Voceros del gobierno ruso reconocieron que su país no tiene el control total de ninguna de las cuatro provincias ucranianas en las que a fines de setiembre se realizaron referéndums de anexión a Moscú.
Según informes citados por el diario inglés The Guardian, las tropas ucranianas avanzaron decenas de kilómetros en la provincia de Jersón, en el sur del país, además de conseguir otras conquistas territoriales en el este, algo que fue admitido desde Moscú.
Sin embargo, y en parte matizando las pérdidas reales, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dijo este lunes que las tropas de su país habían ocupado lo que llamó una “línea defensiva preparada de antemano” y agregó que los rusos continuaron “infligiendo daños masivos por fuego” a las fuerzas ucranianas.
Las brigadas ucranianas parecen haber logrado su mayor avance en la región desde que comenzó la guerra, rompiendo la línea del frente y avanzando rápidamente a lo largo del Dniéper, río que corre de norte a sur del territorio ucraniano, dividiendo naturalmente el país en dos.
Estos triunfos de Kiev se deben en gran medida al incesante apoyo económico que brinda el gobierno estadounidense de Joe Biden desde el comienzo de la guerra, dotando a Ucrania de armamento de última generación. En este sentido, según informó la cadena Bloomberg, citando a funcionarios que declararon bajo la condición de anonimato, Estados Unidos está presionando a los países integrantes de la Unión Europea a que igualen los 1.500 millones de dólares que Washington envía mensualmente a Kiev.
Anexión y fronteras
Este lunes, de acuerdo a lo que informó la agencia TASS, el Parlamento ruso aprobó los proyectos de leyes constitucionales sobre la aceptación de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, así como las regiones de Jersón y Zaporiyia como parte del país.
Según las leyes aprobadas, los residentes de las nuevas entidades constitutivas son reconocidos como ciudadanos rusos a partir del 30 de setiembre, día en que las regiones se unieron a Rusia tras la aprobación de los referéndums, pero tienen un mes para rechazar la ciudadanía rusa. Los documentos especifican que los residentes de las nuevas regiones pueden adquirir la ciudadanía rusa presentando solicitudes y prestando juramento como ciudadanos rusos.
Según la ley aprobada, Donetsk y Lugansk conservarán su estatus de repúblicas después de unirse a Rusia, y el ruso será su idioma oficial. Por su parte, Jersón y Zaporiyia también se unirán a Rusia como entidades constituyentes y seguirán llamándose “regiones” (óblast). Las fronteras de las repúblicas y regiones –cuya anexión a Moscú tiene el rechazo prácticamente monolítico de la comunidad internacional– serán las mismas que “existían el día de su creación y adhesión a Rusia”. Los acuerdos internacionales especifican que sus fronteras con otros países se considerarán fronteras estatales de Rusia.
Pero el tema de las fronteras es motivo de polémica y sobre este punto se expresó el lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. En una conferencia de prensa, el funcionario dijo que Moscú “consultará” a la población para establecer las fronteras de las regiones anexionadas, aunque sin dar mayores detalles. “Seguiremos consultando a la población de estas regiones”, afirmó Peskov cuando los periodistas le preguntaron si Rusia estaba anexionando la totalidad o sólo partes del territorio que ocupa en esas zonas.