Libros Ingresá
Libros

Aníbal Troilo

Foto: s/d de autor

Bandoneón... y después

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

En una carta post mortem escrita en 1978 y dedicada a Carlos Gardel, Astor Piazzolla describió su primera experiencia profesional con la orquesta de Aníbal Troilo: “¿Sabés quién era Troilo?”, le escribía al Mago. “Él era vos tocando el bandoneón. Es como decir: tu continuador”. A lo largo de su obra, Pichuco creó piezas esenciales del tango junto con poetas como Homero Manzi, Cátulo Castillo y Enrique Cadícamo, y legó un conjunto de 60 obras, entre las que se encuentran verdaderos clásicos como “María”, “Garúa”, “Barrio de tango”, “Pa’ que bailen los muchachos”, “Sur” y “La última curda”.

Hace unos meses, la editorial argentina Gourmet Musical –distribuida en Uruguay por Escaramuza– inauguró una nueva colección titulada Por qué escuchamos, en la que se propone explorar los motivos por los que algunos artistas se vuelven referentes esenciales, más allá de las condicionantes del mercado musical. El primer libro que formó parte de esta nueva sección fue Por qué escuchamos a Aníbal Troilo, del ensayista y escritor Eduardo Berti, recordado por su novela El país imaginado (2011, premio Emecé y Las Américas que contó con el prólogo de Alberto Manguel), por haber sido finalista del premio Herralde en 2005 (con Todos los Funes) y, entre varias obras, por publicar Rockología (1990) y Spinetta, crónicas e iluminaciones (1989).

Según consignó en una entrevista con Página 12, a Troilo “Lo escuchamos porque, como decía Italo Calvino sobre los clásicos, su obra está vigente y no ha terminado de decir lo que tenía para decir. Es una obra que nos sigue hablando, que trasciende su época y su género”. En paralelo, le “pareció flor de desafío hacer un libro sobre Pichuco por varias razones: porque es muy difícil dar en el clavo y explicar lo inexplicable –¿por qué un artista nos conmueve, nos asombra, nos parece único?–, porque mi libro iba a ser el primero de una colección y yo no tenía otros libros para tomar como modelo, y también porque me dieron carta libre y al principio me sentí paralizado frente a tantas opciones”, explicó el autor.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesan los libros?
None
Suscribite
¿Te interesan los libros?
Recibí cada quince días novedades en lanzamientos de libros, recomendaciones y entrevistas.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura