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El derecho a ser de las personas LGBTI: logros, tensiones y desafíos pendientes

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Leído por Abril Mederos.
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En los últimos 12 años, la participación y movilización de los colectivos de las personas LGBTI, sumado a las organizaciones feministas y de derechos humanos, entre otras, impulsaron una agenda inédita en la región de logros jurídicos legales que impactaron en la cotidianidad de cada persona, pareja o familia. Iniciativas como el matrimonio igualitario, la Ley Integral para Personas Trans, las leyes que definen el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva o a técnicas de reproducción asistida o la posibilidad de adopción, representan sin duda avances sustantivos e imprescindibles para generar políticas de inclusión y de igualdad de derechos en nuestro país. Es decir, logros sustantivos, necesarios, imprescindibles, pero no suficientes.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) tiene el mandato ético de avanzar decididamente en el cumplimiento de la promesa transformadora de no dejar a nadie atrás en el marco de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las medidas prioritarias acordadas en el documento final de la I Conferencia Regional de Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, el “Consenso de Montevideo” representan, sin duda, el acuerdo intergubernamental más avanzado del planeta en términos de derechos, género, diversidad, igualdad e inclusión social. A estos compromisos, se suma a nuestra Oficina de Unfpa en Uruguay el Programa País de Cooperación firmado con las autoridades de gobierno para el quinquenio 2021–2025, donde se pone el foco de las acciones estratégicas en la erradicación de la violencia de género y generaciones, la promoción y el acceso a los derechos y a la salud sexual y reproductiva, el desarrollo pleno de la ciudadanía y potencial de adolescentes y jóvenes, lo que significa contribuir fuertemente a erradicar toda forma de exclusión, discriminación y violencia basada en la raza, etnia, género, orientación sexual o cualquier otra dimensión de la identidad. Es por todo esto que, en este Mes de la Diversidad, la Oficina de Unfpa en Uruguay quiere reafirmar el compromiso y el trabajo desplegado con múltiples actores en el reconocimiento y promoción de todos los derechos de las personas LGBTI. En tal sentido, no sólo celebrar y proteger lo conquistado, sino también señalar las asignaturas pendientes.

Un solo ejemplo sirve para visualizar el camino por recorrer: el amplio estudio sobre la convivencia en la educación media realizado en 100 centros públicos y privados y con casi 6000 respuestas de adolescentes y jóvenes, trajo evidencia contundente sobre la persistencia de situaciones de discriminación, estigma y violencia por orientación sexual o expresión e identidad de género.

Los datos son elocuentes al mostrar que tanto el haber presenciado comentarios negativos y/o insultos, como haber experimentado personalmente situaciones de violencia o discriminación, se relacionan con el origen étnico racial y su expresión en el color de piel o forma del pelo, o con la expresión o suposición de la orientación sexual e identidad de género heterodisidentes de las y los estudiantes. Se trata de la generación cotidiana de sufrimientos inútiles e injustos, que atentan contra el derecho a ser y el derecho a la educación, con la consecuencia, muchas veces esperable, de retraso, discontinuidades o claramente interrupción de las trayectorias educativas. La educación sigue siendo vector central de construcción de desarrollo personal, autonomía, emancipación y capital clave para la inserción laboral, por lo tanto, no se debe permitir perder un solo joven en el sistema educativo.

En ese sentido, el Unfpa y Unicef están cooperando intensamente con el liderazgo de la Dirección de Derechos Humanos de la Administración Nacional de Educación Pública y la Dirección Nacional de Promoción Sociocultural del Ministerio de Desarrollo Social para implementar acciones de comunicación estratégicas de promoción de espacios educativos inclusivos y empáticos libres de toda forma de discriminación y violencia, desde una perspectiva de derechos e interseccional, en particular, abordando el racismo, la discriminación racial, y la homolesbotransfobia.

En esa misma dirección, el Unfpa tiene una línea fuerte de apoyo a la institucionalidad pública, nacional o departamental, orientada al diseño e implementación de políticas públicas que integran la diversidad sexual como componente central. A nuestro apoyo a la pionera Secretaría de la Diversidad de la Intendencia de Montevideo, se han sumado ahora las recientes experiencias nacidas con las nuevas administraciones departamentales, como son el Área de la Diversidad de la Intendencia de Florida y el Departamento de Inclusión y Diversidad de la Intendencia Departamental de Rocha. Apoyar sistemáticamente la “descentralización” de los derechos, las políticas, las oportunidades a través de los actores claves que son los gobiernos departamentales, pero también contribuir con nuestra experticia y acompañamiento en la extensión de climas sociales inclusivos y respetuosos de la diversidad afectiva y sexual.

Finalmente, agregamos otros desafíos que interpelan y precisan de alianzas y acciones conjuntas: la persistencia de la sobrerrepresentación de los varones que tienen sexo con otros varones en la afectación por el VIH, la dificultad de muchos servicios, y trabajadores de la salud para escapar de la “presunción de heterosexualidad” reconociendo algunas necesidades específicas para las personas de la diversidad sexual; el reconocimiento de las infancias y adolescencias trans con la posibilidad de vivenciar procesos de transición integrales y amigables, incluyendo los apoyos psicosociales para las personas y familias que lo requieran; la necesidad de insistir y reafirmar, desde todos los lugares institucionales, la diversidad afectiva y sexual como fundamento de la experiencia humana y, por lo tanto, su pleno reconocimiento y respeto.

En este Mes de la Diversidad el Unfpa saluda a todas las personas LGBTI, a sus colectivos y organizaciones, así como a todas aquellas personas e instituciones, incluyendo los organismos públicos, que hacen suyos estas demandas y necesidades de las personas heterodisidentes y trabajan por un horizonte de plena ciudadanía e iguales oportunidades para todas y todos.

Juan José Meré es representante de Unfpa y ONU Sida.

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