Mundo Ingresá
Mundo

Instalación en homenaje a una persona muerta en el descarrilamiento e incendio de un tren que transportaba productos químicos en East Palestine, Ohio.

Foto: Michael Swensen, Getty Images, AFP

Autoridades ambientales estadounidenses estudian “trabajos de remediación” tras derrame en Ohio

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Residentes del pueblo afectado por el descarrilamiento de un tren que cargaba sustancias químicas tóxicas iniciaron una demanda para que la empresa ferroviaria tenga la obligación de establecer un sistema de vigilancia sanitaria en el lugar.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El 3 de febrero, 50 vagones que transportaban sustancias químicas tóxicas de un tren operado por la empresa ferroviaria estadounidense Norfolk Southern descarrilaron en East Palestine, Ohio. Si bien no hubo heridos, se generó un incendio y humareda densa que afectó al pueblo, de unos 4.700 habitantes. En un principio, las autoridades estadounidenses decidieron delimitar una zona de evacuación y, por esta razón, casi la mitad de la población locataria tuvo que abandonar sus hogares. Ante el peligro de que se produjera una gran explosión descontrolada, los gobernantes optaron por liberar y quemar intencionalmente las sustancias de los vagones. Videos de esta situación se viralizaron en redes sociales y ocasionaron el intercambio de visiones sobre la medida.

El incidente generó preocupación, tanto por los efectos nocivos a la salud de las personas como por la contaminación ambiental. Días más tarde, el 10 de febrero, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés) informó mediante un comunicado que 20 vagones transportaban materiales peligrosos. En ese momento, también afirmó que “se han liberado y se siguen liberando” al aire, suelo y aguas superficiales, sustancias químicas como acrilato de butilo, 2-etilhexilo, éter monobutílico de etilenglicol y cloruro de vinilo. Este último fue el que generó mayor temor, ya que su exposición está asociada con un mayor riesgo a ciertos tipos de cáncer.

Sin embargo, el 12 de febrero, la EPA controló la calidad del aire y emitió otro comunicado, en el que afirmó que no había detectado contaminantes a “niveles preocupantes” en el pueblo estadounidense. Los controles tuvieron lugar en viviendas y, según se destacó, no detectaron cloruro de vinilo.

Parte de los químicos tóxicos provenientes de los vagones descarrilados fueron a parar a recursos hídricos de la zona, situación que causó mortandad de peces. Pero, según funcionarios estatales, el agua que se utilizaba para potabilizar no se vio afectada, aunque empresas proveedoras del servicio decidieron frenar sus actividades por precaución. Según datos del Departamento de Recursos Naturales de Ohio, se estima que el derrame afectó más de 11 kilómetros de arroyos y mató unos 3.500 peces.

A su vez, The New York Times dio a conocer que la EPA le comunicó a Norfolk Southern, el 10 de febrero, que podría ser responsable de los costos asociados a la limpieza del lugar, pero no ofrecieron más detalles. James Lee, responsable de relaciones con los medios de comunicación de la EPA de Ohio, dijo al medio estadounidense que, “una vez finalizada la fase de emergencia de la operación, comenzarán los trabajos de remediación a largo plazo”. Por otra parte, los vecinos de la zona han manifestado tener dolores de cabeza y malestar desde el momento del descarrilamiento. Incluso, The Associated Press comunicó que dos residentes iniciaron una demanda federal con el objetivo de que la empresa ferroviaria tenga la obligación de establecer un sistema de vigilancia sanitaria en el lugar y pagar los cuidados correspondientes a quienes se encuentren en un radio de 50 kilómetros.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa el acontecer internacional?
None
Suscribite
¿Te interesa el acontecer internacional?
Recibí la newsletter Mundo en tu email todos los domingos.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura