Los temores que habían manifestado organizaciones humanitarias por la cercanía del invierno en la devastada Franja de Gaza se hicieron realidad esta semana. La llamada “tormenta Byron” dejó inundaciones en campamentos de refugiados, un frío intenso y el derrumbe de edificios que ya estaban deteriorados por los bombardeos israelíes. Todo esto causó la muerte de 13 personas, entre ellas la de una bebé de ocho meses, Rahaf Abu Jazar, que murió de hipotermia.
La Defensa Civil, el servicio de emergencias de Gaza, informó que con el temporal se vinieron abajo 13 viviendas. Una fue la casa de la familia Badran, en Yabalia, en la que se encontraron seis cuerpos enterrados entre los escombros. Otros derrumbes, de un muro y una vivienda, ocurrieron en la ciudad de Gaza y dejaron dos muertos.
A lo largo de dos años de bombardeos, la ofensiva israelí obligó al desplazamiento a la mayoría de los pobladores de la Franja de Gaza y causó destrozos en más de 320.000 viviendas en un territorio de poco más de dos millones de habitantes.
En esa situación precaria, los efectos del temporal fueron devastadores. Más de 27.000 carpas improvisadas en las que sobreviven los palestinos quedaron destrozadas y el agua inundó campamentos de refugiados en distintas zonas del territorio. Más de 1.500 personas tuvieron que desplazarse una vez más, de acuerdo con la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA).
El temporal comenzó el miércoles, con lluvias muy fuertes durante la noche, y a primera hora del jueves, Defensa Civil recibió más de 2.500 llamadas de auxilio. Ese organismo local señaló que la muerte de la bebé Rahaf, que fue llevada al hospital Nasser con signos de hipotermia, ocurrió “a causa del grave frío que golpea a la región, a la falta de refugio, de calefacción y de la protección más básica para los niños”. Agregó que “todos los campos de refugiados en el norte están totalmente inundados”.
El viernes murieron otros dos niños por causas relacionadas con el frío. Hospitales locales reportaron que en el campamento de refugiados de Shati murió Taim Jawaja, de diez días, y en la ciudad de Gaza, Hadil Abdullah Hamdan, de nueve años, informó la agencia Efe.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó que estas muertes ponen “de relieve las amenazas a la vida que enfrentan familias que no tienen un lugar seguro adonde ir”. El jefe de la operación de la OMS para Palestina, Rik Peeperkorn, dijo que los efectos del invierno, sumados a la falta de agua y saneamiento, son un riesgo para niños, ancianos y enfermos crónicos. Advirtió que en un contexto de ese tipo aumentan las infecciones respiratorias agudas, la gripe, las diarreas y la hepatitis.
También Médicos sin Fronteras advirtió al respecto. Su coordinadora de emergencias en Gaza, Caroline Seguin, dijo que la organización humanitaria “está muy preocupada” por la llegada del invierno porque tiene la experiencia de 2024, cuando ese tipo de enfermedades se multiplicaron.
Dijo que la noche del jueves fue “muy difícil”, que “la gente tenía sus cosas en el agua, los colchones y la ropa estaban mojados y hacía mucho, mucho frío”. “Los heridos que viven dentro de carpas tendrán grandes dificultades para curar sus heridas y probablemente sufrirán un aumento de las infecciones”, agregó Seguin. “Tenemos muchas personas que han sido amputadas y que están en sillas de ruedas”, así como muchos niños que nacen con bajo peso, dijo, y señaló que para todos ellos “es casi imposible vivir en estas condiciones”.
Peeperkorn advirtió también que sólo 43% de los centros de salud funcionan, algunos de ellos parcialmente, y que se atraviesa “una grave escasez” de medicamentos y suministros para distintos tratamientos.
También el jefe de comunicaciones de Unicef, el fondo de la ONU para la infancia, Jonathan Crickx, advirtió, después de visitar el campo de refugiados de Mawasi, en el sur, que los afectados por las inundaciones “no tienen ropa para cambiarse” y “están en una situación en la que muchos han sido desplazados varias veces”. Señaló que el agua llegaba a unos 20 centímetros de altura en la noche del miércoles, lo que aumenta los riesgos para la salud en un lugar donde no cuentan con saneamiento, y que vio a muchos niños descalzos y con enfermedades respiratorias.
Hazem Qasem, portavoz del movimiento islamista Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza, dijo en un comunicado, citado por Europa Press, que “el colapso y las muertes que están teniendo lugar” en ese territorio palestino “son una extensión de la guerra y muestran el fracaso del sistema internacional a la hora de ofrecer ayuda en la Franja”.