Una multitud acompañó este fin de semana a los familiares de personas secuestradas por Hamas el 7 de octubre en Israel, al cumplirse 100 días de su cautiverio. Se concentraron en una plaza de Tel Aviv para advertir que “el tiempo se acaba” para esos rehenes y reclamar un acuerdo que permita su liberación, informó Efe. Según esa agencia de noticias, la cantidad de manifestantes superó los 120.000.
La movilización, que se extendió por 24 horas, comenzó el sábado y continuó este domingo, para recordar los ataques de Hamas en los que, además, murieron 1.200 personas.
Según datos del gobierno de Israel, después de que más de un centenar de rehenes fueran liberados en noviembre, 136 personas continúan en manos de Hamas, y se presume que 25 de ellas ya habrían muerto.
Los discursos emitidos el fin de semana por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no apuntaron a un acuerdo a corto plazo para la liberación de los rehenes, sino a meses de guerra en la Franja de Gaza, donde la ofensiva lanzada por Israel mató en estos 100 días a casi 24.000 personas, dejó 60.000 heridos y destruyó la infraestructura de ese territorio palestino.
“Esta guerra ha afectado a 2,3 millones de personas, toda la población de Gaza. Muchos llevarán cicatrices de por vida, tanto físicas como psicológicas”, manifestó la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés), que no da abasto para atender a 1,4 millones de personas que viven “en condiciones inhumanas” en ese territorio.
Además de los bombardeos en la Franja de Gaza, en los últimos 100 días ha aumentado la violencia en Cisjordania, e Israel ha intercambiado ataques con la milicia chiita Hezbolá en Líbano. Al mismo tiempo, se abrió otro frente en Yemen entre aliados de Israel –Estados Unidos y Reino Unido– y los rebeldes hutíes, vinculados con Irán, que declararon su apoyo a los palestinos y han atacado barcos en el mar Rojo.
“Nadie nos detendrá, ni La Haya, ni el eje del mal, ni nadie más”, dijo Netanyahu el sábado en referencia a la denuncia de genocidio presentada por Sudáfrica contra su país ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, según citó Europa Press. “Estamos en el camino de la victoria y no pararemos hasta conseguirla. No hay nada que nos comprometa ni nadie que pueda detenernos”, dijo, y recalcó que “lo que ocurrió el 7 de octubre no volverá a pasar”.
A su vez, el jefe del Estado Mayor de Israel, Herzi Halevi, argumentó a favor de aumentar “la presión militar sobre Hamas” y dijo que es esa presión lo que “ha logrado devolver a muchos rehenes”.
Este domingo, Netanyahu presentó “un presupuesto de guerra” que aumenta los gastos bélicos para una ofensiva que “aún llevará muchos meses”, según informó la oficina del primer ministro. “Esto requiere que incurramos en gastos de seguridad mucho mayores de los que planeábamos”, agregó, y reiteró que los objetivos de esta ofensiva son “la eliminación de Hamas”, “la devolución de los rehenes” y “el restablecimiento de la seguridad en el norte y el sur” de Israel, donde los habitantes fueron evacuados por la violencia.
En el norte, en la frontera con Líbano, murieron ayer dos civiles israelíes, una mujer de 76 años y su hijo, en un ataque de Hezbolá en la localidad de Yuval. Desde el 8 de octubre, cuando comenzaron los bombardeos de Israel en Gaza y los intercambios de fuego entre ese país y Hezbolá, murieron en la zona de la frontera 28 civiles libaneses y siete civiles israelíes, además de 147 milicianos y nueve militares.
El líder de Hezbolá, Hasán Nasrala, reiteró este domingo que la violencia allí depende de lo que ocurra en Gaza. “El frente del Líbano fue creado para apoyar a Gaza y detener la agresión contra ella, y cuando la agresión cese, entonces esa será otra discusión. Antes que nada, detener la agresión contra Gaza, y después será una discusión diferente”, dijo.
Agregó que “la seguridad del mar Rojo, la calma del frente con el Líbano y la situación en Irak dependen de que se detenga la agresión contra Gaza”. También en el marco de este conflicto, milicias iraquíes vinculadas con Irán, reunidas bajo el nombre de Resistencia Islámica, han lanzado ataques contra dos bases estadounidenses en Siria el sábado.
Ese día, otras movilizaciones tuvieron lugar en varias ciudades israelíes en reclamo de elecciones anticipadas. Esos manifestantes llevaron a las calles su malestar ante la conducción de este conflicto por parte de Netanyahu y reclamaron un cambio de gobierno, así como el regreso de los rehenes.
Miles de personas participaron en las protestas en Tel Aviv, Haifa y otras ciudades, y según informaron el diario Haaretz y la agencia Télam, algunos de los manifestantes reclamaron también un cese del fuego.