Este martes, en su habitual contacto con medios de prensa en Moscú, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que no existían planes concretos para negociar la suspensión de los ataques contra objetivos ucranianos, pero que el presidente ruso, Vladimir Putin, estaba dispuesto a discutirlo directamente con Ucrania si Kiev eliminaba “ciertos obstáculos”.
Aunque no es frecuente, Putin sugirió en los últimos años, en más de una ocasión, que estaba dispuesto a conversar con su par ucraniano, Volodímir Zelenski.
Pero siempre que lo hizo, el mandatario ruso recordó que estas conversaciones están formalmente bloqueadas por Kiev, ya que un decreto de 2022 emitido por el gobierno de Zelenski prohíbe dialogar con Moscú mientras se mantenga la ocupación sobre el territorio ucraniano.
Los contactos indirectos entre rusos y ucranianos comenzaron a reactivarse luego de la asunción del presidente estadounidense, Donald Trump, quien durante la campaña electoral dijo en varias ocasiones que él sería capaz de terminar en pocos días con la guerra que comenzó con la invasión rusa en febrero de 2022.
Pero en los hechos las cosas están resultando bastante más complejas de lo que el líder republicano planteaba. Esto incluso lo llevó a decir la semana pasada que podría abandonar sus esfuerzos de mediación si no se consiguen avances concretos a corto plazo.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, dijo que la administración que él integra “no va a continuar con estos esfuerzos durante semanas y meses. Por lo tanto, necesitamos determinar rápidamente –y hablo de cuestión de días– si esto es viable en las próximas semanas”.
“Si es así, estamos cerca. Si no, tendremos otras prioridades en las que centrarnos”, expresó el jefe de la diplomacia de la Casa Blanca, quien hizo estas declaraciones el viernes en París, luego de reunirse con varios líderes de países europeos.
El lunes por la noche, desde Kiev, el presidente Zelenski reiteró la disposición de su gobierno a entablar conversaciones para poner fin a los ataques contra infraestructura civil.
“Ucrania mantiene su propuesta de no atacar, como mínimo, objetivos civiles. Esperamos una respuesta clara de Moscú. Estamos listos para cualquier conversación sobre cómo lograrlo”, declaró.
Si bien las dos partes informaron de una disminución de los combates durante la tregua de Pascua, aun así se acusaron mutuamente de violar el alto el fuego temporal, que duró menos de 48 horas.
En declaraciones a la televisión rusa el lunes, Putin afirmó que Rusia tenía una “actitud positiva hacia cualquier iniciativa de paz”.
Pero en los hechos, y en cada declaración pública que hicieron tanto el presidente como funcionarios de su gobierno, nunca dieron ninguna señal de estar dispuestos a ceder en sus pretensiones para poner fin a la guerra, entre ellas la desmilitarización de Ucrania y el control total por parte de Rusia de las cuatro regiones ucranianas anexadas en 2022 –Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón–, además de Crimea, invadida en 2014.
Mientras el diálogo entre las partes sigue sin cristalizarse, funcionarios ucranianos se reunirán el miércoles en Londres con pares de las potencias occidentales, incluido Estados Unidos, para hablar sobre alternativas que podrían poner fin a la guerra.
Se espera que la reunión dé seguimiento a las conversaciones de la semana pasada en París, donde el secretario de Estado estadounidense presentó el plan propuesto por Washington para la resolución del conflicto.
El Kremlin, según lo que declaró el portavoz Peskov al diario moscovita Izvestia, dice desconocer el contenido de tal plan.
Según Peskov, Rusia mantiene la comunicación con Estados Unidos a través de todos los canales disponibles, pero remarcó que su gobierno no está dispuesto a ser presionado “para cumplir plazos estrictos”.
Según informó el diario estadounidense The New York Post, el plan de Trump podría incluir el despliegue de fuerzas europeas en el territorio controlado por Kiev, una posibilidad que Moscú nunca aceptó.
También, de acuerdo a lo que informó el mismo medio, se está considerando la creación de una “comisión conjunta” integrada por representantes rusos, ucranianos y de un tercer país no perteneciente a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para supervisar cualquier alto el fuego.
Según el informe, Estados Unidos también podría participar, no como una “fuerzas sobre el terreno, sino como una fuerza monetaria, junto con un tercer país”.
Además, según la versión manejada por The New York Post, Ucrania parecería estar “dispuesta a ceder el 20% de su territorio”, siempre que se considere un reconocimiento “de facto” del territorio y no “de iure”.