A Nadya Rasheed le tocó representar a Palestina en Uruguay en un período crítico. Durante el último año, la respuesta de Israel a los atentados de Hamas del 7 de octubre de 2023 mató a más de 42.000 personas en la Franja de Gaza, y destruyó buena parte de su infraestructura.
Fue también un período en el que Uruguay tuvo que tomar posición ante este conflicto en distintas instancias en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y optó por abstenerse a la hora de votar resoluciones que pedían un cese del fuego inmediato.
Acerca de estos últimos 12 meses, y de un conflicto que lleva décadas sin solución, la diaria conversó con Rasheed, que se dispone a dejar Uruguay para ejercer como embajadora palestina en México.
¿Te imaginabas hace un año que los ataques sobre Gaza podían extenderse por tanto tiempo?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que nada de lo que pasó comenzó el 7 de octubre. El pueblo palestino ha sufrido el despojamiento, el exilio y la ocupación por más de 76 años. Hemos sufrido cinco guerras en Gaza antes de este genocidio. Hemos sufrido la violación de cada uno de los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, durante cada día de nuestras vidas bajo el dominio israelí.
En cuanto a si podría haber imaginado o no un año entero de este genocidio y su brutalidad, no. Por más que haya visto muchas cosas como diplomática por Palestina en la ONU –no sólo en cuanto a la situación Palestina, sino en todo el mundo–, nada me preparó jamás para ver las imágenes que todos vemos cada día: 17.000 niños muertos en un año, más de 42.000 civiles. Imágenes de padres tratando de excavar con sus propias manos para encontrar a sus familias bajo los escombros. Niños muriendo de hambre. Hogares, escuelas, campos de refugiados, edificios de las Naciones Unidas destruidos en un instante por el Ejército israelí. No, nunca.
Pero sé por qué pasó esto. La razón por la que pasó esto es porque 76 años de impunidad, sin consecuencias para ninguno de los crímenes de guerra que han cometido, sin ninguna asunción de responsabilidad, les han hecho creer que no sólo pueden hacerlo, sino que pueden salirse con la suya sin consecuencias. Esto junto con décadas de deshumanización del pueblo palestino, de demonización de los palestinos, no sólo por parte de [el primer ministro israelí Benjamin] Netanayhu y este gobierno extremista, sino por la sociedad israelí, que no muestra empatía por los niños palestinos que han sido asesinados, o los 20.000 huérfanos que han dejado, o más de 1.000 niños mutilados. No les provoca ninguna emoción. No es el caso de todos los israelíes, pero sí de la mayoría.
También impactó mucho la violencia del 7 de octubre en Israel y en alguna entrevista has condenado esos ataques.
Nuestra posición en cuanto a la violencia contra civiles es clara. Condenamos cualquier violencia, cualquier asesinato de civiles, no importa quiénes sean, israelíes o palestinos.
Pero ahora estamos hablando de 365 días en los que más de 42.000 palestinos han sido asesinados. Estos son civiles, no son soldados. Quieren identificarlos a todos como milicianos de Hamas, Hamas esto, Hamas aquello, porque esa palabra los hace creer que esto está justificado. No está justificado. Israel no tiene el derecho a la autodefensa contra un pueblo ocupado. No podemos olvidar esto: Israel es una potencia ocupante, es una potencia nuclear, tiene uno de los ejércitos más poderosos del mundo, apoyado por Estados Unidos, la mayor superpotencia, contra el pueblo palestino que está indefenso, que lo único que reclama es libertad. La situación no es complicada: se trata de libertad, se trata de derechos humanos, de justicia.
Cuando miramos la situación en Gaza, no podemos olvidar que por 17 años Gaza estuvo completamente bloqueada, asediada, también bajo ocupación. Israel dice que dejó Gaza, que no está ocupada, pero eso no es cierto. No se trata de mi opinión, es lo que dice la ley. Ellos controlan la tierra, el aire, el mar, quién entra y quién sale, controlan a quién va el dinero. Entonces, cuando hablamos de esto, tenemos que hablar de todo. No podemos sacar las cosas de contexto. Tenemos que referirnos a las raíces de lo que ocurre, que son la ocupación y el apartheid.
Esa deshumanización de los palestinos ha sido muy cuestionada y ha aparecido incluso en declaraciones de ministros israelíes, que han dicho que “si se comportan como animales, los vamos a tratar como animales” o que “no hay inocentes en Gaza”. ¿Cómo percibís esto?
Eso es algo que no sólo escuchamos después del 7 de octubre. Hemos escuchado decir esto fuerte y claro a ministros, presidentes, primeros ministros. “Estamos lidiando con animales”, “Es una lucha de los hijos de la luz contra los hijos de la oscuridad”. Hemos escuchado este discurso en Israel por mucho tiempo. Llamarnos “cucarachas”, “serpientes”, decir que tienen derecho a matar a cada bebé porque cuando crezca va a ser un terrorista.
Este tipo de deshumanización habilita a los soldados que están cometiendo este genocidio a publicar en sus cuentas de Instagram con orgullo sus crímenes, a mostrarse usando la ropa interior de las mujeres, subidos a las bicicletas de los niños que han matado. La propia sociedad tiene un problema cuando las personas hacen viajes en botes a ver los bombardeos en Gaza. ¿Qué le pasa a esa sociedad? Eso no es normal. Nada de lo que hemos visto es normal. Yo espero que la gente no se insensibilice ante el horror del que estamos siendo testigos en nuestro Instagram, en nuestras redes sociales, mirando un genocidio en vivo, que es grabado por las propias víctimas de ese genocidio.
¿Es posible que esta deshumanización hacia los palestinos sea mutua, que haya un odio arraigado o una deshumanización hacia los israelíes de parte de los palestinos?
Te digo que lo que Israel está haciendo definitivamente no ayuda. No causa ningún tipo de amor hacia Israel por parte de los palestinos. Pero los palestinos han sido afortunados en conocer la diferencia entre los soldados, las fuerzas ocupantes, y el pueblo judío y los israelíes que quieren paz. Nosotros tenemos, y hemos tenido durante todos estos años de ocupación, cientos de activistas judíos llamando a proteger a los palestinos cuando están cosechando sus aceitunas, a proteger a los niños palestinos que van a la escuela frente a los colonos muy peligrosos que viven en nuestra tierra. Sabemos que hay una diferencia.
Los palestinos vivieron con cristianos y con judíos antes de que existiera Israel. No se trata de religión. Ellos convierten la religión en un arma, convierten en un arma su idea de antisemitismo para silenciar a la gente. No quieren que se debata, quieren que la gente se quede callada y tenga miedo de ser calificada de alguna manera [negativa]. Incluso a personas judías que estaban en las calles marchando con nosotros las llamaron antisemitas. Tienen una etiqueta para todos: o sos un simpatizante de Hamas, o un antisemita, o un judío que se odia a sí mismo, cuando sólo se trata de gente que cree en los derechos humanos para todos.
¿Cómo recibieron la posición de Uruguay en este conflicto, por ejemplo, cuando se abstuvo de votar resoluciones de la ONU pidiendo un cese del fuego?
Creo que es claro que nuestras posturas difieren. Nuestra posición está basada en la legislación internacional, en las leyes de derechos humanos, en todos los valores que el pueblo uruguayo también comparte de justicia, igualdad, libertad. Ha sido complicado y yo he sido muy franca en esto, como representante de Palestina en Uruguay, acerca de que no hemos entendido la posición de Uruguay al no pronunciarse sobre estos asuntos que claramente son violaciones del derecho internacional. No hay nadie que no esté de acuerdo con esto en el mundo de los expertos en derecho internacional. El secretario general de la ONU [António Guterres], las Naciones Unidas, la Corte Internacional de Justicia. La [Fiscalía de] la Corte Penal Internacional solicitó una orden de detención contra Netanyahu y su ministro de Defensa [Yoav Gallant]. Está claro. No hay dudas al respecto, no hay un debate. Lo que Israel está haciendo es un crimen contra la humanidad, es genocidio.
Lo que a nosotros nos gustaría escuchar del gobierno de Uruguay es que asuma una posición fundamentada como la que ha adoptado ante otros asuntos que considera violaciones a los derechos humanos: las que hay en la región, las que hay en otros lugares, cómo habla acerca de Ucrania. ¿Por qué no en el caso de Palestina? ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué nosotros somos la excepción?
Algunas voces en Israel han afirmado que los ataques en Gaza buscan minimizar daños, que si la intención hubiera sido la de cometer un genocidio, con los medios con los que cuenta, ya lo hubiera hecho. ¿Qué responderías a ese argumento?
Creo que da mucho miedo. Me deja casi sin aliento cuando alguien dice algo así. Porque ellos saben muy bien lo que están haciendo. Sabemos los nombres y las edades de las personas que fueron asesinadas, más de 42.000 palestinos, 17.000 niños. Lo que no sabemos son los datos de los palestinos desaparecidos que se encuentran todavía bajo los escombros. Ellos saben muy bien que The Lancet, que es una publicación médica muy prestigiosa, estima que en realidad son cerca de 200.000 los palestinos asesinados.
Israel está bloqueando la ayuda, comida, insumos médicos, ha destruido cada pozo de agua, el saneamiento está completamente destruido. Saben que si las bombas no matan a los palestinos, lo harán las enfermedades, el hambre, la deshidratación. Tenemos ahora la mayor cohorte de niños amputados. Niños que han tenido que ser amputados sin anestesia, mujeres que han tenido partos, cesáreas sin anestesia, a veces sólo con un analgésico. Saben exactamente lo que están haciendo.
El pueblo palestino es un pueblo orgulloso, está orgulloso de la educación que tiene. Destruyeron cada escuela, cada hospital, cada hogar. Dos millones de personas han sido desplazadas, no sólo una vez, más de siete veces. Le dicen a la gente que vaya a las “zonas seguras” sólo para bombardearlas. ¿Y cuál es el único argumento que tienen? Que había un miliciano de Hamas allí. Se ha comprobado que todas estas cosas no son ciertas. Cada acusación que Israel hace es una confesión.
Volviendo a Uruguay, el gobierno ha mencionado planes de abrir una oficina comercial en Jerusalén. ¿Has tenido oportunidad de hablar de esto, de explicarle al gobierno uruguayo la situación de Jerusalén en este conflicto?
Sí, hoy [el jueves], de hecho. Hoy tuve una reunión con el ministro de Relaciones Exteriores [Omar Paganini] con un grupo de países islámicos que representaba a 57 países. No todos estábamos aquí en Uruguay, pero hablamos en el nombre de 57 países. Y estamos agradecidos de que nos dedicara su tiempo y nos escuchara e intentara entender la posición de otros países. Le explicamos.
Creo que en los últimos dos años, desde que surgió la idea, cambió varias veces: se habló de una oficina diplomática, de una oficina de comercio, de innovación. Ahora, de la manera en que la describió, sería una oficina en la Hebrew University, que está en Jerusalén.
Nosotros le explicamos que no tenemos ningún problema con la relación que tú tengas con Israel, que la expandas. No nos involucramos, es tu decisión soberana. Pero un país como Uruguay, que respeta el derecho internacional, el multilateralismo, [debe considerar que] los países pequeños como nosotros necesitamos organizaciones multilaterales para que nos protejan. No tenemos ejércitos, lo que tenemos para defendernos son los derechos humanos y la ley internacional. En el momento en que Israel está llevando a cabo un genocidio, bombardeando Líbano, no es el momento de recompensar la impunidad.
Incluso si estás pensando en abrir la oficina en Jerusalén Oeste y no en Jerusalén Este [la zona árabe de esta ciudad que israelíes y palestinos reclaman como su capital], toda Jerusalén está ocupada. Cuando haya un acuerdo final, recién entonces hablaremos de capitales compartidas. Pero lo que Netanyahu dice es que nunca va a haber un Estado palestino, que no va a haber una solución de dos estados, y lo hemos visto anexar Jerusalén. Entonces, si podés abrir tu oficina en Tel Aviv o en otro lugar de Israel, ¿por qué Uruguay querría ser cómplice en un asunto muy delicado, en un tiempo horroroso, recompensando al líder y gobierno más fascista y racista, para complacer no se sabe a quién? Tenés 57 países diciendo “queremos expandir nuestras relaciones, queremos fortalecer nuestras relaciones”. No lo hagas en este momento. Significaría legitimar lo que está haciendo Israel, la anexión de territorio.
Él nos escuchó y nos dijo que la discusión va a continuar y que lo iba a hablar con el presidente. Y nosotros realmente esperamos que así sea, porque también le recordamos el pronunciamiento que emitió en julio la Corte Internacional de Justicia, que dice muy claramente que la presencia de Israel en territorio ocupado es ilegal, que Israel no tiene el derecho a la autodefensa [en territorios ocupados] y que los países no deben colaborar o reconocer las acciones ilegales de Israel, y eso se aplica a Uruguay.
Al mismo tiempo que continúan los bombardeos en Gaza, hay un avance de los asentamientos israelíes en Cisjordania. ¿Cuál es el objetivo de esta política, hasta dónde puede llegar?
Sólo se necesita escuchar lo que los ministros israelíes dicen. Cuando dicen cosas como que no existe algo llamado Palestina, que no existe el pueblo palestino o “esta es nuestra tierra entregada a nosotros por Dios”. No sólo quieren expandir sus fronteras. La idea es eliminar tantos palestinos como sea posible para conseguir más tierras palestinas. Es limpieza étnica básica. Y les han dado derechos y poderes a los colonos. Hay actualmente un millón de colonos viviendo en nuestra tierra. Esas personas han asesinado, torturado, y no tenemos manera de defendernos. Al parecer, Israel tiene derecho a defenderse a sí mismo, pero los palestinos no. ¿Cómo es posible? Si alguien entra a tu hogar, intenta literalmente robarte tu casa o llevar preso a tu hijo, no tenés derecho a hacer nada. Tenés que sentarte allí y quedarte callado, de lo contrario, van a demoler tu casa, van a llevar a todos a la cárcel, van a atacar a tu mujer delante de ti y no vas a poder hacer nada. Es impunidad en la forma más horrible esta idea de que el pueblo elegido de Dios puede hacer lo que quiera.
Este año, en Cisjordania, más de 700 palestinos fueron asesinados, y ahora, por primera vez en 20 años, están haciendo ataques aéreos como en Gaza.
Más de 10.000 palestinos fueron arrestados. Si Israel habla de los rehenes –y nosotros creemos que todos los rehenes deben volver a sus hogares–, nosotros también hablamos de 10.000 rehenes palestinos que Israel está reteniendo en cárceles, torturándolos.
También en el marco de este conflicto Israel lanzó una campaña contra la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos. ¿Qué implica esto?
Lo que están haciendo contra la UNRWA se debe a lo que representa. Es una agencia que es responsable por el registro de todos los refugiados palestinos, de 1948, de 1967. Está a cargo de la educación de los refugiados palestinos, de su salud, de darles oportunidades, habilidades para construir su país, para ser seres humanos que puedan tener esperanza.
Que Israel haya matado a la mayor cantidad de trabajadores de la ONU desde que fue creada es algo que a todo el mundo debería darle miedo. Que Israel haya matado el mayor número de periodistas en los últimos 30 años es algo que a todos debería darnos miedo. Que hoy haya herido a integrantes de las fuerzas de paz en Líbano es algo que debería darnos miedo. No hay consecuencias, no deben rendir cuentas y sienten que pueden hacer lo que quieran, por encima de las leyes.
Ahora la [propuesta impulsada en Israel de declarar a la] UNRWA como una organización terrorista está poniendo a todos los trabajadores de la ONU en peligro. ¿Para qué está entonces Israel en la ONU? La única resolución de la que quiere hablar es la que creó el Estado de Israel, la 181, pero las otras no las quiere reconocer: la resolución 194 acerca del retorno de los refugiados, la resolución 242 sobre el final de la ocupación. No quieren escuchar sobre ninguna otra resolución, le faltan el respeto al secretario general declarándolo persona non grata, matan a trabajadores de la ONU, bombardean sus instalaciones y escuelas. No tienen respeto por la ley, van reescribiendo las leyes.
¿Cómo se explica que esta situación continúe?
No podemos olvidarnos de Estados Unidos, que no sólo le da a Israel billones de dólares en armas, sino también protección política en el Consejo de Seguridad de la ONU, evitando resoluciones que puedan detener esto. Esto podría haber sido detenido cuando Estados Unidos lo decidiera, la primera semana. Hay un límite para una respuesta proporcional y podría haber sido una respuesta muy distinta que la que eligieron dar. El envío de armas a Israel por parte de otros países debe terminarse ya, así como el apoyo político. Israel se está convirtiendo en un Estado paria, está quedando muy aislado, y Estados Unidos se está convirtiendo en un Estado que es visto como cómplice en este genocidio. También los medios, desafortunadamente. Se informa que los palestinos “mueren”, no que los matan. Cuando un israelí es asesinado, conocemos su nombre, su familia, su edad, sus hobbies. Son personas. Los palestinos son sólo números.
Pero creo que eso está cambiando para gente de todo el mundo. Ayer [el miércoles] tuvimos una marcha maravillosa en Uruguay. La gente de Uruguay me conmovió mucho durante mi estadía acá. Somos un país lejano, pero la gente se da cuenta de que la injusticia en cualquier parte es injusticia en todas partes. Eso es algo de lo que Israel tiene miedo, de que Palestina se convierta en un movimiento global. Que la gente se dé cuenta y diga: “No, no existe sólo esta única narrativa que escuchamos sobre Israel, ahora vemos qué está pasando, ahora vemos que esto no empezó el 7 de octubre. Esto está ocurriendo para la gente palestina desde hace 76 años, y ellos intentaron la resistencia pacífica y no funcionó”. Intentamos un proceso de paz y eso no funcionó, intentamos ir a la Corte Penal Internacional y a la Corte Internacional de Justicia y nos castigaron. Eso es terrorismo diplomático para ellos, porque lo que quieren es que digamos: “Está bien, viviremos bajo la ocupación, bajo sus reglas, no vamos a decir nada”. Pero la gente que no es libre no va a aceptar nunca vivir una vida sin libertad. Nunca pasó en la historia. Y no vamos a ser una excepción.