Pocos fenómenos económicos tienen un impacto tan generalizado en la sociedad como la evolución de los precios de los bienes y servicios. En Uruguay es el Instituto Nacional de Estadística (INE) quien se encarga de medir dicha evolución, y lo hace mediante el Índice de Precios al Consumo (IPC). Para su elaboración, el INE selecciona comercios de Montevideo y de algunas localidades del interior y releva el precio de determinados productos mediante entrevistas (a excepción de las cadenas de supermercados, que le envían la información directamente). Este proceso de relevamiento se realiza durante los primeros 20 días de cada mes y abarca 374 productos (la mayoría son alimentos y bebidas no alcohólicas).
La inmensa cantidad de datos disponibles en línea y la facilidad para su acceso están transformando la economía de varias formas. Por ejemplo, al poder abordar de otra manera los problemas que típicamente han ocupado a esta ciencia. En esta columna busco mostrar algunos resultados obtenidos a partir del análisis de cerca de 250.000 precios de artículos descargados de las páginas web de los supermercados Tienda Inglesa y Disco entre 2020 y 2021. Estos precios fueron descargados el primer día de cada mes entre mayo y octubre de 2020, y descargados nuevamente el primero de junio de 2021. En la siguiente tabla se presentan algunos datos generales para cada supermercado.
Como puede apreciarse, Tienda Inglesa tiene a la venta cerca de 8.000 productos más que Disco. Si nos centramos en los productos que son alimentos o bebidas, vemos que ambos supermercados ofrecen cantidades similares en sus catálogos. A partir de estos datos pretendo responder tres preguntas: 1) ¿cuál fue la variación general de precios en ambos supermercados?; 2) ¿cuál fue la variación de precios según el tipo de producto?; 3) ¿cuál fue el resultado del acuerdo de precios entre el gobierno y las cadenas de supermercados durante 2020?
1. ¿Cuál fue la variación de precios puestos a la venta en ambos supermercados?
Mediante el código de barras es posible identificar aquellos productos que aparecen tanto en junio de 2020 como en junio de 2021. En el primer gráfico se muestra la evolución de los precios, considerando alimentos y bebidas, que aparecen simultáneamente en junio de 2020 en Tienda Inglesa y Disco y que también aparecen en ambos supermercados en junio de 2021.
En junio de 2020 los mismos alimentos y bebidas tenían un precio promedio de $ 164 en Disco y $ 170 en Tienda Inglesa. En junio de 2021, esos mismos productos aumentaron $ 11 en Disco y $ 15 en Tienda Inglesa. Esto implica un aumento promedio de 6,6% y de 8,8% para cada supermercado, respectivamente. Detrás de esta diferencia de precios promedio, existen diferencias mayores entre los mismos productos que son vendidos en ambos supermercados. Por ejemplo, en junio de 2021, el mismo vino o whisky tienen diferencias que son a veces superiores a los $ 700 en función del supermercado en que se busque. A su vez, productos como café, postres helados o hamburguesas congeladas, pueden llegar a tener diferencias superiores a $ 100 entre ambos lugares.
Importa mencionar que, al utilizar el código de barras para identificar cada producto, dejamos por fuera de la comparación muchos productos que carecen de un código de barras propio. Por ejemplo la carne, las frutas, las verduras o los productos de panadería no tienen por lo general un código de barras propio que permita hacer la comparación entre Tienda Inglesa y Disco. En ese sentido, los resultados presentados en el gráfico anterior deben considerarse a la luz de esto: no necesariamente los productos que cumplían la condición de aparecer en junio de 2020 y junio de 2021 en ambos supermercados son reflejo de la evolución general de los precios de los alimentos y bebidas a nivel general.
2. ¿Cuál fue la variación de precios de los distintos tipos de productos?
A efectos de poder considerar no solo los productos con un código de barras, sino también aquellos que no lo tienen, es posible agruparlos por tipos o secciones al interior del supermercado. Es decir, no miro si la tira de asado es más cara en Tienda Inglesa o Disco, sino que únicamente miro cuál fue la evolución del precio de la tira de asado que vende Tienda Inglesa entre junio de 2020 y junio de 2021 por un lado, y cuál fue la evolución de la que vende Disco, por otro.
Al cabo de un año, casi todas las categorías, en ambos supermercados, tuvieron variaciones positivas en su precio y en la mayoría de los casos el aumento fue mayor en Tienda Inglesa que en Disco. En ambos supermercados se destaca el aumento en el precio de las bebidas sin alcohol, lácteos y quesos, todos con un incremento superior a 10%. La caída en el precio de las frutas en Tienda Inglesa está dada, principalmente, por la caída en el precio de la manzana, el kiwi y la uva.
En el caso de Tienda Inglesa, debe notarse que entre junio de 2020 y junio de 2021, el kilo de la “Uva Red Globe” pasó de $ 229 a $ 129. Este precio ya lo tenía en mayo de 2020 y lo aumentó a $ 229 al mes siguiente. Una situación similar es la del kiwi. Si se eliminan estos ítems, que presentan variaciones muy significativas del precio, el aumento de la fruta en Tienda Inglesa es similar al observado en Disco. Importa notar que ninguno de estos dos productos es considerado en el cálculo del IPC.
3. ¿Cuál fue el efecto del acuerdo de precios entre el gobierno y los supermercados?
A principios de mayo de 2020, el gobierno acordó con supermercados y comerciantes la fijación de los precios de un conjunto de alimentos, bebidas y productos de higiene básica. Dicho acuerdo rigió entre el 11 de mayo y el 11 de agosto. Los productos que cada cadena acordó no aumentar fueron publicados en la página web de Presidencia. Utilizando la lista de productos publicada por cada supermercado se logró identificar 126 artículos que forman parte del acuerdo de Tienda Inglesa, y 370 que forman parte del acuerdo de Disco. A continuación menciono tres puntos que considero importante destacar sobre el acuerdo. Uno sobre la disponibilidad de productos, otro sobre el cumplimiento del acuerdo y otro sobre el efecto del acuerdo sobre los precios en el corto y largo plazo.
a) Disponibilidad de productos: según publica el sitio de Presidencia, el acuerdo fue hecho sobre los precios de los productos, pero no hace referencia a la disponibilidad de estos productos en el supermercado. Diversos trabajos que han estudiado la implementación de acuerdos similares en otros países observan que los supermercados no siempre disponen de todos los bienes incluidos en el acuerdo durante la totalidad de su vigencia.
Esto puede ser estudiado de forma parcial con nuestros datos, dado que fueron recolectados el primer día de cada mes, mientras que el acuerdo comenzó el 11 de mayo y terminó el 11 de agosto. No obstante se observa que de las cuatro veces que se descargaron los datos entre el 1 de mayo y el 1 de agosto, 31% de los productos que fueron parte del acuerdo no pudieron ser encontrados al menos una vez. Asimismo, 8% de los productos no fueron encontrados al menos dos veces y 3,5% de los productos no fueron encontrados tres de las cuatro veces que se descargaron los datos. Si se considera únicamente el período del 1º de junio al 1º agosto, cuando el acuerdo estaba vigente, 15% de los productos no fueron encontrados al menos un mes.
Como complemento, hay productos que fueron puestos a la venta durante el acuerdo y luego de concluido, o antes de que comenzara, no fueron encontrados. Por ejemplo, del 1 de junio al 1 de agosto se encontraron 433 productos entre los dos supermercados que habían sido incluidos en el acuerdo. En setiembre y octubre, meses en que el acuerdo ya no regía, no se pudieron encontrar 37 de esos productos, y en junio de 2021 no se encontraron 47 de los productos que fueron parte del acuerdo.
b) Cumplimiento del acuerdo. El segundo comentario viene por el siguiente gráfico, que identifica los productos en función de si su precio de venta era igual, menor o mayor al precio que fue establecido en el acuerdo.
Si bien la mayoría de los productos fueron vendidos igual o por debajo del precio acordado, se puede identificar productos que fueron vendidos a un precio superior al que fue publicado en el acuerdo. Entre junio y agosto, período de vigencia del acuerdo, 11 productos fueron vendidos por encima del precio acordado en una o varias oportunidades. La siguiente tabla presenta algunos bienes cuyo precio fue encontrado por encima del precio acordado.
También cabe destacar que los precios que estaban por debajo de lo acordado estaban en promedio $ 19 más bajos que el precio acordado, en tanto que los precios que estaban por encima de lo acordado estaban en promedio $ 45 más. Si excluimos los items “Frankfruters Cortos Schneck” y “Pañales Pampers Comfort Sec”, cuya diferencia de precio parece particularmente grande, el promedio de precios de aquellos bienes que fueron vendidos con un precio superior al del acuerdo es de $ 27.
c) Efectos del acuerdo en el corto y largo plazo. Un último comentario refiere al efecto que el acuerdo tuvo en la evolución de los precios de alimentos y bebidas (mayoría de productos dentro del acuerdo). El gráfico que se presenta a continuación ilustra la evolución de los precios en promedio, distinguiendo los bienes que son parte del acuerdo y aquellos que no lo son. En el gráfico de la izquierda se presenta dicha evolución en el período junio-agosto, que fue cuando el acuerdo rigió, y en el gráfico de la derecha se presenta la evolución anual, comparando los precios entre junio de 2020 y junio de 2021.
El impacto del acuerdo en el aumento de precios parece ser transitorio y pequeño. Durante el período de vigencia del acuerdo, los precios de los alimentos y bebidas incluidos aumentan menos que los precios de aquellos que no fueron incluidos (en el caso de Disco, incluso, tienen una caída de 0,9%). La diferencia de aumento entre los productos que eran parte del acuerdo y los que no lo eran es cercana a 1%. No obstante, este período de menor aumento fue seguido por un período en el que los precios de los alimentos y bebidas que eran parte del acuerdo fue mayor que el de aquellos que no eran parte. Esto se observa tanto para Tienda Inglesa como para Disco, cuyos acuerdos implicaron listas de productos que en gran medida eran distintas una de la otra.
A modo de cierre
La intención de esta columna es mostrar cómo, utilizando big data, es posible aproximarse desde otro ángulo a los problemas que típicamente han ocupado a la economía, como lo es el aumento de los precios. La forma que se utilizó para recolectar los datos, conocida como web scraping, no busca reemplazar las ya existentes, pero creo que hay espacio para que ambos procedimientos se complementen.
En particular, considero que el método empleado aquí es atractivo por al menos dos motivos. Primero, porque permite obtener datos sobre miles de productos de una forma rápida y a un costo bajo. Si bien no es el caso de Uruguay, esto resulta particularmente valioso en países que tienen una alta inflación, cuyos precios cambian con mayor frecuencia (por ejemplo todos los días) o falta de credibilidad en las estadísticas oficiales. Segundo, porque la mayor velocidad en la recolección de precios viene acompañada, a su vez, de un mayor grado de detalle. El mayor nivel de detalle permite analizar varios fenómenos, como los efectos de una pandemia en el precio de determinados bienes o también políticas de acuerdos de precios sobre determinados productos, como la que se acaba de mostrar.
La metodología aquí utilizada se basó en el proyecto “The Billion Prices Project”, iniciativa llevada adelante por Alberto Cavallo y Roberto Rigobon. Quienes estén interesados en profundizar en el uso de este procedimiento para medir la inflación encontrarán en la página del proyecto una gran cantidad de artículos al respecto, así como de datos de varios países para descargar.
Para terminar, considero que las ciencias sociales en general, y la Economía en particular, pueden sacar un enorme beneficio incorporando técnicas y herramientas de big data e inteligencia artificial. El análisis realizado aquí, en base a precios de supermercados, es posible de extender hacia otras áreas. Datos sobre el mercado laboral o inmobiliario, redes sociales o movilidad están muchas veces al alcance de una computadora personal. Creo que, además, esto permitiría dejar de tratar los datos como algo “dado”, proporcionándole a investigadores y analistas la oportunidad de involucrarse personalmente en el proceso de recolección de esta información.
Mateo Seré es PhD Student in Economics, University of Antwerp, Bélgica.