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Puerto de Montevideo (archivo)

Foto: Gianni Schiaffarino

Gancho ciego, drop on y método parásito: las formas que utiliza el narcotráfico para mover cocaína en el transporte marítimo

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Un informe de Ceres advirtió sobre las operaciones que se han realizado en el mar uruguayo para contaminar los barcos que se dirigen a Europa.

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El informe “Infiltración del narcotráfico en el transporte marítimo”, del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), muestra las formas en que el narcotráfico mueve la droga en el transporte marítimo y el interés que existe por el Río de la Plata como punto estratégico en la ruta de comercio ilegal.

Una de las principales modalidades para introducir droga en los barcos se llama “gancho ciego”, o “rip on/rip off”, que busca contaminar cargas lícitas, “permitiendo así eludir los sistemas de perfilamientos de riesgo aplicados por las autoridades aduaneras”. Se trata de un mecanismo por el cual se introduce droga en los barcos “sin el conocimiento ni el consentimiento de los exportadores o importadores, lo que traslada la sospecha hacia actores ajenos a la operación criminal”.

Los casos en el mar uruguayo

En el Río de la Plata hay delimitadas seis zonas específicas para que los buques esperen su turno para ingresar a los puertos o “realizar operaciones de abastecimiento o mantenimiento, así como para fondear temporalmente de forma segura”.

En el informe se señala que, en el plazo de una semana, se pudieron contabilizar entre “23 y 31 buques fondeados en las zonas próximas a la costa uruguaya”. Sin embargo, se advierte que “la existencia de estas zonas, establecidas originalmente para ordenar el tránsito y operaciones marítimas, ha generado de manera indirecta un escenario propicio para la anidación del narcotráfico”.

“La alta concentración de buques, sumada a la permanencia prolongada en fondeo y la dinámica constante de ingreso y egreso, representan una ventana de oportunidad para que organizaciones criminales intenten contaminar embarcaciones con cargamentos de drogas”, se señala.

También se enumeraron los casos de tráfico marítimo que fueron detectados en el Río de la Plata en los últimos años y se indicó que, durante este año, en mayo, se encontró que el buque llamado Ceci tenía aproximadamente 500 kilos de cocaína en “bolsas estancas con GPC”, que había sido cargado por un barco cerca de Montevideo, y más recientemente, en agosto, se incautaron 2.000 kilos de cocaína que se buscaba enviar por la vía marítima. La droga estaba guardada en bolsas al vacío y había equipamiento náutico en el lugar.

“El contenedor es abierto en condiciones controladas, habitualmente durante la noche o en áreas del puerto con baja supervisión, se rompe el precinto original del contenedor, se introduce la droga dentro de bolsos de aproximadamente 30 kilogramos cada uno y finalmente se coloca un nuevo precinto clonado”, se detalla.

Luego, en el puerto de destino, se abre el contenedor antes de que pase por la aduana, se retira la droga y se vuelve a incorporar un precinto adulterado, buscando de esta forma mantener “la apariencia de integridad del cargamento”.

Este sistema funciona porque se eligen barcos que llevan “cargas perecederas o de tránsito rápido”, que escapan muchas veces a los controles rigurosos en las aduanas, y se elige estratégicamente la “ruta comercial del contenedor”. En ese sentido, “suelen optar por mercancías que, aun cuando estén sujetas a controles limitados en el punto de partida, deban pasar necesariamente por puertos estratégicos en la cadena logística internacional”.

La segunda modalidad que se utiliza con mayor frecuencia es el método “drop on/drop off”, que consiste en que una “embarcación menor transporta la droga hasta alcanzar al buque objetivo en altamar. Una vez amadrinado a este, los bultos con droga son izados y ocultados dentro del buque, sin necesidad de que este modifique su itinerario ni genere movimientos sospechosos en puerto”.

Antes de llegar al puerto de destino, “la droga es arrojada desde del buque y transferida nuevamente a embarcaciones menores mediante la misma técnica de aproximación, o las bolsas son arrojadas al mar con dispositivos GPS incorporados, lo que permite a quienes deben recogerlas localizarlas con precisión”.

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