La Policía detuvo este lunes a otro hincha de Nacional, que era requerido por la Justicia argentina como presunto integrante de la banda que construyó un túnel de 150 metros para robar una sucursal del Banco Macro en San Isidro, en la provincia de Buenos Aires.
Fuentes judiciales informaron a la diaria que se trata de Nicolás Carpani, de 34 años, uno de los condenados por el caso del asalto al camión paraguayo cargado con 45 kilos de cocaína. Carpani, que al igual que Alan Lorenzo tenía un vínculo laboral con Nacional, participó en el atraco realizado el 10 de junio de 2019 contra un camión que viajaba por la ruta 3 y fue condenado por los delitos de asociación para delinquir, rapiña especialmente agravada, tráfico interno de armas y narcotráfico en modalidad de transporte.
Desde el Ministerio del Interior informaron que el operativo de detención fue realizado esta tarde por la Guardia Republicana, luego de que la Policía Federal Argentina, por intermedio de su unidad de Interpol, comunicara una nueva alerta roja pedida por el fiscal de San Isidro Patricio Ferrari.
A partir de la alerta roja, Interpol alertó a la Policía y el hombre fue identificado durante un control vehicular de la Guardia Republicana en la rambla Euskal Erría e Isla de Gaspar, en Malvín Norte.
En una audiencia celebrada en la tarde del lunes, la jueza Marcela Malvar dispuso la prisión administrativa contra Carpani, mientras espera el proceso de extradición desde Argentina.
La semana pasada fue detenido Alan Lorenzo, quien, además de ser condenado por asociación para delinquir, rapiña especialmente agravada, tráfico interno de armas y narcotráfico en modalidad de transporte por el asalto al camión paraguayo, fue investigado como presunto sicario de Sebastián Marset, en un doble homicidio ocurrido el 30 de marzo de 2019 en el barrio Tres Ombúes.
También fue detenido en la localidad entrerriana de Paranacito Alejandro Israel Rosendo López, investigado como el responsable de cruzar a los miembros de la banda entre Uruguay y Argentina.
El túnel fue descubierto el 4 de agosto cuando un conductor de una camioneta notó un golpe en el piso de su vehículo, bajó y descubrió una varilla que sobresalía unos centímetros del empedrado de la calle Chacabuco, a pocos metros de la sucursal del banco Macro. Se estima que el trabajo se realizó en no menos de seis meses y faltaban pocos días para que pudieran concretar la conexión con la bóveda del banco.
A partir del descubrimiento de la varilla, la seguridad del banco coordinó con la municipalidad de San Isidro, que empezó a buscar el origen de la varilla y así encontraron a unos 3,6 metros de profundidad un túnel de más de un metro de ancho, contenido con paneles de madera e instalación eléctrica que conectaba con un taller de chapa y pintura, que la organización había alquilado por un año, luego de que el negocio cerrara. La conexión con Lorenzo se detectó a través de un relevamiento de huellas dactilares dentro del taller.