La presencia de dos yates de superlujo en aguas de Punta del Este generó la curiosidad de los turistas y la prensa, ya que no estaba claro a quién pertenecían. Finalmente la incógnita se develó: el visitante era el emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, que había llegado al balneario el sábado 31. Pero la estadía del jeque en Uruguay fue muy breve, ya que, según fuentes de su entorno, se cansó de que los niños le pidieran regalos para el 6 de enero. “A Su Majestad le habían hablado muy bien de Punta del Este, sobre todo por su tranquilidad y por la discreción de sus habitantes. Por eso se sorprendió mucho al ver que no podía dar dos pasos sin que lo parara un niño para hablarle. Como no sabe español, estaba un poco desconcertado. Cuando los traductores le explicaron que lo estaban tomando por uno de los Reyes Magos, Su Majestad se enojó y decidió adelantar su viaje a Brasil”.
El emir consideró la actitud de los niños uruguayos y argentinos “una falta de respeto y una muestra inaceptable de discriminación”. Además, se quejó por el hecho de que no le hayan permitido azotar a los insolentes pequeñuelos.
El consejo: “No hagan un Mundial acá. Es muy lindo, pero claramente no tienen tanto dinero para tirar a la basura como nosotros”. El Sheik.