El anuncio de que China destinará 7,2% de su presupuesto para gasto militar confirmó que el mundo se encuentra en medio de una carrera armamentista como no se veía desde hace tiempo. Expertos de varios países consideran que esta situación es altamente riesgosa. “Si se siguen acumulando bombas en forma irreflexiva, vamos a terminar enfrentados con una situación que nadie desea: que queden muchas de ellas sin arrojar en caso de que haya una guerra mundial”, explicó un analista sueco de la industria armamentista. “Tenemos que entender que el mundo es finito, y por lo tanto el lugar para arrojar bombas también es finito”. Otro experto, en este caso de India, consideró que si esta tendencia continúa “podría llegarse a extremos realmente indeseables, que nos dolerían a todos, como que haya que arrojar bombas al medio del océano en lugar de a zonas pobladas. Si no queremos enfrentarnos a un espectáculo tan angustiante, debemos ser más racionales a la hora de planificar la fabricación de armamentos”.
Esperando a Elon Musk: La posibilidad de arrojar bombas en zonas habitadas de otros planetas por ahora es solamente “una utopía”, por lo que la tierra seguirá siendo el principal escenario de bombardeos.
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