El Ejército ruso dio un ultimátum a las fuerzas armadas ucranianas para que depongan y salgan antes del mediodía de este lunes de la ciudad portuaria de Mariúpol, situada en la región del Donbás, donde desde hace muchos días se están registrando durísimos combates entre las tropas rusas y las ucranianas, algunas de ellas milicias ultranacionalistas que son muy fuertes en la zona. Esta situación llevó a la ciudad situada sobre el mar de Azov a una situación humanitaria desesperante, con carencias de todo tipo para la población civil y una cantidad de muertos no determinada, pero que se estima en no menos de 5.000 personas.
“La salida organizada de la ciudad se efectuará de la siguiente forma: de 10.00 a 12.00 todas las unidades armadas de Ucrania y los mercenarios extranjeros sin armas y municiones [podrán abandonar la zona] por una ruta acordada con Ucrania”, dijo Mijail Mizintsev, jefe del Centro de Control de la Defensa Nacional de Rusia.
De acuerdo a lo que consignó la cadena rusa RT, Mizintsev instó a los nacionalistas, así como a las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania y de la llamada Defensa Territorial a deponer las armas y salir de la ciudad hacia el territorio controlado por Kiev.
“En Mariúpol se ha producido una terrible catástrofe humanitaria como resultado de la anarquía de los nacionalistas ucranianos. Desesperados y fuera de sí, los bandidos, al darse cuenta de que es imposible que Kiev les preste ayuda, han sembrado el terror en masa en los barrios de la ciudad que aún controlan”, agregó el militar ruso.
Testigos que lograron salir de Mariúpol en los últimos días relataron que la ciudad está completamente destruida. Mientras los enfrentamientos siguen en varias ciudades ucranianas, incluidas las afueras de la capital, Kiev, el número de personas que abandonan cada día sus hogares aumenta. Sobre este tema, el jefe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el italiano Filippo Grandi, aseguró este domingo que diez millones de personas se fueron de sus casas desde que comenzó la invasión de las tropas rusas, el 24 de febrero. Algo más de seis millones de personas se fueron a otras ciudades y localidades ucranianas y poco menos de 3,5 millones lograron irse hacia otros países europeos, principalmente hacia Polonia, Rumania, Moldavia y Hungría.
“La guerra en Ucrania es tan devastadora que diez millones de personas han huido, ya sea como desplazados dentro del país o como refugiados en el extranjero”, dijo el jefe del Acnur en su cuenta de Twitter. “Entre las responsabilidades de los que libran una guerra, en todo el mundo, está el sufrimiento infligido a los civiles que se ven forzados a huir de su casa”, agregó Grandi.
Diferentes visiones sobre las negociaciones
El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavuşoğlu, dijo en una entrevista publicada este domingo por el diario local Hürriyet que los equipos negociadores rusos y ucranianos estaban cerca de llegar a un acuerdo sobre temas “críticos” y que tenía la esperanza de un alto el fuego si las dos partes no retrocedían en el progreso logrado hasta ahora.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y Ucrania, Serguéi Lavrov y Dmytro Kuleba, respectivamente, se reunieron en la ciudad turca de Antalya a principios de este mes, encuentro en el que también participó Çavuşoğlu. Si bien dicha instancia no arrojó resultados concretos, el jerarca turco agregó que estuvo la semana pasada en Moscú y Kiev, donde conversó nuevamente con los ministros Lavrov y Kuleba, y manifestó que hubo “un acercamiento en las posiciones de ambos lados sobre temas importantes, temas críticos”.
Pero el optimismo de Çavuşoğlu no es compartido por las autoridades estadounidenses, que este domingo pusieron en duda la voluntad del gobierno del presidente Vladimir Putin para lograr una salida negociada del conflicto de Ucrania. La embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, dijo en una entrevista televisiva que “los rusos no se han inclinado por ninguna posibilidad de una solución negociada” y aseguró que las conversaciones “parecen unilaterales”.
De todos modos, la diplomática agregó que Estados Unidos respalda que haya una negociación y evitó opinar sobre las concesiones que Ucrania tendría que asumir para conseguir el fin de la invasión de las tropas rusas. Por otra parte, desde Washington la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, informó que el presidente Joe Biden, quien el jueves participará en una cumbre junto con los líderes de todos los países de la Unión Europea en Bruselas y también se reunirá con las más altas autoridades de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), entidad cuya sede también se encuentra en la capital de Bélgica, no irá a Ucrania durante su gira por Europa.
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo en una entrevista que brindó el domingo a la cadena CNN que creía que la solución al conflicto sólo podía darse si él y Putin lograban reunirse y llegar a un acuerdo. Si bien el presidente ucraniano ha insistido varias veces en su intención de reunirse con su homólogo ruso, este suele menospreciarlo y por ahora no mostró la más mínima voluntad de concretar esta reunión.
“Creo que sólo nosotros dos, Putin y yo, podemos llegar a un acuerdo sobre esto”, dijo Zelenski, y agregó que “si estos intentos fallan, eso significaría que estaríamos ante una tercera guerra mundial”.
La semana pasada el mandatario ucraniano reconoció que su país no podría ingresar en la OTAN, una de las garantías de seguridad que el gobierno ruso viene pidiendo desde hace largo tiempo, pero en la entrevista de este domingo negó que tuviera en mente reconocer la independencia de las repúblicas prorrusas de Donetsk y Lugansk, donde actualmente de hecho Kiev no tiene ninguna autoridad.
“No se puede simplemente exigir a Ucrania que reconozca algunos territorios como repúblicas independientes”, dijo Zelenski. “Estos compromisos son simplemente incorrectos”, dijo. “Tenemos que idear un modelo en el que Ucrania no pierda su soberanía, su integridad territorial”, agregó el presidente ucraniano, quien en las últimas horas también lanzó un mensaje hacia la interna del país.
En la noche del sábado cadenas informativas ucranianas informaron acerca de un decreto emitido por Zelenski por el cual se prohíbe, mientras rija la ley marcial en el país –que se extendió durante un mes más–, la actividad de 11 partidos políticos de la oposición, entre los que se encuentran, entre otros, la Unión de Fuerzas de Izquierda, el Partido Socialista Progresista de Ucrania y el Partido Socialista de Ucrania. A todos los sectores comprendidos por la orden del mandatario se los acusa de tener vínculos con Moscú. “El Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ha decidido, dada la guerra a gran escala y los vínculos de algunas estructuras políticas con este Estado [Rusia], suspender cualquier actividad de una serie de partidos políticos durante el período de la ley marcial”, explicó el presidente Zelenski en un video difundido en los canales oficiales del gobierno ucraniano.