Para su primer acto de campaña, Éric Zemmour, un columnista de diarios y panelista de televisión devenido político, tuvo que cambiar de locación a último momento. La sala Zénith, capaz de albergar 6.000 personas, le quedó chica, explicó. “Son tantos ustedes, los que quieren asistir al acto del domingo, que nos trasladaremos del Zénith de París al Parque de Exposiciones de Villepinte”, tuiteó el jueves.
Zemmour llegó a ocupar la segunda posición en las encuestas de intención de voto un par de meses atrás. Sin embargo, no oficializó su candidatura hasta el martes. Ese día publicó un video en el que afirma que se vio impulsado a pasar del lugar de columnista al de candidato porque “ya no se trata de reformar Francia sino de salvarla”.
Se lo ve leyendo un texto, con una biblioteca de fondo y frente a un micrófono antiguo, un escenario y una toma que se asemejan a las fotos de Charles de Gaulle cuando llamó a la resistencia contra el nazismo por radio, en 1940. En el video se refiere a una Francia gloriosa del pasado, que recuerda de su niñez y que hoy está “a punto de desaparecer”. Para ilustrar esa Francia, mencionó desde Napoleón hasta Louis Pasteur, y desde Jean-Jacques Rousseau hasta Jean Paul Belmondo.
“Desde hace décadas nuestros gobiernos de derecha e izquierda nos han conducido a este camino funesto de declive y decadencia”, dijo, y para ilustrar la situación actual mostró imágenes de fuego en las calles, policías y manifestantes enfrentados, del incendio de 2019 en la catedral de Notre Dame de París, y sobre todo de inmigrantes. Porque, para Zemmour, la inmigración “no es la causa de los problemas, pero los agrava”.
El 13 de noviembre, cuando se conmemoraron los atentados terroristas que París sufrió en 2015, cometidos por islamistas radicales, Zemmour dijo que el presidente de entonces, François Hollande, “prefirió que los franceses murieran antes que impedir que los migrantes llegaran a Francia”.
En su video Zemmour les habla a ciertos franceses que, como él, “caminan por las calles de sus ciudades y no las reconocen, ven en sus televisores cómo les hablan en lenguas extranjeras y extrañas en las series de televisión, en el fútbol, en el cine, espectáculos, canciones y libros”. Mientras tanto, para ilustrar sus palabras, muestra imágenes de mujeres con hijab, el velo islámico que cubre el pelo.
Los orígenes
“Nosotros, franceses, somos una gran nación, un gran pueblo”, afirma Zemmour en su video. “Nuestros soldados han conquistado Europa y el mundo”, celebra.
El candidato, de 63 años, proviene de una familia judía sefardí que cuando comenzaba la Guerra de Argelia dejó ese país, en 1952. Él nació en 1958 y se crio en Montreuil, en los suburbios de París. De acuerdo con Radio France International, su padre era conductor de ambulancia y su madre ama de casa.
Pese a que sus orígenes familiares no son franceses, el nuevo candidato dijo en setiembre, en el canal CNews, que los adolescentes migrantes son “ladrones, asesinos, violadores”. Por esos dichos, el canal enfrentó una sanción del Consejo Superior Audiovisual. Antes Zemmour había sido procesado por incitación al odio por motivos raciales y religiosos, y es uno de los cultores de un discurso según el cual Francia se va a convertir en “una república islámica” si las cosas siguen como están. “No nos dejaremos reemplazar”, dice en su video, y una de sus condenas se debió a que dijo que a los musulmanes habría que darles “la posibilidad de elegir entre el islam y Francia”.
También ha dicho que el régimen colaboracionista de Vichy sacrificó a judíos extranjeros para “salvar a judíos franceses”, y por esas palabras enfrenta un proceso judicial en el que fue apelada su absolución en primera instancia.
El columnista se educó en la escuela Sciences-Po Paris y comenzó a trabajar en 1986 en el diario Le Quotidien. Diez años después empezó a escribir para Le Figaro, y finalmente trabajó también en televisión, donde desarrolló su estilo de discurso actual. También es autor de dos libros en los que expone sus teorías y que vendieron decenas de miles de ejemplares: El suicidio francés y Francia no ha dicho su última palabra. Las filas de lectores con ejemplares de su segundo libro aparecen también entre las imágenes del video con el que lanzó su candidatura.
Mujeres tampoco
“En un entorno donde verdaderamente hay poder, no hay mujeres”, decía Zemmour en 2016 al canal BFMTV. “Los valores feministas son incompatibles con el poder y la encarnación del poder. [...] Creo que hay un vínculo entre el poder y la virilidad. Los hombres han inventado el poder”, afirmaba, según citó la agencia Efe.
En respuesta a su candidatura, se lanzó una campaña en su contra en redes sociales en la que mujeres levantan su dedo medio en un gesto contra el candidato. Aluden a un video en el que una mujer se acercó al auto de Zemmour en Marsella y le hizo ese gesto, y el candidato le respondió de la misma manera. “Nuestra respuesta a este polemista sin discurso está al mismo nivel que la pobreza de su expresión. Nunca estaremos de su lado”, dijo en Twitter Sofía Sept, activista de la organización Femen.
A su vez, Femen llamó a “no apoyar a este agresor” que “se opone a la igualdad, expande y valida la cultura de la violación, normaliza la violencia contra la mujer, sobre todo la violencia conyugal, y es contrario al aborto”.
Desde la cima
Zemmour logró porcentajes de apoyo en las encuestas de intención de voto que llegaron a colocarlo en un balotaje con el presidente Emmanuel Macron, que competirá por la reelección en abril. Sin embargo, ahora ese lugar le corresponde a otra figura de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, que rápidamente volvió a recuperar el segundo lugar en los sondeos.
Una encuesta de Le Journal de Dimanche atribuye a Zemmour 15% de apoyo, frente a 20% de Le Pen y 25% de Macron. Otro estudio, difundido por el canal BFMTV el martes, lo coloca cuarto, con 12% de intención de voto. Falta conocer qué pasará de aquí en más con la carrera de Zemmour a la presidencia, ahora con su candidatura oficializada.
Pero las encuestas que miden rechazo o analizan otros aspectos de los candidatos muestran que Zemmour es impopular para un amplio sector de los franceses. Un sondeo de Odoxa-LCP-Public Sénat lo presenta como la figura política que causa más rechazo: 59%. Otro, que publicó el domingo el diario Libération, concluyó que Zemmour tiene menos credibilidad que Le Pen, y que en temas clásicos de la ultraderecha, como la migración o la seguridad, la candidata les parece creíble a cuatro de cada diez franceses, y él sólo a tres.
Por otra parte, Zemmour no tiene partido hasta ahora. Los medios franceses informan que el domingo, en su primer acto como candidato a la presidencia, anuncie entre otras cosas cuál será su lema de campaña y con qué partido va a competir en abril.
Los Republicanos elige candidato
Hoy se define la candidatura del partido derechista francés Los Republicanos. En una primera vuelta quedaron por el camino tres precandidatos: el negociador de la Unión Europea para el brexit, Michel Barnier, el exministro de Nicolas Sarkozy Xavier Bertrand, y el exeurodiputado Philippe Juvin. Bertrand se perfilaba como el favorito entre Los Republicanos para pelear un cuarto lugar en las elecciones de abril.
Pasaron a segunda vuelta una exministra cercana a Sarkozy, Valérie Pécresse, que cuenta con el apoyo de Barnie y Bertrand, y el diputado Éric Ciotti, que representa el ala más a la derecha dentro de Los Republicanos, y que ha dicho que en una eventual segunda vuelta entre el actual presidente, Macron, y el candidato de extrema derecha Éric Zemmour votaría a Zemmour.
Con la definición que adopte hoy este partido quedará definida la lista de los principales candidatos, que incluye a Macron, Zemmour, la ultraderechista Marine Le Pen, la socialista Anne Hidalgo, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon y el verde Yannick Jadot.