La Organización de las Naciones Unidas (ONU) oficializó la situación de hambruna en la gobernación de Gaza, al norte de la Franja y donde se encuentra la capital del enclave, tras el análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés), que ubicó el área en la fase 5, correspondiente a “hambruna con evidencia razonable” y con perspectiva de expansión.
La clasificación de hambruna supone la evidencia de que “los hogares sufren una falta extrema de alimentos y/o no pueden satisfacer otras necesidades básicas, incluso después de haber aplicado todas las estrategias de supervivencia posibles”, y se observan “casos evidentes de inanición, muerte, indigencia y niveles extremadamente críticos de malnutrición aguda”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, consideró que los resultados del IPC no eran un “misterio”. “Es un desastre provocado por el hombre, una acusación moral y un fracaso de la humanidad misma”, aseveró el jefe de la ONU, quien expresó que “Israel, como potencia ocupadora, tiene el deber, bajo el derecho internacional, de garantizar alimento y recursos médicos a la población”.
“La hambruna no se trata sólo de comida; es el colapso deliberado de los sistemas necesarios para la supervivencia humana. La gente se muere de hambre. Los niños mueren. Y quienes tienen el deber de actuar no lo hacen”, sostuvo Guterres en X.
“Tras 22 meses de conflicto incesante, más de medio millón de personas en la Franja de Gaza se enfrentan a condiciones catastróficas caracterizadas por el hambre, la indigencia y la muerte. 1.070.000 personas (54%) se encuentran en situación de emergencia (fase 4 del IPC) y 396.000 personas (20%) se encuentran en crisis (fase 3 del IPC)”, indica la clasificación en su reporte.
En tanto, la malnutrición amenaza la vida de 132.000 niños menores de cinco años, incluidos 41.000 casos graves, lo que duplica las cifras de mayo, indica el IPC, que detalla que “más del 90% de los niños menores de dos años consumen menos de dos grupos de alimentos al día”. Además, alrededor de 55.500 mujeres embarazadas y lactantes “sufren malnutrición aguda y requieren una respuesta nutricional urgente”.
El IPC también advirtió que la gobernación del norte de Gaza “probablemente se enfrenta a condiciones similares o peores que la gobernación de Gaza, pero carece de datos para su clasificación”. Asimismo, se prevé que “las condiciones empeoren aún más” entre mediados de agosto y finales de setiembre, con la proyección de que la calificación de hambruna se extienda a las gobernaciones de Deir al-Balah y Jan Yunis, ubicadas en el centro y en la parte suroccidental de la Franja de Gaza, respectivamente.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel, Oren Marmostein, desmintió el análisis del IPC y apuntó a que está “hecho a la medida con la campaña mentirosa de Hamas”. El jerarca israelí aseguró que “el documento entero está basado en las mentiras de Hamas, lavadas por organizaciones con intereses particulares”, e insistió en que “100.000 camiones con ayuda humanitaria han entrado a la Franja desde el inicio de la guerra y en semanas recientes se ha producido una entrada masiva de ayuda que ha inundado Gaza con comida, causando una reducción en los precios de los alimentos, que han abastecido los mercados”.