El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, manifestó que son las autoridades de su país las que deben detener a los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán sospechosos de narcotráfico y no las de Estados Unidos. Así respondió al anuncio del gobierno estadounidense, que ofreció cinco millones de dólares de recompensa por información que permita detener a cuatro de los diez hijos del narcotraficante mexicano.
Según afirmó en un comunicado el Departamento de Estado, esos cuatro hijos del narcotraficante mexicano -Joaquín Guzmán López, Ovidio Guzmán López, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Guzmán Salazar- son “miembros de alto rango del cártel de Sinaloa y cada uno está sujeto a una acusación federal por su involucramiento en el tráfico ilícito de drogas”.
En ese mismo comunicado, Estados Unidos manifestó su lista de responsables de traficar narcóticos desde México a su territorio incluye a los grupos mexicanos Los Rojos y Guerreros Unidos, así como al brasileño Primer Comando Capital.
“Si están en territorio nacional, a quien corresponde detenerlos es a la autoridad nuestra, no se permite que ninguna fuerza extranjera actúe en esta materia y en ninguna otra en nuestro territorio, nosotros somos los que tenemos que hacer nuestro trabajo”, dijo López Obrador, y agregó que no recibió una comunicación formal al respecto.
El presidente mexicano agregó que ya “no se permite” que agentes extranjeros “intervengan” en operativos en su país. Recordó el caso del operativo Rápido y Furioso, por el cual Estados Unidos introdujo armas en México en 2010 para rastrear delincuentes y dijo que eso “es una violación flagrante” a la soberanía de su país.
De todos modos, reconoció que “hay una preocupación del gobierno de Estados Unidos porque han perdido la vida muchos estadounidenses, más de 100.000, por el consumo de estas drogas que son muy peligrosas, y por eso tomaron esta decisión”.
Un intento de detener a Joaquín Ovidio Guzmán en Culiacán fue frustrado en octubre por una acción del cártel de Sinaloa. Hombres armados bloquearon calles, tomaron rehenes, dispararon contra viviendas militares y liberaron presos. Finalmente forzaron al gobierno a dar marcha atrás y dejar libre a Guzmán.