Cuando se cumplen diez años del fallecimiento de José Pedro Barrán, el historiador que nació en Fray Bentos en 1934, cuando comenzaba la dictadura de Gabriel Terra, la Academia Nacional de Letras le organizó un homenaje: el encuentro será mañana a las 12.30 en la sala Maggiolo del edificio central de la Universidad de la República (Udelar), y estará a cargo de Rodrigo Arim (rector de la Udelar), Gerardo Caetano (historiador y politólogo), Ana Frega (historiadora y decana de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, FHCE) y María Julia Muñoz (ministra de Educación y Cultura).
Frega adelantó a la diaria que su intervención se centrará en dos aproximaciones personales, una como historiadora y otra como decana: “Lo que significó para la historiografía en lo que tiene que ver con su capacidad para preguntar, y su generosidad y capacidad de escucha a quienes nos dedicábamos a esta tarea y teníamos muchísimo para aprender; teníamos muchas más incertidumbres y dificultades” que certezas, “siempre respetando los intereses y las orientaciones particulares”. “Y, por otro lado, quería resaltar su papel dentro de la institución”. Plantea que, como él mismo señalaba, “la historia es un conocimiento en construcción”, y por ende, “se pueden plantear hipótesis que otras investigaciones mejoren o modifiquen. Uno no puede dejar de reconocer que Bases económicas de la revolución artiguista, que escribió con [Benjamín] Nahum y publicó en 1964, contribuyó a cambiar el modo de ver el artiguismo. Eso no quiere decir que algunas de las hipótesis o de los elementos que estén planteados allí no hayan sido enriquecidos o incluso modificados por investigaciones posteriores”.
En cuanto a su rol dentro de la FHCE, la decana recuerda que, luego de la dictadura civil-militar, Barrán contribuyó a reconstruirla, además de que se puede considerar el “fundador del Departamento de Historia del Uruguay [al que dirigió durante 20 años]. También participó en la definición y orientación de los posgrados de la facultad, y si bien no ocupó un cargo de conducción universitaria –más que la dirección del departamento–, sí contribuyó a su construcción institucional”.
En cuanto a su trabajo como investigador, en 2009, el historiador y politólogo Jaime Yaffé escribía en la diaria que se podían reconocer dos etapas; la primera, en sociedad con Nahum (“con quien conformó una de las duplas intelectuales más productivas y renovadoras de la historiografía uruguaya”), con quien publicó 15 libros a lo largo de dos décadas, llenando “un importante vacío en la producción historiográfica nacional en lo relativo al proceso de modernización y al primer batllismo”, y trazando “una relevante contribución a la renovación de la forma de hacer historia”; la segunda, cuando comenzó a trabajar como docente de dedicación total en la Udelar, desarrollando “una preocupación que ya había despuntado claramente en algunos tramos de la extensa obra compartida con Nahum: la historia cultural o de las mentalidades, que él prefería llamar de la sensibilidad, con el 900 como período preferente”.