Desde Oslo se anuncia que el repartidor Nicolás Zanella ha sido nominado al Premio Nobel de la Paz “por su continuo esfuerzo en pos de una sociedad más equilibrada y armónica”, hecho que alcanzara su cenit el pasado mes de diciembre, cuando Nico, como le llaman sus amigos, ante el reclamo de un comensal, reconoció que el pedido efectivamente no había salido, en vez de la ya trillada excusa de “está en la calle”.
“El Comité Nobel Noruego recibe con suma alegría este tipo de noticias: las de los héroes anónimos que desde su humilde posición luchan día a día por un mundo mejor. Estamos cansados de políticos hipócritas, millonarios filántropos y celebridades con suciedad barrida bajo la alfombra. Tampoco aguantamos más a Bono, nos tiene repodridos. Ha llegado la hora de los ciudadanos de a pie”, aseguró un integrante a El Cascote News.
Por su parte, Zanella dijo sentirse “orgulloso” al enterarse de la nominación y asegura que aún no tiene pensado qué hacer con el premio, aunque probablemente aproveche el dinero para arreglar el ruidoso caño de escape de su moto, algo que, admite, “no ayuda mucho” a la paz social y es una falta del colectivo “deliveril” para con la comunidad.