Partió de regreso a Uruguay el buque Spiridon II, que llevó a Turquía una carga de casi 3.000 cabezas de ganado pero quedó varado en el puerto desde el 21 de octubre. Inicialmente trascendió que el motivo por el que el barco no pudo descargar el ganado fue una diferencia entre el exportador y el importador, pero más recientemente se confirmó que la verdadera causa fue que la embarcación supuestamente debía entregar 50 toneladas de cocaína que no llegaron a ser introducidas entre los animales. “En realidad, el importador estaba más que dispuesto a recibir las vacas. Todo estaba en regla. El rechazo vino por el lado de una mafia de narcotraficantes que habían encargado 5.000 kilos de cocaína y, lógicamente, no estaba dispuesta a aceptar que la estafaran”, explicaron las autoridades turcas.
Los narcotraficantes uruguayos consideran que el episodio es un “duro golpe” para la imagen internacional de Uruguay. “Estamos investigando qué pasó, si es que la droga iba a ser introducida en el puerto de Montevideo, en algún otro puerto o en alta mar. Lo que es seguro es que el narcotráfico uruguayo tiene una imagen de seriedad y de cumplimiento de los compromisos que debemos proteger. Si hay que meter plomo, vamos a meter plomo”, advirtió un integrante del clan de Los Albín.
El ofrecimiento: “Tengo los escáneres que Uruguay necesita para combatir al narcotráfico”. Mario Cardama, empresario plurimodal.