El laberinto, según Gonçalo Tavares, es el opuesto geométrico y psicológico a una línea recta. Y literario, podríamos agregar. Su literatura es laberíntica no porque resulte críptica, sino porque se niega a transitar la distancia más corta entre dos puntos. Esta “sana complejidad”, que vale para todo lo que ha publicado, al menos, desde Agua, perro, caballo, cabeza (2006), vale sobre todo para este libro que acaba de aparecer en Uruguay, el primero que se edita en estas tierras de este escritor nacido en Angola en 1970. Enciclopedia, que es un solo volumen, reúne tres libros: Breves notas sobre ciencia (2006), Breves notas sobre el miedo (2007) y Breves notas sobre música (2015).
El autor pide, en una breve página introductoria, que no se los lea como un continuo, sino que se los deje respirar con una pausa entre uno y otro. Tiene razón. La brevedad de sus textos engaña. Requiere una masticación lenta. Luego, cada conjunto debe ser rumiado en la cantidad de estómagos que cada lector tenga durante el tiempo que le lleve. Sin apurar la digestión. En eso ocurre como con la música. Tal como dice el autor en la viñeta “El final del concierto”, la interpretación a la que se acaba de asistir tiene una duración diferente para cada espectador. Algunos, apenas comienzan los aplausos, ya están hablando de otra cosa, mientras que otros se quedan mucho tiempo dándole vueltas a la música en la cabeza o sentados en la butaca como recuperándose “de una breve y fugaz enfermedad”. Lo mismo ocurre con un libro. En especial con uno como este.
Resulta adecuado que el volumen se cierre con las notas que dedica a la música, porque actúan en simetría con las que se encargan de la ciencia en las páginas iniciales. En los dos sentidos. Tanto en el de hacerse cargo de desarrollar un tema como en el de abrirle la garganta y dejarlo desangrarse en el piso de damero de una barbería de suburbio. Su navaja es la literatura. Con una epistemología poética que cuestiona métodos con lógica implacable, Tavares toma de nuevo aquella idea del comienzo (la que luego llevará a la música amparándose en el carácter laberíntico del oído) y demuestra que los caminos lineales suelen llevar a conclusiones equivocadas. Entre ciencia y música está el miedo. Más breve y concentrado. Limita con lo estremecedor, aunque no se lanza hacia los abismos de crueldad de su tetralogía El reino, en especial de obras como Aprender a rezar en la era de la técnica (2007).
En la edición uruguaya de Enciclopedia quedan afuera dos libros que en algunas otras, como la zaragozana de Xordica (2018), estaban incorporados. Se trata de Breves notas sobre las conexiones (2009) y Breves notas sobre literatura-Bloom (2016), bastante más crípticos en su contenido. Esto, que es habitual en los libros de Tavares (varias ediciones de El barrio o de Los señores no coinciden en sus contenidos y los presentan de modo intercambiable), confirma el carácter de mutación permanente de sus trabajos. Es que la forma más directa de llegar a Tavares nunca es un único libro de Tavares. Ni siquiera una única edición de un mismo libro.
Enciclopedia es una muy buena manera de adentrarse en este autor clave de la literatura actual en lengua portuguesa, en especial porque fue escrita en paralelo a todo el resto de su obra, lo que explica ciertas líneas de parentesco, pero también porque requiere un ritmo de lectura ambiguo, emparentado con el que exige la poesía: más proclive a la frecuentación en forma de oleaje (ir, tocar, retirarse y volver) que a la navegación fluvial que intenta llegar a un destino preconcebido.