Se viene el último tramo del hermoso proceso electoral que inició en 2022, cuando vimos aparecer tímidamente los primeros nombres, hacia el alba del amanecer de la mañana de la campaña camino a las elecciones internas, y al que ya vemos enfilar con paso cansino rumbo al ocaso del atardecer de la noche de las elecciones municipales.
El todo es más que la suma de las partes, pero no por eso las partes deberían dejar de preocuparse de tener algo para sumar
La calidad democrática nacional (el todo) se sitúa entre las más sólidas del mundo según todos los índices serios que la auditan, pero la calidad democrática municipal (las partes) viene desde hace un tiempo en franco declive. Es el caso de Montevideo, donde el Frente Amplio, en el paroxismo del dominio, si quisiera podría resolver la/el intendente el próximo 10 de febrero en el plenario, en donde va a bajar de cinco candidatos a tres. Y agradezcamos que eligen a tres, porque si eligieran a uno del propio plenario estaría saliendo –como nos tenían acostumbrados– el o la próximo/a intendente/a de Montevideo. Que una elección de tamaña importancia se defina en una reunión política de un partido y no se precise el día de la contienda electoral no me parece muy democrático, o al menos deja muy en evidencia sus fisuras. Si no hay competencia seria, con candidatos/as que sean los/as mejores y partidos políticos comprometidos con la causa, la democracia se resiente.
La culpa no es del chancho, sino del que le rasca el lema
El Partido Nacional postuló a Martín Lema como candidato, que, si bien es un incipiente político, no tiene el peso ni la trayectoria ni el respaldo que dan los años y la experiencia en la arena política. El Partido Colorado nos está tomando el pelo. ¿A Jorge Barrera postularon? ¿Ese es el respeto que le tienen a la democracia? El problema no es Jorge Barrera, es haberse animado a esbozar el nombre Jorge Barrera, no el nombre, es que no haya funcionado ningún mecanismo de autocontrol, ningún filtro. Cabildo Abierto propuso a Roque García, un coronel retirado exparacaidista y actual youtuber que vive entre Uruguay y Suiza. Los requisitos para el cargo los tiene todos, salvo la parte de político. ¿Es tanto pedir? Un político a la altura.
Campeón del liberalismo. ¿Te suena “fomentar la competencia”?
Con el argumento de que Montevideo ya es del Frente, nadie de relevancia quiere competir porque dice que se quema. Y como ciudadanos no podemos permitir que las decisiones se tomen para no desgastar a los partidos o a los políticos. Porque hoy es esto y mañana te proponen quedarse con los vueltos para no desgastar la ética o no usar las leyes para no desgastar la Constitución o directamente hacer una dictadura para no desgastar la democracia. Acá debería haber una responsabilidad tácita de las partes: los electores ir a votar a conciencia y los políticos luchar denodadamente por ser elegidos sin especular. O presentan lo mejor o no se presentan. Porque después nos piden el voto como si pusieran toda la carne en el asador, pero sabemos que la parrilla electoral que están armando es pura falda y hamburguesa congelada.
Prefiero votar las cosas imposibles, porque de lo posible se vota demasiado
Se terminó la pavada: Luis Lacalle Pou intendente. El presidente saliente se va con una aprobación de más de 54%. Es hoy el único capital real de la Coalición Republicana, con un peso político capaz de dar vuelta la pisada. Lacalle Pou es el responsable de un gobierno que batió el récord de carreteras, ¿y no lo vamos a aprovechar para mejorar el transporte en Montevideo? ¿Les parece que tenemos tantos políticos de fuste como para darnos el lujo de dejar a este joven, pero ya experimentado, comiendo banco por cinco años? ¿Nos damos el lujo de confinar a Lacalle Pou a un centro de estudios teóricos para el desarrollo? ¿No le interesará agarrar la intendencia para hacer las prácticas? Nada impide al actual presidente ser intendente (salvo él mismo) y para las próximas nacionales volver a ser presidente, sólo su voluntad y la voluntad de ese pool de partidos de respaldarlo y demostrar que cuando uno está volcado al servicio del pueblo, la función es anecdótica. Es tiempo de dar un volantazo político, competir en serio y arriesgar en grande, porque si siguen apostando a un frigobar nunca le van a ganar a una heladera.