De acuerdo con los datos que emergieron del último análisis de la Clasificación Integrada de Fases de la Seguridad Alimentaria (CIP), casi la mitad de los casi 12 millones de habitantes de Haití enfrenta una situación de hambruna aguda. La CIP proporciona una escala común para medir la gravedad y la magnitud del hambre aguda.
Mientras el país caribeño está viviendo una dramática situación social como consecuencia de la violencia generalizada promovida por los grupos criminales que imperan particularmente en la capital, Puerto Príncipe, 5,4 millones de personas pelean por alimentarse a sí mismas y a sus familias todos los días, lo que representa una de las proporciones más altas de personas con inseguridad alimentaria aguda en el mundo, según informó en su página oficial el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas.
Del informe se desprende que del total de personas que pasan hambre en Haití, dos millones se encuentran en niveles de situación alimentaria de emergencia (fase 4 de la CIP), lo que significa que enfrentan escasez extrema de alimentos, desnutrición aguda y altos niveles de enfermedades.
El último informe de la CIP cubre el período comprendido entre agosto de 2023 y febrero de 2024 y fue publicado de manera conjunta por el PMA, la Coordinación Nacional de la Seguridad Alimentaria (CNSA) de Haití y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
“No debemos darle la espalda a la peor emergencia de hambre en el hemisferio occidental. El PMA pide de manera urgente un apoyo amplio para aumentar masivamente la asistencia vital a las familias que luchan cada día contra una escasez extrema de alimentos, una creciente desnutrición y enfermedades mortales. No puede haber seguridad ni estabilidad en Haití cuando millones de personas se enfrentan al hambre”, expresó la estadounidense Cindy McCain, directora ejecutiva del PMA.
A las agencias alimentarias humanitarias y a las ONG que trabajan en el terreno en Haití les faltan 230 millones de dólares para implementar programas hasta fin de año.
En el informe publicado también se detalla que las organizaciones humanitarias siguen teniendo muchas dificultades para acceder a las comunidades que viven en áreas controladas por grupos armados.
Los ataques violentos y los combates vinculados a grupos armados aumentaron a comienzos de este año en Puerto Príncipe, lo que obligó a detener por un tiempo las operaciones marítimas y aeroportuarias. La situación de extrema violencia en muchas zonas de la capital forzó a cientos de miles de personas a dejar sus hogares en busca de seguridad. De hecho, en los últimos seis meses, el número de desplazados internos en Haití casi se duplicó y ahora son aproximadamente 700.000 las personas en esta situación.
Son precisamente las personas recién desplazadas las principales afectadas por el aumento del hambre.
Muchos de quienes dejaron sus hogares buscaron refugio en casi 100 lugares que existen para tales fines en toda la capital, entre ellos, escuelas y edificios públicos. No obstante, los sitios para desplazados internos suelen estar superpoblados y son insalubres, situación que crea un alto riesgo de propagación de enfermedades, mientras que las familias traumatizadas que vieron cómo sus ingresos y medios de vida desaparecían pugnan cada día por comprar alimentos en medio de un marcado aumento de los precios.