Con la presencia del presidente Yamandú Orsi y la vicepresidenta Carolina Cosse, entre otras autoridades del gobierno nacional, este viernes se llevó a cabo un acto por el 195° aniversario de la Jura de la Constitución, justamente, en la plaza Constitución de Ciudad Vieja.
Previo al desfile militar, que tuvo a continuación otro desfile de aparcerías y caballerías gauchas, brindó un discurso en nombre del gobierno nacional el ministro de Relaciones Exteriores, Mario Lubetkin.
En su discurso, Lubetkin expresó que en el nuevo aniversario “nos convoca la voluntad de un pueblo que hace 195 años, frente al cabildo, se dio a sí misma una Constitución”. Era “una república naciente, pequeña comparativamente en territorio del continente, pero inmensa en valores, porque desde aquel día firmábamos nuestro lugar en el concierto de las naciones con un mensaje claro: libertad, independencia, derecho y soberanía”.
El canciller afirmó que aquel 18 de julio de 1830 “no fue sólo un acto jurídico”, sino que “fue un gesto fundacional, un contrato colectivo que nos dio forma como nación, porque el Estado Oriental nace a partir de la definición del destino de nuestro territorio y, por lo tanto, es una fusión de avatares económicos, militares y diplomáticos”.
“Para Uruguay, el rol de la cancillería internacional viene de la génesis. Allí se afirmaron los valores que aún hoy nos definen. La democracia, la república, el apego al derecho, la paz, el diálogo, el respeto por las instituciones y la convicción de que el poder nace del pueblo y se ejerce en su nombre y en su beneficio”, expresó Lubetkin.
El canciller dijo que “la jura de la primera Constitución, acto fundacional que nos dio forma, nombre y rumbo”, fue “la piedra angular de nuestra convivencia, el punto de partida de un camino republicano que con tropiezos y grandezas, con luchas y acuerdos, seguimos recorriendo hasta el día de hoy”.
En otro tramo de su discurso, el ministro de Relaciones Exteriores sostuvo que “el 18 de julio de 1830 se selló un compromiso: el de vivir bajo normas comunes, con poderes limitados por la ley, con ciudadanos iguales ante el derecho, con la promesa de que el poder no sería de uno solo, sino que sería de todos”. Por eso, agregó, “la democracia y el estado de derecho no han sido para nosotros una opción circunstancial, sino una vocación permanente”.
“Uruguay cuidó a la Constitución y la Constitución cuidó al Uruguay”, manifestó Lubetkin. “Una Constitución que no es un texto. Es una forma de vivir juntos. Es el espejo donde nos miramos como sociedad. Es la promesa que nos hacemos de cuidar el uno con el otro, incluso a partir de la diferencia. Es el anhelo de justicia, de trabajo, de educación, de seguridad, de paz. Es también la conciencia de nuestros derechos y deberes y el deber ineludible de poder honrarlos”, expresó.
El canciller concluyó su discurso afirmando que la Constitución “no es pasado”, sino “promesa”, y afirmó que “la república no es un rito”, sino “un proyecto común”. “La libertad no es un regalo, es una conquista permanente. Esto es y será el mayor homenaje a quienes nos legaron nuestra Constitución, un 18 de julio como hoy”, manifestó.