La comparecencia ante el Congreso del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, terminó este miércoles con aplausos de los representantes de su organización política, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y con gritos de “dimisión, dimisión” desde la bancada del opositor Partido Popular (PP).
Sánchez, que descartó la posibilidad de renunciar, presentó un plan anticorrupción, en momentos en que su gobierno atraviesa una crisis política.
Cuatro colaboradores de su máxima confianza, que años atrás lo apoyaron en la campaña para volver a liderar el PSOE y después para asumir la presidencia del gobierno, en 2018, son acusados de cometer varios delitos.
José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que también ocupó ese cargo en el partido, y el asesor político Koldo García son investigados por supuestos cobros ilegales por obras públicas o compras estatales. Por último, Francisco Salazar, otro hombre de confianza de Sánchez, es acusado de acoso sexual y de estar contratado en un ayuntamiento pero no cumplir esas funciones.
A todo esto se agregaron audios de escuchas telefónicas que exponen a Ábalos y Koldo hablando de repartirse los servicios de trabajadoras sexuales y de conseguir empleos en el Estado para mujeres con las que supuestamente tenían un vínculo sexual.
El presidente del gobierno pidió “perdón”, dijo que está decepcionado consigo mismo y asumió su “error” de confiar en esas personas.
En alusión al escándalo de corrupción, Sánchez dijo a los diputados: “Vengo a proponer medidas para que algo así no vuelva a suceder. Asumir la responsabilidad es pedir perdón, tomar medidas y seguir para hacer avanzar a España. Yo soy un político limpio que lidera un partido ejemplar”.
“Este gobierno y los gobiernos que he tenido el honor de presidir, junto con el de José Luis Rodríguez Zapatero [también del PSOE], han sido los más limpios de la historia de la democracia” española, afirmó Sánchez.
Destacó que durante el gobierno de Felipe González, del PSOE, varios altos cargos tuvieron que renunciar por casos de corrupción. Dijo que el Ejecutivo de José María Aznar, del PP, fue “el más corrupto”, por la cantidad de casos de corrupción, funcionarios implicados y montos involucrados. Acerca del último presidente español del PP, Mariano Rajoy, dijo que “en términos cuantitativos” incluso superó a Aznar.
Ante los diputados, Sánchez presentó un paquete de 15 medidas anticorrupción. Una consiste en crear listas negras de empresas que no podrán contratar con la administración pública por haber sido condenadas por pagar sobornos. Así se buscará “perseguir a los corruptos, pero también a los corruptores”.
Otras medidas apuntan a aumentar las penas para estos delitos y ampliar el tiempo que transcurre hasta su prescripción. También propuso modificar la legislación para proteger más a quienes denuncien delitos de este tipo y crear una Agencia de Integridad Pública independiente, que “asumirá las funciones clave en la prevención, supervisión y persecución de prácticas corruptas”, informaron la agencia Europa Press y eldiario.es.
En materia procesal, Sánchez se propone contar con “jueces especializados” en delitos contra la administración pública y con procedimientos judiciales acelerados que eviten demoras que “merman la confianza” de los ciudadanos.
A estas medidas se agregan otras de transparencia en el Estado, con “controles patrimoniales aleatorios y anuales para altos cargos durante todo su mandato para vigilar que nadie obtiene un beneficio indebido”, además de más controles a la financiación de los partidos políticos.
“No voy a tirar la toalla, vamos a continuar”, dijo Sánchez. Afirmó que va a seguir en el cargo porque es un dirigente “limpio” y porque representa a un proyecto político “que va mucho más allá” de su persona y que “no está culminado”.
Gabriel Rufián, portavoz de uno de los partidos aliados de Sánchez, Esquerra Republicana de Catalunya, le advirtió que abandone la estrategia del “y tú más”, que exhibió al recordar casos de corrupción de otros gobiernos, porque cuando la izquierda roba “la penalización [de los votantes] es mayor”. Rufián le pidió al mandatario que “salga a la ofensiva” contra la derecha.
A su vez, la líder de Sumar y vicepresidenta segunda del gobierno, Yolanda Díaz, dijo que Sánchez es “honrado” y se manifestó conforme con las propuestas presentadas este miércoles. No obstante, le pidió al presidente del gobierno que dé un “cambio de rumbo” hacia la izquierda. Otros aliados, como Compromís, pidieron más garantías de que el PSOE no accedió a financiación irregular.
A su vez, Alberto Núñez Feijóo, el líder del PP, dijo que España “necesita un gobierno decente” y que el actual “no lo es”, y que “necesita un presidente honrado y este no lo es”.