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Retroceder para homogeneizar: el futuro incierto del Instituto Académico de Educación Social

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En los últimos años hemos sido testigos de un proceso de precarización sistemática en la formación de educadores y educadoras sociales en Uruguay, evidenciando una política de debilitamiento del espacio y estructura académicos construidos en el Consejo de Formación en Educación (CFE) entre 2010 y 2019.

Las decisiones adoptadas por el anterior Consejo en muy poco tiempo desmantelaron avances logrados en más de una década para todas las carreras de formación en educación: la eliminación de los coordinadores de institutos, departamentos y unidades académicas; el cambio inconsulto de los planes de estudio; la instalación de figuras como mentores y dinamizadores, orientadas a traccionar la transformación educativa sin considerar las estructuras académicas existentes; la suspensión del capítulo XIV del Estatuto Docente de la Administración Nacional de Educación Pública, que establecía cargos docentes con criterios académicos y no por antigüedad fueron algunos de los retrocesos de la administración pasada.

En este contexto, el Instituto Académico de Educación Social (IAES) logró mantener uno de los cuatro cargos de coordinación (coordinador nacional del IAES), que permitió sostener un mínimo de actividad académica. No se trata de un privilegio frente a las demás carreras, sino una respuesta a la especificidad de la formación en educación social, que el CFE no supo cómo abordar, poniendo en riesgo el funcionamiento de la carrera en años anteriores.

Entre sus funciones destacaba la coordinación y convenios con más de 200 instituciones a nivel nacional para el desarrollo de prácticas preprofesionales, así como la articulación de cursos, seminarios y proyectos optativos vinculados al área social y artística de la Udelar. Además, el IAES representaba la Educación Social en las unidades académicas asociadas con la Universidad de la República (Udelar), impulsando proyectos de investigación y extensión. Asimismo, desempeñaba un rol clave en la asesoría al Consejo para adecuar las normativas según la especificidad disciplinar, brindaba apoyo a las direcciones de los institutos y áreas administrativas del CFE en temas vinculados a la educación social, y colaboraba con las comisiones locales de carrera en la evaluación y aprobación de cursos del trayecto de optativas y elegibles. También sostuvo la organización de eventos académicos, la referencia de tribunales de llamados docentes y la gestión de la Revista de Pedagogía y Educación Social, entre otras actividades relevantes.

El cargo de coordinador venció el 28 de febrero de este año, como sucede anualmente, dado que no es un cargo efectivo. A pesar de haber informado a las nuevas autoridades del CFE en tiempo y forma, el Consejo actual decidió reducir aún más la estructura académica para la educación social. La convocatoria a elección para el cargo de coordinador académico del Departamento de Práctica de Educación Social disminuye de hecho los cometidos del IAES. Esta medida no sólo empeora las condiciones ya precarizadas del IAES, sino que evidencia una lógica de vaciamiento pedagógico-político que restringe la función académica a una mera gestión administrativa para la realización de las prácticas preprofesionales.

Lo que está en juego no son solo unos cargos, ni un conjunto de horas docentes. Es la concepción misma de la formación en educación social en Uruguay.

Desde la sala nacional de prácticos del IAES hemos insistido en la necesidad urgente de restituir todas las estructuras académicas, para todas las carreras del CFE, que permita el desarrollo de actividades académicas esenciales. En la reunión del 12 de marzo con las nuevas autoridades, presentamos un diagnóstico preocupante: el desmantelamiento del IAES ha alcanzado un punto crítico. El impacto de esta situación trasciende lo administrativo y repercute directamente en la calidad formativa de los futuros educadores y educadoras sociales. El Plan 2023 define las prácticas como el “eje vertebrador” de la formación en Educación Social. Sin embargo, sin una estructura académica consolidada, ese eje se fragmenta. En el día a día, constatamos cómo la ausencia de coordinadores académicos dificulta la planificación, el acompañamiento pedagógico de los estudiantes, la gestión de convenios interinstitucionales y la articulación con las instituciones que reciben estudiantes para realizar las prácticas.

La justificación presentada por dos representantes del CFE para no reinstalar el IAES y sus coordinaciones, basada en el argumento de “igualdad” al señalar que las demás carreras no cuentan con esos espacios académicos, resulta inaceptable para el colectivo docente. Con ese argumento, se reducen estándares y se eliminan figuras estratégicas sin ofrecer alternativas que fortalezcan la gestión de la formación en educación social durante 2025. Esta postura no sólo compromete la calidad formativa, sino que envía un mensaje preocupante: en lugar de impulsar el avance y la profesionalización, se prioriza una aparente homogeneidad que, en los hechos, consolida la precarización.

La acción de escucha no debe ser selectiva, privilegiando unas estructuras o colectivos sobre otros, sino que debe ser amplia, inclusiva y verdaderamente democrática. Igualar las estructuras académicas no debería desatender la diversidad ni la especificidad de las distintas formaciones. Valoramos los mensajes de la nueva administración respecto a procesar cambios sin imponer un enfoque refundacional, y por ello reafirmamos nuestra disposición a contribuir activamente en las decisiones que impactan en nuestra formación. ¿Qué camino vamos a seguir? Lo que está en juego no son sólo unos cargos, ni un conjunto de horas docentes. Es la concepción misma de la formación en educación social en Uruguay. ¿Vamos a seguir precarizando? ¿O vamos a apostar por un modelo de formación sólido, anclado en un instituto académico que articule las funciones de enseñanza, investigación y extensión?

Desde la Sala Nacional de Prácticos reclamamos que se habilite un proceso de elección de coordinadores académicos para todas las carreras del CFE, y particularmente para la Formación en Educación Social, mediante un mecanismo simple de elección entre docentes efectivos de cada departamento académico. Este mecanismo contribuirá a consolidar la estructura académica y generar un escenario de posibilidades de cara a la futura Universidad de la Educación.

Los autores son docentes e investigadores de los departamentos de prácticas educativo sociales y pedagogía social del IAES, CFE.

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