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Héctor Cancela (archivo, 2023).

Foto: Martín Varela Umpiérrez

Se publicó plataforma de Héctor Cancela al rectorado de Udelar que propone “un código de ética para la comunidad universitaria”

7 minutos de lectura
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El documento tiene cuatro ejes; se plantea fortalecer la democracia y el funcionamiento interno de la univerisidad y, al mismo tiempo, contribuir con el desarrollo del país.

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Por una universidad participativa y comprometida con el país es el título del documento que nuclea el diagnóstico y las principales propuestas de quienes están nucleados en la candidatura para que Héctor Cancela sea el próximo rector de la Universidad de la República (Udelar).

Cancela es docente de la Facultad de Ingeniería, de la que fue decano entre 2010 y 2015, recientemente también se desempeñó como presidente de la Asociación de Docentes de la Udelar y su candidatura fue la primera en confirmarse. Junto con un grupo de docentes con el que ha estado trabajando de cara a la campaña rectoral, publicaron el documento que puede encontrarse en un sitio web con varias adhesiones, entre la que está la del exrector de la Udelar Rafael Guarga.

El documento se organiza en cuatro ejes y plantea la importancia de una Udelar “más abierta y más comprometida con la justicia social” y con “mayor desarrollo académico, democracia y participación interna”. A su vez, se marca la relevancia del trabajo en conjunto con “todo el sistema público educativo, cultural, de investigación y de atención a la salud” para aportar a la resolución de los problemas del país y también para “atender a la necesaria mejoría de las condiciones de estudio y trabajo” en la Udelar.

En cuanto a las actividades de enseñanza de la universidad, el documento plantea que estas deben apuntar a “la generación de pensamiento crítico y al compromiso ético de las y los universitarios en las transformaciones de la institución y de la sociedad uruguaya en su conjunto, construyendo valores de justicia, inclusión e igualdad”. Además, señalan que “se debe colocar al estudiante en el centro del proceso de formación, con herramientas reales para participar en la construcción de su trayectoria académica”.

En ese marco, se considera oportuno “abrir una discusión a fondo” sobre el impacto de las nuevas tecnologías, tanto de herramientas ya instaladas institucionalmente, como el uso de videoconferencias, pero también otras más disruptivas, como la inteligencia artificial generativa. Sobre estas últimas, se afirma que “requieren una reflexión profunda sobre su uso e impacto, apuntando a la formación de personas capaces de interactuar creativa y críticamente con estas tecnologías”.

Si bien el documento valora positivamente las políticas de investigación desarrolladas por la Udelar en las últimas décadas, se señalan algunos márgenes de mejora. Al respecto, se afirma que “en muchas áreas del conocimiento todavía hay muy pocas personas desarrollando investigación” y, por ejemplo, se marca la necesidad de seguir expandiendo el régimen de dedicación total docente en la institución.

Más allá de que se valora positivamente la reciente formación de institutos centrales de investigación de la Udelar, consideran que su implementación debe ser “acompañada” y luego el proceso debe evaluarse “para entender sus impactos, fortalezas y debilidades”. En tanto, el colectivo marca la necesidad de “fortalecer las convocatorias concursables a proyectos de investigación” y que los distintos equipos de investigación puedan seguir siendo financiados.

Según se propone, las actividades de investigación de la Udelar deben colaborar a “afrontar democráticamente la crisis de desigualdad social y de emergencia ambiental”. En ese sentido y en la misma línea de lo que viene realizando la propia Udelar y otras instituciones del ámbito internacional, es necesario “revisar el modelo dominante de evaluación académica que produce sesgos disciplinarios, de idioma y de objetos de conocimiento”, afirma el documento. Según se completa, dicho sistema está “empobreciendo el campo de conocimiento y reproduciendo desigualdades entre países, disciplinas y académicos/as”.

Sobre la política de posgrados de la universidad, se entiende importante que sea complementada “con una dimensión territorial”, de forma que contribuya a “la consolidación de la investigación en todo el país” y en todas las sedes universitarias.

Extensión universitaria e integralidad de funciones

El documento define a la extensión universitaria como un “compromiso e involucramiento profundo de las personas universitarias como un actor más en procesos de innovación participativos” y se considera que ese enfoque “es esencial para el buen cumplimiento de las funciones universitarias”. Si bien se valora positivamente el desarrollo de los Espacios de Formación Integral (EFI) que se han implementado desde hace años en la universidad, el colectivo entiende necesario contar con nuevas evaluaciones y estudios que permitan profundizar y mejorar dicho formato.

Quienes promueven la candidatura de Cancela al rectorado también entienden que el desarrollo de la extensión debería pensarse “en clave de sistema superior público”. En ese sentido, se habla de “un conjunto de problemáticas sociales y desafíos estratégicos del Uruguay en materia social, educativa, ambiental y productiva”, cuyo abordaje requiere de “la combinación de investigación y extensión en clave interinstitucional entre la Udelar”, la Universidad Tecnológica y el Consejo de Formación en Educación, además “de un fuerte diálogo y acuerdo con la sociedad civil organizada”.

Para un mejor funcionamiento de los EFI, el colectivo entiende necesaria una mayor articulación entre las comisiones sectoriales de Extensión y Enseñanza y, de la misma forma, sería pertinente también fortalecer el vínculo con la comisión sectorial de investigación. Precisamente, se habla de que el desarrollo de las tres funciones universitarias “se enriquece” cuando interactúan entre ellas. Al respecto, el documento plantea la conveniencia de “generar mayores estímulos para alcanzar estas sinergias, de modo que no se conciban como obligaciones individuales que se suman a las existentes, sino como responsabilidades institucionales”.

También se exponen algunas posibles medidas para llevar esa mayor articulación a la práctica, como profundizar en la participación de los estudiantes en actividades de las distintas funciones de manera curricularizada, el fortalecimiento de los programas integrales con los que ya cuenta la Udelar y valorar la generación de nuevos.

La Udelar a nivel país

Otro de los ejes que aborda el diálogo de la Udelar con otras instancias con las que cuenta el país, como las demás instituciones de educación pública. Al respecto, se sostiene la necesidad de “avanzar en la conformación de un verdadero Sistema Nacional de Educación Pública”. Como algunos temas que el documento propone abordar están “la protección de trayectorias, la ampliación de la oferta de formación terciaria, el apoyo al proceso de conformación de una Universidad de la Educación, la creación de un sistema de reconocimiento de créditos que fomente la movilidad horizontal y vertical, y el profundizar la coordinación en territorios, con iniciativas como la conformación de campus conjuntos en distintas localidades del país”.

Por su parte, desde el colectivo consideran necesario “consolidar los aprendizajes de las experiencias de educación en contextos de privación de libertad y darle un marco que permita pasar a una nueva etapa más potente, superando las limitaciones actuales”. En ese contexto, afirman que la generalización del acceso a la educación superior no es solo un derecho de la juventud, sino también “una necesidad estratégica” del país. “Debemos apostar a este objetivo en clave de sistema educativo público, autónomo y coordinado, en el que la Udelar está llamada a cumplir un papel protagónico”, agregan.

Otra de las áreas en las que consideran un diálogo con otras instituciones refiere a las políticas de salud, área en la que la Udelar tiene un importante rol como institución formadora de recursos humanos, pero también realiza actividades asistenciales y de investigación. Al respecto, se refirma la “recurrente” aspiración de la universidad de lograr una “mayor interacción e integración” dentro del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), ya que ello permitiría una “mayor eficiencia y la equiparación de las condiciones de atención y financiamiento”.

En ese sentido, se agrega que también es necesario tener en cuenta la dimensión territorial debido a que la oferta formativa de la Udelar en el área de la salud se ha ido ampliando a distintos departamentos en los últimos años.

El documento asimismo profundiza en los aportes que la Udelar puede realizar al ecosistema de ciencia, tecnología e innovación del país y en la necesidad de un mayor vínculo con el sector artístico y cultural.

Prevención de violencias y funcionamiento institucional

Respecto de las condiciones de trabajo y estudio en la institución, se plantea que, más allá de la buena noticia de que la matrícula estudiantil está en aumento, ello presenta desafíos ante el estancamiento de las horas docentes y de funcionarios técnicos, administrativos y de servicios en la institución. “Esto implica enormes dificultades para atender de manera adecuada el dictado de las carreras en todo el país y para sostener el despliegue geográfico que se ha emprendido. Es prioritario atender a la consolidación de las sedes existentes y no continuar un proceso de construcción con cimientos precarios, de crear nuevas sedes cuando las actuales no tienen los recursos adecuados para su desarrollo pleno”, se sostiene.

Por su parte, se indica que “la estructura de trabajo docente se ha precarizado de manera creciente” y como ejemplo se muestra que si bien el porcentaje de grados 1 y 2 tradicionalmente representaba la mitad de los docentes de la universidad, en los últimos años “han llegado a representar dos tercios del plantel total”. Además, ello va acompañado de “una fuerte concentración en cargas horarias bajas y medias, factor que incide en la fuerte presencia de multiempleo en el cuerpo docente”.

El colectivo también menciona que ese proceso está atravesado por una desigualdad de género, ya que los grados más bajos están fuertemente feminizados, para lo que es necesario “generar políticas que apunten a visibilizar y desmontar estas desigualdades”. En cuanto a lo presupuestal, desde la candidatura de Héctor Cancela se entiende que es importante que la Udelar trabaje para lograr “una mejora general de remuneraciones”, que son actualmente “las más bajas del sistema educativo terciario”.

La plataforma también menciona la importancia de pensar en dispositivos para lograr una “universidad sin violencias ni discriminación”, lo que implica generar un “cambio cultural”, tanto a nivel individual como de los espacios institucionales. En concreto, se señala que es deseable “avanzar en la creación de forma participativa de un código de ética para la comunidad universitaria, que explicite las normas y acuerdos de convivencia, así como los derechos y obligaciones en la construcción de espacios de trabajo y enseñanza libre de violencias”.

Otra de las áreas en las que se plantea generar acciones es la de salud mental, concretamente para desarrollar “dispositivos de promoción y prevención” de situaciones problemáticas, además de “poner en marcha otros que permitan dar un primer nivel de contención interno y de orientación a las personas”.

El colectivo señala que “la toma participativa de decisiones en el ámbito del cogobierno es una de las fortalezas históricas de la Udelar”, ya que la diversidad de opiniones que, “a su vez reflejan visiones de colectivos más amplios, permite encontrar soluciones más robustas y con una mayor base, que luego perduran en el tiempo y no están sujetas a repentinos vuelcos de dirección por la coyuntura del cambio de una persona en un puesto de responsabilidad”.

En ese sentido, se valora especialmente el cogobierno con el que cuenta la institución y se propone reforzarlo, sobre todo para que los órdenes de todos los servicios universitarios tengan la posibilidad de incidir en las decisiones más importantes de la institución. Al respecto, se afirma que las limitaciones muchas veces provienen de la dificultad de conseguir acuerdos sobre posibles cambios en la gobernanza y no tanto de limitantes impuestas por la Ley Orgánica. Al respecto, se afirma que la normativa vigente “permite cambios internos cuyos límites aún no se han explorado plenamente”.

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