El fin del trabajo del Grupo Asesor Científico Honorario ya dio su primer fruto: el presidente Luis Lacalle Pou decidió tomar una medida para impedir el agravamiento de la situación sanitaria. Es que, ante el aumento de viajes al exterior de los uruguayos en estas vacaciones de julio y tras escuchar a las autoridades sanitarias, el mandatario decidió establecer nuevos requisitos para los viajeros que regresan, algo que obviamente no habría hecho si la recomendación hubiera partido del grupo de científicos. Así que, afortunadamente, quienes regresen de un viaje a Europa o Estados Unidos deberán cumplir el siguiente protocolo.
Hacer una cuarentena de siete días en el avión
La experiencia indica que cuando alguien debe hacer una cuarentena en su casa y no es vigilado, las chances de que incumpla el protocolo son altísimas. Ante esto, las autoridades optaron por no permitir que las personas bajen del avión durante una semana, para de esta manera tenerlas vigiladas. Como los aviones no están preparados para albergar personas durante tantos días, los pasajeros estarán habilitados a fumar, hacer camas con cartones y telas arrancadas de los asientos, encender fogatas, tomar vino suelto para sobrellevar la difícil situación y acompañarse de un perro sarnoso.
Traer un Toblerone para cada uruguayo
Los turistas se están poniendo en riesgo, pero lo hacen por decisión propia. El problema es que también están arriesgando la salud de quienes no viajaron. Es por eso que los ciudadanos que vacacionaron en el exterior deben compensar de alguna manera al resto. Y se sabe que la mejor atención que puede tener alguien que se fue de viaje con quien se quedó es regalarle un exquisito Toblerone. Obviamente que comprar 3,5 millones de estos chocolates no es fácil, por lo que el protocolo no exigirá que sean de los grandes, sino que alcanzará con los chiquitos que vienen en una bolsa.
Evitar contar anécdotas del viaje
En este caso no se trata de algo peligroso desde el punto de vista epidemiológico, sino simplemente de una costumbre insoportable para quien tiene que padecer el relato de historias tan extensas como intrascendentes. Las autoridades simplemente aprovecharon la ocasión para intentar desterrar este feo hábito.
Demostrar que el viaje les abrió la cabeza
Una de las principales diferencias entre Uruguay y los países del mundo desarrollado a la hora de combatir la pandemia es el nivel de acatamiento de la ciudadanía a las recomendaciones de las autoridades. Esto se da porque allá la gente tiene otra cabeza y hay otro respeto por el prójimo. El uruguayo, en cambio, es muy de hacer la suya y que todo se vaya al carajo. Viajar a Europa y Estados Unidos, conocer otras realidades, vivir en carne propia el comportamiento de una sociedad civilizada puede servir a los viajeros para que a su regreso se comporten con más responsabilidad. Para demostrar que el viaje les abrió la cabeza, los turistas deberán mantener una conversación en Twitter con Graciela Bianchi sin insultarla.
Dejar un hijo en garantía en el aeropuerto
Los instrumentos legales para castigar a quienes incumplan los protocolos son lentos y complejos, por lo que el gobierno no quiere apostar solamente a ellos. Es por eso que, en lugar de amenazar a los posibles infractores con multas y sanciones, directamente se les enviará todos los días una foto de su hijo, quien estará recluido en un hangar del aeropuerto, junto con el recordatorio de que, si quieren que el pequeño Pedrito vuelva a casa con las falanges de sus dedos completas, tienen que respetar los protocolos.