El jueves fue el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. El 17 de mayo de 1990 se consolidó la exclusión definitiva de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud. Hace tan sólo 28 años que lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales viven sin ser categorizados como enfermos por esta institución que rige la salud en el mundo.
La celebración de esta fecha comenzó oficialmente en 2005, luego de un año de reflexión. Se celebra en 130 países; en 37 de estos la homosexualidad es ilegal.
Cada año la comunidad global elige un enfoque a priorizar. El eslogan mundial de este año es “Solidaridad y alianzas”. Unirse para posicionar el tema y combatir la violencia es fundamental.
Con esta jornada se intenta poner sobre la mesa la discriminación y la violencia que atraviesan las personas que forman parte de la comunidad LGBT.
En muchos lugares se ha ampliado el marco normativo para garantizar que las personas LGBT no sean vulneradas y puedan mejorar su calidad de vida. Sin embargo, aún hoy más de 70 países criminalizan la homosexualidad, en algunos con penas de privación de libertad y en otros con condena a muerte.
En Uruguay esta fecha se celebró con distintas iniciativas provenientes tanto desde el gobierno como desde la sociedad civil. Entre ellas, hubo un espacio de intercambio sobre diversidad sexual organizado por la Mesa de la Diversidad de la Intendencia de Montevideo. La actividad consistió en una concentración en la explanada del edificio de gobierno departamental para dar lectura a una proclama en la que, además de mencionar los avances en este tema en Uruguay, se mencionó aquello en lo que todavía hace falta avanzar.
Se hizo hincapié en la necesidad urgente de aprobar la ley integral para personas trans. También se repudiaron los actos de odio y discriminación en las redes sociales y aquellas voces que desde el desprecio y la violencia tratar de frenar la aprobación de la ley.