De acuerdo con los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística. Dado que en la misma ventana de tiempo los precios al consumo aumentaron 9,4%, los salarios volvieron a perder poder de compra en diciembre: el salario real cayó 1,5% en relación con el mismo mes del año pasado.
La caída del poder adquisitivo observada en diciembre es la más moderada desde que irrumpió la pandemia en nuestro país –la más pronunciada se produjo en mayo, cuando el salario cayó 3,1% en términos reales–, pero representa el peor cierre anual desde 2003.
El comportamiento del salario real difiere entre los sectores público y privado. En el caso del primero, la pérdida de poder adquisitivo respecto de igual mes del año anterior fue 0,2% en diciembre. En contraste, la caída en la órbita del sector privado ascendió a 2,2% interanual.
A la interna del sector privado, el sector Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones fue el que registró el menor aumento nominal durante diciembre –5,6% interanual–. Le siguieron los sectores Enseñanza y Comercio –ambos con un incremento de 6,6%–. En contraposición, los aumentos nominales más altos se alojaron en la Construcción y en las Actividades Inmobiliarias –8,1% y 8% respectivamente–. Igualmente, en estos casos el aumento salarial tampoco fue suficiente para compensar el impacto de la inflación sobre el poder de compra.
En el ámbito del sector público el mayor aumento nominal se registró en los gobiernos departamentales y alcanzó el 10%. De esta manera, en este caso no hubo caída en el poder de compra. En el gobierno central y las empresas públicas, los aumentos en relación a diciembre de 2019 se ubicaron en 9% y 8,9% respectivamente.
Considerando la dinámica anual, los salarios nominales dieron cuenta de un crecimiento de 7,8% respecto de 2019. Esto determinó una caída anual promedio del poder de compra equivalente a 1,7%. En ese sentido, la caída del salario real en 2020 fue consecuencia de la moderación de los salarios nominales –1,4 puntos porcentuales– y del incremento de los precios –la inflación promedio de 2020 fue 9,8%, casi dos puntos porcentuales superior a la registrada en 2019–.
Por último, el índice medio de salarios nominales, utilizado para el ajuste de las pasividades, aumentó 7,6% en diciembre.
Si bien aún no se conocen los datos de cierre para el mercado laboral, la conjunción de lo sucedido en la órbita de los salarios con la caída observada en materia de empleo –que se estima en el entorno de los 60.000 puestos– supone un duro golpe para los ingresos de los hogares; con datos a noviembre, el ingreso medio de los hogares registraba una caída interanual de 5,9% en términos reales –en mayo había sido superior a 13%–.