El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, remarcó este domingo una vez más la defensa del multilateralismo entre los países y criticó las declaraciones que buscan justificar el uso de la fuerza y la intervención ilegal en otros países.
“La amenaza del uso de la fuerza militar se ha vuelto parte de la vida cotidiana de América Latina y el Caribe. Se reciclan viejas maniobras retóricas para justificar intervenciones ilegales”, afirmó el mandatario de 80 años en el discurso que dio en el día inicial de la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), que se está celebrando en la ciudad colombiana de Santa Marta.
“Somos una región de paz y queremos seguir siéndolo. Las democracias no combaten el crimen violando el derecho internacional”, agregó Lula, de acuerdo a lo que consignó Agência Brasil.
La reunión entre los bloques se desarrolla en un contexto de preocupación entre algunos gobiernos latinoamericanos por la ofensiva de Estados Unidos contra presuntos narcotraficantes en aguas internacionales. Desde setiembre, y por orden del presidente estadounidense, Donald Trump, el ejército de su país aumentó de manera notable su presencia militar en el Caribe, atacando embarcaciones en la región, alegando que transportaban drogas desde Venezuela a Estados Unidos.
Bajo el argumento de la lucha contra el narcotráfico, Trump viene teniendo una retórica intimidatoria contra Venezuela, insinuando incluso acciones terrestres ofensivas. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, negó de manera reiterada los vínculos entre su gobierno y organizaciones de narcotraficantes, y afirma que Estados Unidos está buscando pretextos para poder invadir Venezuela, el país que posee las mayores reservas petroleras del mundo.
En el marco de la reunión entre los representantes de los 33 países que integran la Celac y los 27 que componen la UE, Lula declaró que ambos grupos de países son fundamentales para construir un orden mundial basado en la paz, el multilateralismo y la multipolaridad. Sin embargo, el presidente reconoció que América Latina y el Caribe se convirtió una vez más en una región dividida, “más orientada hacia el exterior que hacia el interior”.
El líder del Partido de los Trabajadores mencionó amenazas como el extremismo político, la manipulación de la información y el crimen organizado. “Vivimos en un ciclo de reuniones repletas de ideas e iniciativas que a menudo nunca pasan del papel”, afirmó.
Menos de dos semanas después del operativo del gobierno del estado de Río de Janeiro contra el Comando Vermelho, que dejó 121 muertos, Lula declaró que la seguridad es un deber del Estado y un derecho fundamental. “No existe una solución mágica para acabar con la delincuencia. Es necesario reprimir al crimen organizado y a sus líderes, asfixiar su financiación y rastrear y eliminar el tráfico de armas”, argumentó el presidente, que no mencionó específicamente el caso de Río de Janeiro.
Lula afirmó que ningún país puede afrontar este desafío de forma aislada y recordó dos acciones que considera plataformas permanentes de cooperación para combatir los delitos financieros y el tráfico de drogas, armas y personas: el comando tripartito de la triple frontera con Argentina y Paraguay, y el Centro Internacional de Cooperación Policial de la Amazonia, que reúne a nueve países sudamericanos.
El presidente brasileño aprovechó también su discurso para destacar los avances y esfuerzos de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que comenzará este lunes en la ciudad de Belém, capital del estado amazónico de Pará.
“La COP30, que se celebra en el corazón de la Amazonia, es una oportunidad para que América Latina y el Caribe demuestren al mundo que conservar los bosques es cuidar el futuro del planeta”, señaló Lula, que poco después de participar en la cumbre Celac-UE partió desde Santa Marta directamente hacia Belém.