definiera, el capitán de Peñarol metió la pierna para desviar lo que era conversión inminente. Ostojich terminó cobrando mano del jugador tricolor.
Hubo poco más en el suplementario, el carbonero se quedó con diez por una durísima falta de Remedi, que fue roja directa. Pensando en el futuro, se podría perder el clásico del Clausura en el Campeón del Siglo, en caso de que le den dos fechas.
Javier Méndez, de Peñarol.
Foto: Ernesto Ryan
Peñarol metió los cinco penales
Para muchos, los penales son una lotería; para otros, una mezcla de calidad y templanza. Peñarol arrancó con la confianza arriba, Terans metió el primero y Gonzalo Carneiro falló; Campaña se tiró hacia su izquierda y atajó. Desde ahí la presión fue del tricolor, pero Mejía nunca pudo atajar para volver a darle paridad a la definición.
Peñarol sumó su primer título en el Torneo Intermedio en la octava edición del certamen. Es el tercer equipo en lograrlo; anteriormente lo habían ganado Nacional, en cinco oportunidades, y Liverpool en las dos restantes. Fue la segunda final para el aurinegro, que había llegado en 2024, cuando también se definió en un clásico y por penales.
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