Leonardo Cositorto es un “empresario” y “gurú” argentino, creador y figura pública de la empresa Generación Zoe. Este holding empresarial, que operaba distintas “unidades de negocio” tan variadas como Zoe Burger, una supuesta cadena de comida rápida, o Zoe Cash, una criptomoneda “respaldada en oro”, según la empresa, rápidamente empezó a caerse gracias a una investigación encabezada por un usuario anónimo de Twitter que usaba el pseudónimo Beto Mendeleiev,1 que por la magnitud del escándalo despertó la atención de las autoridades y la prensa.
Al día de hoy, Cositorto se fue de Argentina y se encuentra con un pedido de captura internacional de Interpol, acusado de haber estafado a miles de personas en Argentina y otros países de Latinoamérica, tal como informaron a fines de febrero, entre otros medios, Infobae, El País de Madrid y La Nación. De acuerdo a lo publicado por Infobae el 21 de febrero, “también se pidieron las capturas de otros ocho vinculados a la trama, entre ellos Batista, porteño, de 44 años, registrado en los rubros de juegos de azar de la AFIP [Administración Federal de Ingresos Públicos] y el principal socio del líder de Zoe en la amplia mayoría de las firmas del holding. Además, una de las acusadas, Gabriela Álvarez, una mujer de Villa María, fue detenida como partícipe necesaria”.
Según informó La Nación el 23 de febrero, la orden de captura internacional sostiene que Cositorto y su grupo de colaboradores acordaron “asociarse para cometer ilícitos indeterminados, simulando ser una empresa de la fachada ‘Zoe’ y ‘Al Coaches SAS’, dedicada al dictado de cursos de coaching, mentoring, trading, entre otros, con una solvencia extraordinaria a sabiendas de que no contaban con los fondos suficientes para llevar adelante la operación financiera”. Es decir, presuntamente no tenían los fondos necesarios para poder dar su retorno a los inversores de los diferentes productos que ofrecía Generación Zoe (desde coaching y mentorías pasando por trading, compra de tiempos compartidos y cabañas en el Caribe), potencialmente “estafando a miles de inversores en la Argentina y otros países”, según el diario argentino.
El líder de Generación Zoe, a pesar de su orden de captura internacional, sigue con una agenda de prensa activa, cargando contra los que, a su entender, lo “acusan sin fundamentos”. De acuerdo al portal de noticias financieras Yahoo Finance, entre los atacados en las redes sociales de Cositorto estuvieron Pierpaolo Barbieri (CEO de la empresa fintech argentina Ualá) y Marcos Galperín (CEO de Mercadolibre), ya que ambos empresarios se habían manifestado previamente en contra del accionar de Generación Zoe. Cositorto se refirió a Galperín, Barbieri y otras personalidades como “infelices” y mencionó que “vergüenza les debería dar cuando abandonen el cuerpo e ingresen al mundo espiritual”.
A pesar de todo esto, Cositorto sigue en contacto con las filiales de Zoe en otros países, algunas de las cuales permanecen activas a través de los “líderes” locales y cuentan con una agenda de prensa activa.
Zoe en Uruguay
Hace varios meses ya está instalada una filial de la empresa Zoe en el país. De hecho, cuenta con una oficina en Avenida Italia 2913, pisos 10 y 11, según comunicaron en uno de los grupos de Whatsapp que utilizan para mantener informados y vender productos a los “inversores” de Zoe, mensajes a los que accedió la diaria. Las fotos fueron compartidas en el grupo de Whatsapp y en redes sociales, y acompañan esta nota. En el mismo mensaje se detalla el organigrama operativo de la filial uruguaya de la organización.
Sin embargo, a pesar de haber mencionado en los grupos de Whatsapp de Zoe Uruguay que tenían alquiler por un año, la oficina tuvo corta vida, ya que se anunció su cierre sólo un par de semanas después de la inauguración. Los propios organizadores de Zoe Uruguay alegaron que “no se sentían cómodos yendo a la oficina en este contexto”, de acuerdo a un mensaje enviado en su grupo de Whatsapp.
Roberto, que pidió a la diaria no divulgar su nombre real para proteger su identidad, es uno de los “inversores” de Zoe. Se involucró en la organización por un contacto con un amigo y decidió invertir más de 9.000 dólares. Comentó que le pareció muy extraño, pero la promesa de retorno era tentadora y decidió darle una oportunidad, además, en el momento que ingresó no había estallado el escándalo en Argentina.
A pesar de que por ahora le han “cumplido” con el primer pago (entró en enero y le dieron su pago por febrero), afirmó que se trata de un esquema piramidal, ya que muchos en su grupo de Whatsapp tienen los pagos con “atrasos” y teme que los pagos de marzo se compliquen aún más. También comenta que en los grupos de Whatsapp se promocionan constantemente “oportunidades de inversión”, desde “terrenos en Colombia”, “terrenos en el metaverso” hasta “robots de trading”, que prometen retornos progresivos: el “primer mes 20% de retorno, el segundo 25%, el tercero 30%...”.
Roberto también comentó que su grupo tenía 99 personas (el máximo que permite Whatsapp), pero que no le sorprendería que haya “tres o cuatro grupos más”, ya que constantemente se hace referencia a otras personas que no están en su grupo, llevando la cifra de potenciales damnificados uruguayos a posiblemente 500 personas o “como mínimo 200 personas seguro”, según la fuente.
Roberto menciona que hay “80% que perdió o está en vías de perder” y “alrededor de 20% que ganó”, pero ganaron porque metieron “a toda la familia para adentro”, esto es así ya que uno cobra a medida que va ingresando personas al sistema. También en parte es por eso que no se ha radicado una denuncia formal, ya que, a pesar de que “se ha conversado en el grupo”, muchos aún albergan la esperanza de recuperar su dinero, y a su vez el equipo de Zoe sostiene que está trabajando para recuperar liquidez y compensar todos los atrasos.
Uno de los “líderes” (término utilizado dentro de los grupos de Whatsapp para referirse a los referentes dentro de las distintas filiales de Zoe) de la organización en Uruguay es Juan, que también pidió a la diaria no divulgar su nombre para proteger su identidad. Juan reenviaba audios e información de Leonardo Cositorto al grupo de Zoe Uruguay. Además, Juan es mencionado en los mismos grupos de Whatsapp como el encargado de “gestionar el envío y la recepción de inversiones y cobros”, según los mensajes a los que accedió la diaria.
A pesar de reconocer su trabajo en la gestión financiera de Zoe Uruguay, asegura haberlo hecho espontáneamente. Dice que empezó a hacerlo para ayudar a su familia y amigos, a los que él sumó a la organización, y luego empezó a realizar esa tarea para todos los demás miembros del grupo y los nuevos ingresantes. Según Juan, no tiene ningún vínculo laboral formal con Generación Zoe y no percibe remuneración por encargarse de esta tarea. También reconoce haberse reunido brevemente, “por 20 minutos”, con Leonardo Cositorto en la visita de este al país en diciembre del año pasado, en un reconocido hotel de Punta del Este, y haberse reunido vía Zoom con Cositorto y Batista (su mano derecha) en abril de 2021.También menciona que él y sus allegados perdieron mucho dinero con la estafa, en su caso, 15.000 dólares.
Cuando vemos la “guía” de ingreso a Zoe, un documento facilitado a todos los nuevos ingresantes, notamos la referencia al fideicomiso ordinario de administración “LATAM ZOE”, fideicomiso cuyo fiduciario es Zoe SA, domiciliada en Crisólogo Larralde 1801, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lo que da a entender que pueden estar usando la infraestructura legal y financiera ya establecida en Argentina para operar en Uruguay.
Sin embargo, sí existen dos empresas Zoe constituidas en Uruguay, “Zoe Coaching SAS” y “Zoe Plus SAS”, creadas el 4 de octubre de 2021 y el 28 de septiembre de 2021, respectivamente. De acuerdo con Juan, la primera fue creada para sacar el alquiler de la oficina en Avenida Italia, y de la segunda “no tiene ni idea”.
Según las consultas realizadas por la diaria, no aparece registrado “Zoe Latam”, “Zoe Coaching”, “Zoe Plus” ni ninguna otra razón social con mención a Zoe o domiciliada en las oficinas de Avenida Italia en la lista de asesores de inversión, gestores de portafolios e intermediarios de valores registrados en los Registros de la Superintendencia de Servicios Financieros del Banco Central del Uruguay, inscripción necesaria para poder recomendar o asesorar sobre inversiones a terceros en el país.
Al ser consultado, el Banco Central del Uruguay respondió a través de su Área de Comunicación Institucional que: “Las firmas y productos señalados no se encuentran inscriptos en los registros de la Superintendencia de Servicios Financieros (SSF) bajo ninguna licencia ni como producto de ninguna institución registrada”. Y que “cuando existen sospechas de que una persona física o jurídica se encuentra desarrollando una actividad para la cual debió contar con licencia, el Banco Central actúa en el ámbito de sus competencias”.
El ecosistema de productos y servicios que ofrece Zoe Uruguay es muy complejo de navegar, ya que constantemente están creando nuevas “oportunidades de inversión” y sesiones de coaching por las que cobran a sus usuarios. Por ejemplo, se piden 100 dólares para una “Charla Privada con Leonardo Cositorto”, diciendo que es el “único medio de comunicación con él”. Vale recordar que Cositorto se encuentra huyendo de Interpol.
También se venden supuestas cabañas en el caribe dentro del grupo uruguayo, así como terrenos en el “metaverso ZOE”. Y por supuesto, el negocio principal es sumar a otras personas a la organización.
Al ser consultado por la diaria, el abogado especializado en regulación del sistema financiero Juan Diana, de Brum Costa Abogados, mencionó que “respecto de las eventuales implicancias en Uruguay de las filiales (de Zoe) que se radiquen en el país, a grandes rasgos primero debe analizarse la eventual realización de actividades reguladas sin la debida autorización o inscripción previa ante el Banco Central del Uruguay (por ejemplo, asesoramiento en inversiones en instrumentos financieros, de forma habitual y profesional), y por otro lado la eventual configuración de delitos, lo cual apunta a responsabilizar penalmente a quienes lleven adelante figuras tales como la estafa, apropiación indebida, lavado de activos u otras similares que puedan darse en el ámbito de las inversiones”.
Roberto dice que quiere difundir esta situación porque su plata la da “por perdida”, pero quiere asegurarse de que “no entre nadie más a eso”. Por último, aseguró que en marzo todavía no se han hecho los pagos correspondientes a los “inversores” y que “hay cinco o seis piramidales [empresa que se sustenta en base a nuevos ingresos] más corriendo” en Uruguay y que son “los mismos los que las promocionan”.
Por su parte, Juan menciona que, de no cobrar próximamente, piensan hacer una denuncia judicial, aunque considera que eso “no los acercará a cobrar” y que “todos (incluidos los organizadores) fuimos estafados”.
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El nombre y perfil hacen honor a un personaje del humorista argentino Peter Capusotto. ↩