Los jefes diplomáticos de Rusia y Estados Unidos, Serguéi Lavrov y Marco Rubio, mantuvieron este martes una conversación telefónica en la que avanzaron en los detalles de la cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin que tendrá lugar el viernes en Anchorage, la ciudad más importante del estado de Alaska.
En una publicación en Telegram, Lavrov afirmó que ambas partes habían reafirmado su intención de mantener conversaciones exitosas, algo que también se expresó desde el Departamento de Estado estadounidense.
Poco después, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que los mandatarios discutirían el fin de la guerra en Ucrania. “El viernes por la mañana, Trump viajará a Anchorage, Alaska, para una reunión bilateral con el presidente ruso Vladimir Putin”, declaró Leavitt a la prensa. La funcionaria agregó que Trump está decidido a intentar poner fin a esta guerra y detener la matanza.
El lunes, Trump declaró a la prensa que iba a ver qué tenía Putin en mente para llegar a un acuerdo que pusiera fin a los combates. Trump también dijo que él y Putin discutirían un “intercambio de territorios”, dejando claro que podría apoyar un acuerdo que permita a Rusia mantener el control de al menos parte del territorio ucraniano que ocupa actualmente en el marco del conflicto que empezó en febrero de 2022, con la invasión rusa a Ucrania.
El gobierno de Kiev que lidera el presidente Volodímir Zelenski se remarcó en reiteradas ocasiones que no aceptará ningún acuerdo que implique la cesión de territorios ocupados por Rusia, la península de Crimea y las provincias de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia.
El martes, Zelenski declaró que Putin quiere que Ucrania retire sus tropas y funcionarios del 30% restante de la región de Donetsk que controla Ucrania como parte de un acuerdo de alto el fuego, afirmando que un funcionario estadounidense le había comunicado esta postura. Rusia se quedaría además con Crimea y la provincia de Lugansk, y se retiraría de Zaporiyia y Jersón.
El presidente ucraniano dijo que su país no podría aceptar la propuesta rusa de ceder más territorio a cambio del final de la guerra, ya que, de acuerdo a su visión, Moscú utilizaría lo obtenido como trampolín para iniciar una futura guerra.
Zelenski afirmó no creer que Donald Trump apoyara las demandas de Rusia y expresó su esperanza de que el líder estadounidense actuara como un mediador honesto en la reunión con Putin del viernes en Alaska.
En una declaración consignada por agencias internacionales, Zelenski agregó que no había indicios de que Rusia se estuviera preparando para implementar un alto el fuego, ya que en las últimas horas se conocieron informes de que pequeños grupos de combatientes habían logrado penetrar las defensas ucranianas en el este del Donbás, región compuesta por las provincias de Donetsk y Lugansk, avanzando aproximadamente diez kilómetros en tres días.
La alarma que surgió en Ucrania luego de que el viernes se informara sobre el encuentro entre Putin y Trump en Alaska también generó inquietud dentro de la Unión Europea (UE), el principal aliado político del gobierno de Kiev.
En este sentido, el martes todos los gobernantes del bloque comunitario, con la excepción del primer ministro húngaro Viktor Orbán, que es un firme aliado de Putin y desde hace varios años una piedra en el zapato de la UE, firmaron una declaración defendiendo la soberanía territorial de Ucrania. En la declaración, los líderes de la UE hicieron un llamamiento para defender la libertad de Ucrania para decidir su propio futuro antes de su cumbre virtual con Trump, convocada para debatir la estrategia estadounidense antes de las conversaciones del viernes con Putin.
La exprimera ministra de Estonia, Kaja Kallas, jefa de política exterior de la UE, también pidió que Zelenski tome parte en la cumbre del viernes, pero esta alternativa fue descartada completamente por el Kremlin.
Trump insiste en que su reunión con Putin será un “sondeo” para evaluar la voluntad del líder ruso de llegar a un acuerdo, pero los líderes europeos temen que Trump emita una declaración conjunta con Moscú que implique concesiones territoriales irrecuperables para Ucrania.