La Casa de los Escritores del Uruguay emitió un comunicado en el que expresa su “profunda preocupación” por lo que ocurre con la población palestina en Gaza, “en el marco de su compromiso con la dignidad humana, la libertad de pensamiento y la defensa de los derechos fundamentales”.
“Rechazamos toda forma de violencia que atente contra la vida de personas inocentes, sin distinción de nacionalidad, religión o condición. Los bombardeos, el desplazamiento forzado, el hambre y el sufrimiento de la sociedad civil no pueden ser aceptados ni justificados”, señala el gremio de escritores.
Agregan que estos hechos “reavivan tragedias históricas que deberían estar desterradas para siempre”, pero no lo están “porque se utiliza el hambre como arma de destrucción; porque la falta de agua y medicamentos condena a miles de personas; porque el fuego constante sobre mujeres, niños, ancianos, escuelas y hospitales no se detiene”.
“Porque a ello se suma la persecución y asesinato de artistas, poetas, cineastas y trabajadores de la cultura. La intención es destruir el tejido cultural que sostiene la identidad palestina. Pretender borrar su arte, su historia y su memoria es una forma más de violencia”, agregan. “Lo que ocurre en Gaza no es una guerra. Es la destrucción y desaparición de la población gazatí. La observación y la reflexión indican que el propósito es el exterminio étnico. Nombramos, pues, los hechos como lo que son: un genocidio”, dice.
El comunicado expresa su solidaridad con las víctimas, “en especial con la población civil” que sufre “el bloqueo y la destrucción de sus hogares, hospitales, escuelas y espacios culturales”. “La literatura, como lugar de memoria y encuentro, nos recuerda que la palabra conduce al entendimiento y genera caminos de humanidad”, afirman.
Para concluir, escritores y escritoras hacen un llamamiento “a la comunidad nacional e internacional, a las instituciones democráticas y a las organizaciones humanitarias a promover el levantamiento del bloqueo, la apertura de corredores humanitarios y el cese inmediato de las hostilidades”. Defienden el derecho de los pueblos “a vivir en condiciones de justicia, libertad y respeto mutuo”, con “el diálogo, el reconocimiento recíproco y el cumplimiento del derecho internacional” como herramientas para “respaldar y asegurar la convivencia y la paz”.