Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) permiten analizar la evolución de los ingresos para el hogar en su conjunto y, también, en términos per cápita, considerando tanto el promedio (gráfico 1) como la mediana (gráfico 2), para ambos casos.
Consideraciones generales
Estos datos surgen de la Encuesta Continua de Hogares, que releva los ingresos personales y del hogar, tomando en cuenta el criterio de la “periodicidad regular” para que una entrada se considere como ingreso, es decir, considera sólo aquellos ingresos que no son extraordinarios.
Desde el punto de vista de los ingresos personales, el relevamiento toma los ingresos por trabajo (dependiente e independiente, en dinero y en especie); los ingresos por transferencia (que incluyen los ingresos provenientes de instituciones públicas o privadas, también en dinero y en especie, y, además, las contribuciones por divorcio o separación que se reciben de otros hogares), y también otros ingresos, donde se incluye, por ejemplo, la devolución del Fonasa.
Por otra parte, en cuanto a los ingresos del conjunto del hogar, las partidas consideradas para la medición son las transferencias de otros hogares; las rentas derivadas de la propiedad de activos físicos y financieros; los ingresos por dividendos y utilidades de negocios en los que la persona no trabaja, y las indemnizaciones por despido.
Sobre el promedio de los ingresos
Ingreso de los hogares
Durante el tercer trimestre el ingreso promedio de los hogares aumentó 6,3% interanual, una vez descontado el efecto de la inflación. De esta manera, el indicador revierte la tendencia de los dos trimestres previos: había caído 1,5% en el segundo trimestre y 1,8% en el primero.
Ingreso per cápita
En términos per cápita, el ingreso promedio de los hogares también exhibió un incremento entre julio y setiembre, con un avance de 6,5% frente al mismo período del año anterior. Esto también contrasta con lo ocurrido durante la primera mitad del año, dado que esta medición también mostró retrocesos en ambos trimestres.
Sobre la mediana de los ingresos
Ingreso de los hogares
Una aproximación adicional a la evolución del ingreso real de los hogares resulta de analizar el indicador en función de la mediana, y no del promedio. Formalmente, la mediana se estima ordenando los ingresos de menor a mayor y tomando la cifra que queda justo en el medio, de forma de evitar las distorsiones que pueden generar los datos que se ubican en ambos extremos, como ocurre con el promedio.
En efecto, un incremento muy fuerte de los ingresos en la cola superior de la distribución –por ejemplo– “tira” el promedio hacia arriba, y lo mismo ocurre en el caso opuesto (una caída importante concentrada en los hogares más pobres “tira” hacia abajo ese valor). En ese sentido, la mediana es el valor que parte los hogares en dos cuando se los ordena por su ingreso: una mitad de la población percibe un ingreso menor a la mediana y la otra mitad un ingreso superior.
En este caso, los últimos datos del INE sugieren incrementos menores para el tercer trimestre y muestran resultados distintos para los dos primeros trimestres del año (con respecto a lo que surge de los análisis enfocados en los promedios).
Concretamente, el ingreso de los hogares aumentó 3% desde esta perspectiva, lo que implica una aceleración del ritmo de crecimiento con respecto al aumento de 2,6% constatado durante el segundo trimestre. Para esta última ventana temporal, los datos considerados en términos promedio arrojaban una contracción; de ahí la importancia de considerar ambas aproximaciones para captar mejor lo que está sucediendo con la evolución de los ingresos.
Ingreso per cápita
En este caso sucede algo similar, en tanto el ingreso per cápita crece menos considerando la mediana (4,6%) que tomando el promedio (6,5%). Según la mediana, el ingreso por persona no se contrajo en el segundo semestre (como sugiere el promedio), aunque apenas creció en términos interanuales (0,2%).