Mientras continúa la ofensiva de Israel en Gaza, que hasta este lunes dejó 21.800 muertos, dirigentes políticos extremistas que integran el gobierno de Benjamin Netanyahu plantearon sus ideas de expulsar a la población palestina de ese territorio.
Para el ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, el conflicto actual es una “oportunidad para concentrarse en alentar la migración de los residentes en Gaza”, una medida que definió como “una solución correcta, justa, moral y humana”.
Así lo dijo a integrantes de su partido, Poder Judío, y a periodistas, según informó el diario The Times of Israel.
Tanto Ben Gvir como el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, líder del partido extremista Sionismo Religioso, consideraron que promover la “emigración voluntaria” de los palestinos brindaría a Israel seguridad para los habitantes en áreas cercanas a Gaza.
Desde hace décadas, Israel promueve la instalación de asentamientos judíos en Cisjordania, y uno de esos colonos instalados a la fuerza en territorio palestino es el propio Smotrich.
“No podemos retirarnos de ningún territorio en el que nos encontremos en la Franja de Gaza”, continuó el titular de Finanzas. “No sólo no descarto la instalación de judíos allí, sino que creo que es algo importante”, dijo el dirigente.
El ministro llamó a promover la migración voluntaria de los gazatíes a “países que acepten recibir a los refugiados”, e insistió con que el gobierno que integra no puede permitir que en Gaza residan más de dos millones de personas “que quieren destruir el Estado de Israel”.
Un día antes, Smotrich había abogado por “disminuir significativamente” el número de palestinos en Gaza, con el argumento de que si quedaran sólo “100.000 o 200.000 árabes [así llaman con frecuencia los israelíes a los palestinos] en Gaza en vez de dos millones, el discurso sobre el día después será diferente”.
Según informaron la agencia Efe y el diario Haaretz, Smotrich abogó por una presencia militar israelí sostenida en el tiempo y también por una presencia civil de su país en ese territorio palestino.
Dijo que se producirá un “éxodo palestino” y que serán los israelíes los que “vivan en la Franja de Gaza”.
Los palestinos “quieren irse”, agregó. “Llevan 75 años viviendo en un gueto y están necesitados”, dijo. “No creo que haya nadie en Israel que no quiera ver asentamientos judíos en todas partes” de Gaza, manifestó el ministro.
El legislador árabe israelí Ahmad Tibi, de la alianza de izquierda Hadash-Ta’al, dijo que tanto Smotrich como Ben Gvir están “incitando al genocidio”, y comparó sus propuestas con los llamados nazis a un expansionismo bajo el concepto de “Lebensraum”, o “espacio vital”, informó The Times of Israel.
Para los nazis, ese concepto incluía la idea de que había una raza superior con derecho a expandirse en el territorio y desplazar a sus habitantes originarios.
Otros políticos israelíes defendieron en las últimas semanas la expulsión de los palestinos de Gaza como refugiados, entre ellos la ministra de Inteligencia, Gila Gamliel, integrante del Likud, el partido de Netanyahu.
El primer ministro no se pronunció sobre ese tipo de propuestas.
Hasta ahora, lo que viene dejando en claro es que no está dispuesto a permitir que la Autoridad Nacional Palestina controle la Franja de Gaza una vez que los ataques militares terminen.
De ese modo, ignoró los llamados internacionales a buscar una solución de dos estados. El domingo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, Riyad al Maliki, acusó a Netanyahu de “elegir el exterminio de los palestinos antes que el reconocimiento de su Estado”.
A su vez, el gobierno israelí tiene previsto estudiar un plan para sustituir a los cerca de 80.000 palestinos que trabajan en Israel por trabajadores de otros países. La propuesta incluye reclutar a personas provenientes de Sri Lanka, China, India, Tailandia y Moldavia.
La Suprema Corte israelí anula parte de la reforma judicial de Netanyahu
Antes de que estallara el conflicto en Gaza, una multitud manifestaba cada sábado en Israel su rechazo a la reforma judicial que impulsaba el gobierno. Esa iniciativa buscaba ampliar el poder del Ejecutivo y quitarle a la Suprema Corte la potestad de revisar y revocar decisiones gubernamentales según si son o no razonables.
Este lunes se conoció que por una mayoría de ocho jueces en 15, la Suprema Corte derogó una ley fundamental en esta reforma bajo el argumento de que “causa un daño grave y sin precedentes a las características fundamentales de Israel como Estado democrático”.