En una controvertida iniciativa, el presidente estadounidense, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva en la que determina la prohibición de ingreso al país para ciudadanos de 12 países alegando riesgos para la seguridad nacional.
La prohibición restringe totalmente la entrada a territorio estadounidense de personas de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Además, la medida firmada en la noche del miércoles restringe y limita parcialmente la entrada a Estados Unidos a ciudadanos oriundos de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
La medida oficializada por Trump se venía preparando desde hace casi medio año, en cumplimiento de una orden ejecutiva emitida el día en el que el magnate republicano volvió a la Casa Blanca que instruía a las agencias a identificar los países donde la verificación de antecedentes de visitantes y solicitantes de visa se considera inviable y representa una amenaza para la seguridad nacional.
El medio estadounidense Politico recordó que la extensa planificación deja en claro los esfuerzos de la Casa Blanca por obtener la aprobación legal necesaria. La prohibición de viajes emitida en 2017, durante el primer gobierno de Trump, que fue dirigida casi exclusivamente a países de mayoría musulmana, sufrió varias derrotas judiciales antes de que una versión reducida finalmente entrara en vigor.
“No permitiremos que entren a nuestro país personas que quieran hacernos daño, y nada nos impedirá mantener a Estados Unidos seguro”, dijo Trump en un video publicado por la Casa Blanca en la noche del miércoles.
La prohibición exime a titulares de visas existentes, residentes permanentes legales, categorías de visas específicas y personas que el gobierno determine que sirven a los intereses nacionales.
Trump informó que el secretario de Estado, Marco Rubio, hizo una revisión de seguridad de las “regiones de alto riesgo” y formuló recomendaciones sobre qué países deberían ser sancionados con nuevas restricciones.
La administración analizó factores como la actividad terrorista, la cooperación en materia de seguridad de visas, la capacidad de un país para verificar la identidad de los viajeros, el registro de antecedentes penales de los ciudadanos, así como la tasa de permanencia ilegal en el país tras el vencimiento de la visa.
Inicialmente, Washington consideró incluir muchos más países en la nómina. Sobre ese tema, Trump declaró que la lista podría modificarse si los países mejoran las condiciones y cumplen con los estándares estadounidenses, y que se podrían agregar otros si representan un riesgo.
La retórica de Trump contra la inmigración fue uno de sus principales ejes ideológicos desde que comenzó su vida política, y esta posición se exacerbó todavía más en este segundo mandato, al buscar expulsar rápidamente a los inmigrantes indocumentados del país y declarar la inmigración como una “invasión”.
La firma de la prohibición se produce pocos días después de que un hombre lanzara bombas molotov y usara un lanzallamas improvisado contra manifestantes proisraelíes en la ciudad de Boulder, en el estado de Colorado, hiriendo a varias personas.
El agresor fue identificado como Mohamed Soliman, un ciudadano egipcio que entró en Estados Unidos en 2022 con una visa que expiró en 2023.
“El reciente ataque terrorista en Boulder, Colorado, ha puesto de relieve los graves peligros que representa para nuestro país la entrada de extranjeros sin una verificación adecuada, así como la de quienes vienen como visitantes temporales y se quedan más tiempo del permitido por sus visas. No los queremos”, declaró Trump en el video publicado por la Casa Blanca en el que anunció la prohibición.
La planificación de la Casa Blanca para la anunciada prohibición de viajes marca un cambio con respecto a 2017, cuando la implementación desordenada de restricciones por parte del presidente para los ciudadanos de algunos países de mayoría musulmana provocó la presentación de numerosos recursos legales y un caos generalizado en los aeropuertos estadounidenses.
El anuncio de Trump fue rechazado por numerosas organizaciones y colectivos que defienden los derechos de los migrantes. Desde Amnistía Internacional calificaron la medida como “discriminatoria, racista y absolutamente cruel”. “Al atacar a las personas por su nacionalidad, esta prohibición sólo difunde desinformación y odio”, afirmaron desde la organización en su cuenta de X.
Por su parte, Abby Maxman, presidenta de Oxfam América, declaró: “Esta política no se trata de seguridad nacional; se trata de sembrar la división y vilipendiar a las comunidades que buscan seguridad y oportunidades en Estados Unidos”.