La visita a Brasil del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, dio pie a un nuevo desliz diplomático del mandatario brasileño Jair Bolsonaro.
El político europeo, quien pertenece al centroderechista Partido Social Demócrata, se reunió este domingo con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en la residencia del cónsul portugués en San Pablo, Paulo Nascimento. Según informó el portal Brasil 247, en el encuentro también participó el excanciller Celso Amorim, una de las figuras más prominentes del Partido de los Trabajadores (PT).
Algunas imágenes del encuentro fueron publicadas en las redes sociales del líder del PT, lo que exacerbó la molestia de Bolsonaro, quien, de todas maneras, antes de que Rebelo de Sousa llegara a Brasil y al enterarse de que se iba a reunir con Lula, ya había descartado un almuerzo que tenía programado con el político europeo el mediodía del lunes.
En una entrevista realizada antes de partir hacia Brasil, Rebelo destacó las diferencias con las que Portugal y Brasil están afrontando la guerra de Ucrania e indicó que ambos países se habían acercado mucho en años anteriores. También dijo que un desacuerdo con Bolsonaro no los separaría. “Las relaciones entre Portugal y Brasil son entre pueblos”, dijo el presidente portugués.
Entrevistado por medios de su país, Rebelo dijo que Bolsonaro tuvo la amabilidad de “insistir mucho para invitarme a ir a Brasilia”. “Entiendo que hay cuestiones políticas. Portugal es aliado de Ucrania, Brasil no. Ahora, el almuerzo es un tema que no estaba incluido en el plan inicial del viaje a Brasil. Si el almuerzo es posible, está bien, pero no es posible, nadie muere”, dijo el portugués, informó el diario carioca O Globo.
“Quien invita a almorzar es quien decide si almuerza o no. Si el presidente de la República Federativa de Brasil entiende que no puede, no quiere, no es oportuno, que no está en su agenda, está bien.”, aseguró Rebelo bajándole decibeles a la polémica decisión de Bolsonaro.
Sobre el encuentro con Lula, Rebelo afirmó que se programó en función de su condición de expresidente y no de candidato. El portal Carta Capital informó que Rebelo de Sousa tenía programado reunirse con otros dos exmandatarios brasileños, Fernando Henrique Cardoso y Michel Temer.
La actitud de Bolsonaro generó numerosas reacciones negativas. Una de ellas fue la del senador Randolfe Rodrigues, integrante del partido ecologista Rede, uno de los que integran la coalición que apoya al PT.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, el legislador le pidió disculpas a Rebelo por la actitud de Bolsonaro.
“En nombre del pueblo brasileño, quiero pedir disculpas al presidente de Portugal, a las autoridades del hermano país y al pueblo portugués. Y aseguro a todos los portugueses: ¡este tiempo de vergüenza y tristeza en nuestro país pasará!”, manifestó Rodrigues.