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Bolañísimo

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En 2016 Penguin Random House se hizo con los derechos de la obra de Roberto Bolaño. Tal vez para Anagrama, la editorial española que los tenía hasta entonces, no haya sido un buen negocio, pero para los lectores del chileno-mexicano-español universal, seguro que sí. Bajo el sello Alfaguara, se conoció un inédito –El espíritu de la ciencia ficción, que podrá no colmar al paladar exigente pero que el fan de un autor muerto siempre agradece como novedad (Bolaño falleció en 2003)– y se reeditaron sus dos obras monumentales, la enceguecedora Los detectives salvajes y la que Bolaño planeó como seguro de vida para su familia, 2666. El plan de reediciones de la multinacional continúa ahora con los cuentos de Bolaño. El primero, Llamadas telefónicas, aparecido originalmente en 1997, está lleno de referencias metaliterarias y, a la vez, profundamente conectado con las circunstancias vitales de Bolaño: el exilio, la ansiedad por el reconocimiento. “Sensini”, el cuento que abre el tomo, y que muchos apuntan como homenaje al gran escritor argentino Antonio Di Benedetto –el autor de la novela Zama, en la que se basa la película homónima de Lucrecia Martel, de inminente estreno montevideano–, es un buen caso de ese combo vitalista y autorreferente, y es también la presentación de Arturo Belano, el otro yo de Bolaño (coprotagonista en Los detectives salvajes). Putas asesinas se editó originalmente en 2001, cuando Bolaño ya era una celebridad, y el cuento que le da título, guiñada a la película Misery, subvierte algún que otro estereotipo de género. Como en 2666, la edición de Alfaguara incluye facsímiles de los apuntes y originales a mano del escritor. El gaucho insufrible –sabía titular el argentinófilo Bolaño– apareció en 2003, a poco de su muerte, e incluía cinco cuentos de final abrupto y dos conferencias: “Los mitos de Cthulhu” (el de la frase “Latinoamérica fue el manicomio de Europa”) y “Literatura + enfermedad = enfermedad”, pronunciada en 2002, en la que daba una pista de su estado de salud y de su capacidad para seguir pensando con un pie adentro y uno afuera de la literatura. Por estos días, además, se anunciaba otro inédito: Sepulcros de vaqueros, conformado por tres novelas cortas.

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