Miles de integrantes de las organizaciones sociales que conforman el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) proclamaron el lunes en La Paz al presidente Luis Arce como su candidato para las elecciones del 17 de agosto. Ese acto, en el que participaron sindicatos de mineros, obreros y empleados estatales, fue precedido por otros similares en los departamentos de Santa Cruz, Potosí, Chuquisaca, Beni y Pando.
De este modo, el MAS acumula fuerzas en torno a Arce, después de que el expresidente Evo Morales, que también aspira a competir en las próximas elecciones, rompiera con el movimiento.
Semanas atrás, el 19 de abril, también Morales ratificó su candidatura en un acto en Cochabamba, su principal bastión electoral. “Estamos convencidos de que vamos a ganar las elecciones este año, por eso nos tienen tanto miedo, tanta bronca, [hay] tantas difamaciones [...] Unidos somos invencibles, movilizados inalcanzables”, dijo.
Sin embargo, el expresidente enfrenta varios obstáculos para volver a la presidencia. Para empezar, un fallo del Tribunal Constitucional de Bolivia lo inhabilitó para participar en las elecciones porque la Constitución establece que los presidentes pueden gobernar sólo por dos períodos, consecutivos o no, y el dirigente ya ocupó el cargo por casi 14 años, de 2006 a 2019.
Otro problema que enfrenta Morales es una investigación judicial por trata agravada de personas por el supuesto abuso sexual de una adolescente. Por este caso se emitió una orden de detención y cierre de fronteras para el expresidente después de que faltara a dos audiencias a las que estaba citado.
Sin embargo, esa orden fue anulada el miércoles por una jueza de Tarija, donde se tramitaba el caso, que ahora será investigado por un juzgado de la localidad de Villa Tunari, en Cochabamba. Así lo había reclamado la defensa de Morales, que logró que la investigación comience desde “cero”, según informó. “Después de mucho tiempo siento que llegó la justicia”, publicó Morales en sus redes.
Ese alivio para el dirigente pareció terminarse el viernes, cuando afirmó que sus informantes en el Poder Ejecutivo le comunicaron que el gobierno planea desplegar un operativo con 1.000 policías para detenerlo el viernes 16, según informó el portal Erbol. Ese día, Morales tiene previsto encabezar una marcha hacia La Paz, donde debe inscribir su candidatura personalmente para poder postularse.
La decisión de dejar sin efecto su orden de detención fue cuestionada desde el sistema judicial. El presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Romer Saucedo, manifestó: “No compartimos la posición de jueces que permiten a ciudadanos procesados por hechos de pedofilia burlarse de la justicia”.
A su vez, el presidente del Consejo de la Magistratura, Manuel Baptista, anunció que esa institución investigará el caso. “Si esta decisión ha sido en contra de la ley, tengan por seguro que esta funcionaria judicial va a ser sancionada como establece la normativa”, advirtió, según citó la agencia Efe.
Desde la emisión de la orden de captura, en octubre, Morales se mantuvo resguardado en el trópico de Cochabamba, rodeado de los trabajadores cocaleros a los que lideró por décadas, y que llegaron a cortar rutas contra la posible detención del dirigente. El expresidente afirmaba que esta investigación era uno de varios intentos de sus rivales políticos de perjudicarlo, y que sus seguidores iniciarían un “levantamiento” si era detenido.
Morales tiene además otro problema para conseguir sus objetivos electorales: hasta donde se sabe, no cuenta todavía con un partido que lo postule a la presidencia.
Su ruptura con el MAS se debió a que, en medio de las luchas por el control del movimiento, las autoridades electorales y judiciales reconocieron a un dirigente del bando de Arce, Grover García, como presidente de esa organización política. En respuesta, Morales abandonó el MAS y creó su propio movimiento, llamado Evo Pueblo. Pero este partido es demasiado nuevo y no cumple los requisitos para competir en las elecciones de agosto.
El expresidente llegó a acordar su postulación por otro partido, el Frente para la Victoria, pero esa alianza rápidamente se rompió por diferencias sobre la designación del candidato a la vicepresidencia.
Morales les dijo a sus partidarios que “no se preocupen” por este impedimento. “Por razones de seguridad no quiero comentarles de la sigla [el lema por el que se postulará], pero la sigla está garantizada para participar en estas elecciones”, dijo.
Arce en camino
Mientras tanto, Arce tiene el camino libre para la inscripción de su candidatura, que debe formalizarse entre el miércoles 14 y el lunes 19. “A partir de aquí empieza la carrera electoral”, dijo el presidente en el acto que lo proclamó “candidato del bicentenario de Bolivia y de la industrialización”. “¡Es momento ya de demostrar de qué estamos hechos los masistas!”, dijo.
Arce dijo el lunes que el MAS logró recorrer los mecanismos democráticos para que sean sus organizaciones las que elijan a sus candidatos sin “dedazos”. También dirigió su discurso contra la derecha boliviana, a la que acusó de impulsar bloqueos de rutas y marchas para “desestabilizar” a su gobierno, y la responsabilizó por el aumento de precios y la falta de dólares y de combustible que hoy atraviesa Bolivia.
“Hay que decirle a la derecha que nos cree muertos y que cree que no vamos a surgir, que no se olvide de que en 2020 también dijo que estábamos muertos y vencimos, ganamos las elecciones de 2020”, dijo. “El pueblo boliviano sabe que nosotros somos la única opción para que no vuelvan las privatizaciones, [...] para que no vengan otra vez a repartirse nuestros recursos naturales y entregarse a los intereses extranjeros”, dijo, según citó Erbol.
Sin embargo, Arce tampoco tiene el camino allanado ni al masismo alineado detrás de sí. En un acto reciente cuestionó una iniciativa presentada por un diputado arcista, Israel Huaytari, para postergar las elecciones. El recurso exigía que se respetara la paridad de género en las candidaturas. Según Arce, “hay muchos intereses de truncar las elecciones”, que “sí o sí” se van a celebrar este año porque “el pueblo quiere seguir viviendo en democracia”.
Otro de los diputados que lo apoyan, Andrés Flores, señaló que hay un desgaste político en el oficialismo que se refleja en las dificultades que encuentran los proyectos del gobierno en la Asamblea Legislativa. “Yo soy muy crítico, yo le diría al presidente Arce que no estamos para hacer campañas, no estamos para nuevamente ir a las elecciones”, dijo Flores, según citó Erbol. “Personalmente yo le pediría tal vez buscar otro compañero que vaya [a las elecciones], porque estamos muy desgastados con nuestro presidente”, agregó. Según su visión, Arce debería “descansar” para la siguiente gestión.
Arce no concuerda y está decidido a postularse, y días atrás intentó mitigar el malestar con la situación económica mediante un incremento del salario mínimo de 10%.
Para el domingo, estaba previsto que el MAS diera a conocer en un acto político quién completa la fórmula presidencial. Sin embargo, por “razones de fuerza mayor”, el anuncio se postergó para el domingo 11, lo que hace suponer que también esta candidatura está en disputa.
Desde Cochabamba
Mientras tanto, en Cochabamba, Morales mantiene una presencia intensa en redes sociales y busca la vía para volver al poder, al tiempo que cuestiona a sus oponentes políticos. Recientemente los criticó porque dijo haber escuchado “en medios de comunicación” que Arce tenía asesores de Brasil y que los candidatos de la derecha boliviana también recibieron asesoría extranjera para elaborar sus programas. Afirmó que la recibió Samuel Doria Molina, de la alianza Unidad, la principal de la oposición, y también Jorge Tuto Quiroga, de la alianza Libre, que según Morales fue asesorado por el gobierno del presidente de Ecuador, Daniel Noboa.
“Nosotros nunca hicimos eso”, destacó. Sin salir de Cochabamba, afirmó que su programa –que al igual que su movimiento lleva su nombre: Bolivia Cambia Evo Cumple– fue elaborado con “el pueblo”.