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Encuentro “Frenteamplistas: tenemos que hablar”, realizado el 4 de octubre en el local de la Coordinadora B del Frente Amplio, en Montevideo.

Foto: Diego Vila

Militantes frenteamplistas criticaron el rumbo del gobierno: “Cuando nos olvidamos de a quién representamos, el pueblo se desilusiona”

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Nathalie Barbé, del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, aseguró que el diálogo social “viene sesgado” y no plantea “una seguridad social 100% pública y sin AFAP”; además, cuestionó al presidente por no recibir a los trabajadores, pero sí a las empresas.

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La falta de “señales de un gobierno de izquierda” reunió en este caluroso sábado de octubre a militantes frenteamplistas en el local de la Coordinadora B de Montevideo, ubicado sobre la calle Juan Paullier. En el encuentro, que más de 5.000 personas visualizaron por Youtube, los militantes –muchos de todas las horas– expresaron su preocupación por el camino del gobierno que encabeza Yamandú Orsi, “que no es el que queremos todos”, e incluso “que se ha volcado hacia la derecha”. La decisión del gobierno de no adoptar el término genocidio en la Asamblea General de las Naciones Unidas y su postura frente a la situación en Gaza en general; el presupuesto para la educación, su rechazo a gravar al 1% más rico de la sociedad, el sentimiento de que el gobierno se alejó del programa del Frente Amplio (FA), motivaron algunos de los principales reclamos volcados por los militantes.

La organización aprobará una declaración sobre la actividad, denominada “Frenteamplistas: tenemos que hablar”, con el objetivo de hacérsela llegar a Orsi, a la Mesa Política del FA, y su presidente, Fernando Pereira.

Varios de los oradores recordaron los inicios de la coalición de partidos de izquierda. Daniel Estevez, militante de hace más de 40 años, dueño de casa en la Coordinadora B, por la que ha sido delegado en el Plenario Nacional, remarcó que, como su espíritu fundacional, el FA “debe mantenerse como una fuerza antioligárquica y antiimperialista”. “Nosotros no nacimos como fuerza política de izquierda para administrar las crisis capitalistas. Nacimos para cambiar las estructuras sociales de nuestro país a favor de los trabajadores y de las grandes mayorías”, tarea que sigue pendiente, apuntó Estevez, y aseveró que “el gobierno de Yamandú Orsi debe ser el gobierno del Frente Amplio”: “La autoridad del presidente emana del más del millón de frenteamplistas que lo votamos y cesa ante nuestra presencia soberana”.

Foto: Diego Vila

Esteban Pérez, exdiputado por el Movimiento de Participación Popular (MPP) –alejado de ese sector desde 2012–, en la misma línea, señaló que lo que juntó a la militancia frenteamplista fue un partido “antioligárquico y antiimperialista”. Sin embargo, “hoy, parece que cobrar el 1% a la oligarquía nos da… capaz que se enojan, que se ponen en medio”. Pérez recordó que su distanciamiento del MPP se debió a la renovación de la presencia de tropas uruguayas en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití, “cuando en el punto 41 de nuestro programa decía que nos íbamos a retirar”. De nuevo, “hoy renovamos tropas en el Congo”, cuestionó. “No estamos pacificando, estamos frenando a movimientos de liberación, estamos frenando a quienes quieren impedir que se estén llevando los metales raros; estamos siendo aliados del imperialismo, nos guste o no”, aseveró el militante, quien no omitió mencionar “el ingreso por el costado” de marinos estadounidenses sin aval del Parlamento ni el despliegue militar de Estados Unidos en el caribe venezolano. Sobre esta última situación, criticó que el gobierno no haya sido capaz “de hacer, ni siquiera, una guiñada al pueblo venezolano”.

“Nuestros golpes de estados en toda América Latina se gestaron formados en las escuelas de las Américas, en la base de Panamá de Estados Unidos”, apuntó Pérez, quien resumió: “Nos estamos pegando un tiro en el pie”, y pidió que cobre fuerza “el planteo de soberanía y antiimperialismo”.

“Si hay algo que tendría que preguntarle al Frente Amplio sería qué nos pasó, qué nos pasó para llegar a este momento de indefinición y de complicidad con el genocidio”, dijo una militante llamada María, quien abordó las “señales muy negativas” del gobierno sobre Palestina; y repasó cronológicamente algunos de los dictámenes puestos sobre la mesa desde el ámbito jurídico internacional sobre las acciones de Israel en Gaza, como los de la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional, así como las resoluciones e informes de la relatoría especial de las Naciones Unidas sobre los territorios palestinos.

“El gobierno se resiste a condenar debidamente el genocidio que realiza Israel en Palestina y lo califica como guerra, tragedia o conflicto. La tibieza de los comunicados demuestra una subordinación impropia de una fuerza de izquierda y ni siquiera cumple las disposiciones de la Organización de Naciones Unidas”, aseveró la militante Karina Sosa, quien leyó una declaración de un grupo de autoconvocados a la militancia.

Foto: Diego Vila

El escritor Enrique Ortega Salinas, uno de los impulsores de la actividad, reclamó por la ausencia en ella de “dirigentes dispuestos a venir a escuchar”. Reconoció que el encuentro motivado por la disconformidad con el gobierno “ha provocado algunos resquemores”. A quienes critican, respondió: “Los frenteamplistas de izquierda damos la cara y no tenemos por qué andar cuchicheando por los rincones. Vamos a defender al gobierno con uñas y dientes cuando haga las cosas bien. Hemos sido los primeros, nadie nos puede decir lo contrario. Pero vamos a criticarlo y el pueblo se va a enterar de que estamos disconformes. ¿Cuál es el problema? Orgullo tendría que tener el Frente Amplio de que esté aquí la militancia para decir lo que considera que es erróneo”.

Ortega afirmó que la política exterior y económica del gobierno “no nos representa en lo más mínimo”. Si bien, “también somos conscientes de que el gobierno tiene en las manos una herencia maldita”, afirmó, consideró que hay que “redefinir las prioridades como nación”. En ese sentido, señaló: “No podemos seguir pensando en la guerra. Pagamos 600 millones de dólares el año pasado para mantener unas Fuerzas Armadas totalmente desproporcionadas, sin contar lo de la caja militar”.

El diálogo social “viene sesgado”

Nathalie Barbé, vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social e integrante del Secretariado Ejecutivo de PIT-CNT. Por este último rol, mencionó que la central sindical está “atravesando una situación muy embromada de no ser recibidos los trabajadores por el presidente”, quien si recibe a las empresas. “Cuando nos olvidamos de a quién realmente representamos, el pueblo se desilusiona demasiado”, dijo y aludió a la situación del pueblo argentino. Barbé, quien representa al PIT-CNT en el diálogo sobre protección y seguridad social convocado por el gobierno, lamentó que este –“que iba a ser de consenso, donde se iban a escuchar todas las voces” para reflejarlas en “una reforma de seguridad social para tirar para atrás lo más nefasto de la reforma del gobierno de [Luis] Lacalle Pou”– “viene sesgado”, porque su coordinador, el asesor de la oficina de Planeamiento y Presupuesto, Hugo Bai, planteó que “se está evaluando bajar los costos de las comisiones de las AFAP”.

En el marco del diálogo social, el 16 de octubre tendrá lugar el primer seminario “para repensar el régimen de jubilaciones y pensiones”. Barbé cuestionó que uno de los expositores será Rodolfo Saldain, expresidente de la Comisión de Expertos en Seguridad Social y principal artífice de la reforma jubilatoria aprobada en este período de gobierno. “Nosotros mismos traemos los muertos del gobierno anterior, que nos reventó nuestra seguridad social, a hablar de seguridad social”, aseveró. Añadió que, como expositora contraria estará la presidenta del Banco de Previsión Social, “expresidenta de República AFAP e integrante de los 111 economistas que atacaron nuestro plebiscito”, criticó, y preguntó: “¿En qué parte del seminario nos muestra este gobierno una seguridad social 100% pública y sin AFAP?”.

Foto: Diego Vila

Barbé llamó hacia el final de su oratoria a “exigir el 1% al 1% más rico” y a revivir la frase, “que parece que la dejaron guardada en un cajón”, de que “el que tiene más, pague más”. La dirigente aseveró que no pueden permitir que los legisladores oficialistas defiendan a los empresarios: “Tenemos que exigirle que ese 1% se grave para poder cubrir esos niños y esas infancias que tanto les preocupaba mientras estábamos en el plebiscito”, apuntó, y acotó, “que se hagan cargo, que le graven el 1% a los malla oro y que empiecen un camino de finalización del hambre”.

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