El senador por el Frente Amplio Eduardo Antonini presentó un proyecto de ley para declarar a Piriápolis Capital Nacional de la Paella. Considera que “la identidad gastronómica” del balneario se ha construido a través de esta propuesta culinaria “desde los primeros restaurantes que la incluyeron en su carta como novedad y distinción hasta la actualidad, cuando los locales gastronómicos de la zona la tienen incorporada como menú principal”.
La primera fiesta de la Paella Gigante de Piriápolis se hizo a fines de la década de los años 90 y se convirtió en un evento de tradición popular para el balneario. Cada año participan “miles de turistas, tanto locales como extranjeros, para disfrutar de esta experiencia”, argumentó Antonini, y agregó que contribuye a la promoción y difusión de este destino turístico y, como consecuencia, potencia la economía local.
La fiesta, que tendrá su 26ª edición en la antesala del verano, “ha trascendido fronteras, replicándose en otros departamentos y en ciudades brasileñas como Sant'Ana do Livramento, Pelotas y Porto Alegre”, resaltó el legislador. A su juicio, se constituyó como “un ícono de Piriápolis, expandiéndose en ferias, exposiciones, torneos y campeonatos gastronómicos, en los cuales cocineros profesionales compiten por la propuesta del mejor sabor”.
El plato típico español llegó a Uruguay con las grandes oleadas migratorias provenientes de Europa entre los siglos XIX y XX. Su receta se incorporó a la cultura culinaria de Uruguay, en particular en “las zonas costeras con acceso a la pesca de mariscos, adaptándose a los ingredientes de la región, lo que llevó a variaciones y fusiones con la cocina local”, recordó.