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Luiz Inácio Lula da Silva, en el Parque de exposiciones Linhares en Espíritu Santo.

Foto: Ricardo Stuckert, presidencia de Brasil

Lula dijo que Bolsonaro envió a su hijo a pedirle a Trump que amenazara a Brasil para salvarlo de la Justicia

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Los aranceles anunciados por Estados Unidos recibieron el rechazo de la mayor organización patronal de Brasil y de movimientos sociales.

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La poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), la mayor organización patronal de Brasil, repudió el anuncio de Donald Trump de imponer un arancel de 50% a los productos brasileños. El motivo presentado por el presidente estadounidense para aplicar esa medida fue que, en su opinión, el gobierno de Brasil ha tratado mal al expresidente Jair Bolsonaro, a quien la Justicia investiga por intento de golpe de Estado.

En un comunicado, el presidente de la Fiesp, Josué Gomes, acusó a Trump de “romper las reglas” entre dos países que han tenido una “excelente” relación. Señaló que Brasil es una “nación soberana en la que prevalecen el Estado democrático de derecho” y la independencia de poderes. “Parece innecesaria esta afirmación, pero, cuando se utilizan razones no económicas para justificar la ruptura de todo reglamento comercial y del derecho internacional, es importante reafirmar estos principios”, dijo.

“Esperamos que la diplomacia y las negociaciones equilibradas prevalezcan, por encima de ideologías y preferencias personales, y que el sentido común vuelva a guiar la relación”, manifestó Gomes.

También se pronunció la conservadora patronal del agro, la Confederación de Agricultura y Pecuaria de Brasil. Consideró “injustificada” la medida de Trump, señaló que perjudica a las economías de los dos países y llamó a un diálogo “sin condiciones” entre “los dos gobiernos y sus sectores privados”.

A su vez, movimientos sociales que habían convocado para el jueves una manifestación en San Pablo en reclamo de un impuesto mundial a los multimillonarios se sumaron al rechazo al anuncio de Trump. Reclamaron que respete la soberanía de Brasil y mostraron carteles con la imagen del presidente estadounidense y la inscripción “Enemigo del pueblo”. Algunos manifestantes, además, pedían prisión para Bolsonaro.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se refirió a esta crisis en una entrevista con TV Record. En un adelanto divulgado el viernes dijo que en un primer momento creyó que la carta publicada por Trump, en la que anunciaba esta represalia comercial y decía que Bolsonaro es perseguido, era “apócrifa”. Le exigió “respeto” por la Justicia de Brasil y afirmó: “Yo no me meto en el Poder Judicial, porque aquí es autónomo”.

Lula consideró que Trump está “muy mal informado” sobre cómo funcionan las instituciones en Brasil, y señaló que Bolsonaro será juzgado, y si es culpable deberá cumplir la pena, aunque Estados Unidos imponga aranceles.

En el aspecto comercial, Lula señaló que, pese a lo que dice Trump, la balanza comercial entre los dos países ha marcado superávits a favor de Estados Unidos en los últimos 15 años.

Manifestó su voluntad de negociar y de recurrir incluso ante la Organización Mundial del Comercio, pero dijo que si eso no da resultados, aplicará el principio de reciprocidad e impondrá aranceles de 50% a los productos estadounidenses. También anunció que planea crear un comité que siga de cerca esta situación, al que invitaría a empresarios, y que se encargaría de “repensar la política comercial brasileña con Estados Unidos”.

“Queremos negociar, y queremos que se respeten las decisiones brasileñas. Por lo tanto, si [Trump] sigue jugando con los impuestos, estos serán interminables. Alcanzaremos millones y millones de millones en impuestos. Lo que Brasil no acepta es la injerencia en los asuntos internos”, dijo Lula, según citó Efe.

Lula también manifestó su malestar por la acción de Trump de hacer pública la carta en la que anuncia sus medidas y dice que Bolsonaro es perseguido, en lugar de comunicarse directamente con el gobierno de Brasil. Consideró que un gobierno “no puede tolerar” la “interferencia de un país en la soberanía de otro”, y en particular la interferencia de un presidente en el Poder Judicial.

Lula les dedicó críticas a Trump y a Bolsonaro. Sobre el presidente estadounidense afirmó que no puede “pensar que fue elegido para ser el sheriff del mundo; fue elegido para ser presidente de Estados Unidos. Puede hacer lo que quiera dentro de Estados Unidos. Aquí, en Brasil, quienes mandamos somos nosotros, los brasileños”.

En cuanto a los Bolsonaro, tanto el expresidente como su hijo Eduardo, los responsabilizó por la situación desatada con Trump. En marzo, Eduardo Bolsonaro se instaló en Estados Unidos y se contactó con integrantes del gobierno de ese país y legisladores oficialistas para pedirles apoyo con el objetivo de liberar a su padre del proceso judicial que enfrenta.

Lula dijo que el expresidente “mandó a un hijo que era diputado a apartarse de la cámara para ir allá a pedir: ‘Trump, por el amor de Dios, liberá a mi padre, no dejes que mi padre vaya preso’”.

Para el presidente de Brasil esta acción fue también “un intento de explotar la política internacional para obtener rédito electoral”, según citó el portal Metrópoles.

“Aquella cosa cobarde [Bolsonaro], que preparó un golpe en este país”, está “siendo procesado, va a ser juzgado, y mandó al hijo a pedirle a Trump que amenace y lo libere de ir preso”, dijo. “Esta gente debería tener vergüenza”, agregó.

A su vez, el secretario de Comercio y Relaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura, Luis Rua, dijo el viernes a corresponsales extranjeros que el gobierno se propone negociar con Washington para revertir este arancel “injusto” que entraría en vigencia el 1º de agosto. Pero, para el caso de que no se logre, están previstas “acciones específicas” para reducir su impacto.

“Estamos seguros de que con las nuevas aperturas [de mercados] el impacto será suavizado y Brasil saldrá fortalecido”, dijo el funcionario. Consideró “importante” cerrar el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, pero también dijo que Brasil mantiene contactos con varios países de Asia para abrir mercados.

Trump también se refirió el viernes a esta situación. Consultado por la prensa sobre si había hablado con el gobierno de Brasil, respondió: “Puede que en algún momento hable con ellos”. Sin embargo, insistió con que el gobierno de Lula está “tratando de manera muy injusta al [ex] presidente Bolsonaro”, con el que se llevó muy bien y era “un hombre honesto”.

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