Mundo Ingresá
Mundo

Manifestantes antigubernamentales bloquean una calle, el 30 de junio, en Belgrado.

Foto: Oliver Bunic, AFP

Siguen las protestas lideradas por los estudiantes contra el gobierno en Serbia, acompañadas de una durísima represión

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Desde la UE dijeron que siguen de cerca la situación, y el Kremlin pidió que los países occidentales no se involucren en “sus revoluciones de colores”

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Este lunes, por tercer día consecutivo, continuaron las protestas en Serbia contra el gobierno liderado por el presidente conservador Aleksandar Vucic.

Estas nuevas manifestaciones comenzaron el sábado, cuando aproximadamente 150.000 personas convocadas por organizaciones estudiantiles, políticas y sociales se reunieron en el centro del Belgrado, donde se registraron numerosos incidentes con la Policía, que terminaron con decenas de personas detenidas y varias heridas.

Las movilizaciones en Serbia empezaron en noviembre del año pasado, cuando la caída de una estructura en la estación de tren de Novi Sad, la segunda más importante del país, costó la vida de 15 personas.

Las obras en la terminal habían sido inauguradas apenas dos años antes, por lo que el fallo estructural que provocó la tragedia fue atribuido a la corrupción y se le exigieron respuestas al respecto al gobierno de Vucic.

Los estudiantes fueron los convocantes iniciales de las movilizaciones, que comenzaron a tomar fuerza y provocaron que a fines de enero renunciara el primer ministro Milos Vucevic, que al igual que Vucic pertenece al conservador Partido Progresista Serbio.

Antes de las movilizaciones que comenzaron el sábado, que tuvieron lugar tanto en la capital, Belgrado, como en decenas de ciudades y localidades de la nación balcánica, el gobierno de Vucic había anunciado que no permitiría desórdenes, por lo que la represión desatada por las fuerzas de seguridad no sorprendió.

Además, desde el gobierno, varios funcionarios acusaron a los manifestantes de estar siendo influenciados y financiados desde el exterior con la finalidad de desestabilizar al actual Ejecutivo.

Serbia es un país que históricamente tiene fuertes lazos con Rusia. Honrando esa tradición, fundamentada, entre otros aspectos, por vínculos religiosos y culturales, el presidente Vucic tiene una gran afinidad con su par ruso, Vladimir Putin.

Precisamente desde el Kremlin se expresó este lunes sobre el tema el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov. “Estamos monitoreando la situación. Nos interesa que los disturbios se calmen sobre la base de la Constitución y las leyes de este país amigo, como declaró el presidente serbio, Aleksandar Vucic”, declaró Lavrov, de acuerdo con lo que informó Ria Novosti.

Lavrov además manifestó su deseo de que los países occidentales no se involucren en “sus revoluciones de colores”, haciendo clara referencia a la Revolución Naranja de Ucrania de 2004 y 2005, que terminó con la renuncia del presidente prorruso Víktor Yanukóvich.

Por otra parte, en la Comisión Europea, el principal órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), se dijo que se estaban siguiendo de cerca los acontecimientos en Serbia, país que no integra el bloque comunitario, pero donde hay sectores firmemente europeístas.

“Seguimos de cerca la situación. Condenamos enérgicamente cualquier acto de odio y violencia. El derecho de reunión pacífica debe ser protegido”, declaró el portavoz de la Comisión Europea, Guillaume Mercier.

En respuesta a la pregunta planteada de un periodista sobre si las recientes acciones de las instituciones estatales serbias se ajustan a las normas y valores de la Unión Europea, el portavoz de la Comisión no respondió directamente, pero recordó los principios europeos fundamentales: la libertad, la democracia, la igualdad y el Estado de derecho, el fomento de la paz y la estabilidad.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa el acontecer internacional?
None
Suscribite
¿Te interesa el acontecer internacional?
Recibí la newsletter Mundo en tu email todos los domingos.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura