Es imposible, al reseñar este libro –de la misma manera en que lo debe haber sido darle sus últimas puntadas, prologarlo, corregirlo–, soslayar la ausencia de Marisa Malcuori, quien dirigió el proyecto hasta su temprano fallecimiento en setiembre del año pasado. Es inevitable evocarla porque su mirada, su trabajo, su huella está presente en estas páginas y porque es explícitamente nombrada y homenajeada tanto con su imagen en la solapa como con las palabras que le dedican el prologuista de lujo Ignacio Bosque, el profesor Adolfo Elizaincín en sus palabras iniciales, dedicadas a su figura y legado, y la compiladora Virginia Bertolotti en los prolegómenos. “Estoy segura de que muchos de quienes escribimos este libro también aprendieron las mismas cosas y muchas otras más, y también de que ella seguirá siempre formando parte de nuestras maneras de estar en el mundo y de nuestras maneras de disfrutar del trabajo con la lengua”, sostiene Bertolotti, para dar paso a una serie de artículos cuya tónica se puede resumir en dos palabras: divulgación y rigor.
Los textos preliminares, además de presentar el contenido del libro, ponen en contexto su redacción y publicación por parte de la Comisión de Gramática de la Academia Nacional de Letras. Constituye un gesto potente y una toma de posición en la discusión sobre el rol de las academias de letras, en los posicionamientos en torno a describir o prescribir y, sobre todo, en la celebración de la diversidad de ese universo inmenso que es el mundo hispanohablante y en la convicción, en palabras de Bosque, de que “las lenguas no son fortalezas desde cuyas atalayas se haya de combatir la invasión de extranjerismos, sino sistemas complejos que reflejan parcialmente el mundo exterior. Los hablantes los adquieren, los interiorizan y expresan con ellos cuanto son capaces de pensar y sentir”.
Acá se habla así. Esta afirmación concreta y sencilla del título puede leerse al mismo tiempo como una síntesis de su contenido y como una reivindicación de un habla que nos identifica como comunidad. Tratándose de una comunidad lingüística en la que aún es frecuente encontrar una visión que privilegia y considera correcta y deseable la variante peninsular del español, tal postura no es trivial. Desde la perspectiva científica de la lingüística, esta panoplia de artículos aborda el habla rioplatense desde diversos ángulos –histórico, gramatical, morfológico, semántico–, con un enfoque descriptivo y con el concepto de variación como eje. “Todas las lenguas naturales, por oposición a las lenguas artificiales (como el esperanto), todas las lenguas vivas, por oposición a las que ya no tienen hablantes (como el latín o el charrúa), cambian permanentemente y –casi siempre– imperceptiblemente. Dada la imperceptibilidad del cambio lingüístico, los hablantes tenemos, entonces, la idea de que la lengua es estable y ello lleva muchas veces a que nos incomodemos cuando percibimos el cambio lingüístico”, sostiene Bertolotti en los prolegómenos.
De este modo, los 15 artículos que componen el libro –de Bertolotti, Magdalena Coll, Magdalena Fernández Trinidad y José María Lahoz-Bengoechea, Gabriela Resnik, Serrana Caviglia y Marisa Malcuori, Brenda Laca, Marcelo Taibo, Macarena González Zunini, Ernesto Macazaga, Irene Moyna y Dina Wonsever– dan un panorama amplio del estado actual del español rioplatense y las tensiones que lo caracterizan. En algunos casos parece enfocar con un lente gran angular para observar el español rioplatense en su globalidad, en contraste con otras variedades del español, como la que se habla en España o en otras latitudes de América, mientras que en otros el ojo se acerca para discriminar más en detalle ciertas marcas que caracterizan a una población particular, ya sea el habla de los jóvenes o el de los uruguayos dentro del universo definido como rioplatense.
El camino de lectura que propone Bertolotti permite al lector un abordaje desde una mirada más general –por qué hablamos español, pese a la enorme cantidad de lenguas que han confluido en este territorio tanto antes de la conquista como con los diversos flujos migratorios que ha recibido, o qué rasgos permiten definir esta variedad dialectal en el universo hispanohablante–, para luego dar paso a una serie de artículos que acometen una diversidad de asuntos más concretos, como la formación de palabras con el prefijo re, la gramaticalización de los términos salado, mismo y propio, los tiempos verbales, el modo subjuntivo, las oraciones relativas descontracturadas, marcadores discursivos como ta, dale y ahre, las formas de tratamiento, hasta nuestro identitario bo.
En un lenguaje llano que no le resta rigor a lo expuesto, cada capítulo ofrece una mirada a un fenómeno distinto, y en conjunto el libro muestra un panorama amplio, diverso, potente. Los artículos son breves –el libro en su totalidad tiene poco menos de 200 páginas– y en su concisión permiten una apertura para acercarse a la materia que describen y a seguir ahondando, guiados por una sucinta bibliografía que provee el marco teórico en cada caso. Estos apuntes, como adelanta el título, invitan a aguzar el oído y maravillarse con ese misterio tan cotidiano que es la lengua.
Acá se habla así: apuntes para conocer el español rioplatense, de Virginia Bertolotti (compiladora). 184 páginas. Academia Nacional de Letras, Doble Clic Editoras, 2025.