Cada 17 de julio se conmemora en Uruguay el Día Nacional de Prevención del Suicidio, que se convierte en una buena excusa para hablar de un tema que no es abordado por los medios de comunicación ni en conversaciones cotidianas de manera proporcional al gran peso que tiene en nuestra sociedad. En 2017 se suicidaron 686 personas; el número de fallecidos es levemente inferior al de 2016, pero continúa siendo alto respecto de años anteriores. La tasa de suicidio de 2017 se ubicó en 19,64 cada 100.000 habitantes; de acuerdo a los datos de la Asociación Internacional de Prevención para el Suicidio, el promedio mundial es de 11,5 cada 100.000 habitantes, explicó a la prensa Ariel Montalbán, director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (MSP). La mayoría de quienes se suicidan son varones (80,6%) y si bien muchos tienen más de 60 años, Montalbán comentó que hay “un desplazamiento hacia edades más tempranas”, y una tendencia ascendente en la franja etaria de entre 14 y 19 años.
Interinstitucionalidad
En la apertura de la conferencia de prensa, los ministros de Salud Pública, Jorge Basso, de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, y del Interior, Eduardo Bonomi, dieron cuenta de la estrategia interinstitucional en la que se trabaja desde 2011 con el fin de atacar este problema que es multicausal, pero evitable. Muñoz habló del rol de su cartera para asegurar el acceso a la educación y la cultura, porque fomentan la creatividad, el trabajo colectivo y la solidaridad, al tiempo de dar herramientas para combatir el estigma que pesa sobre las problemáticas de salud mental, señaló. Dio cuenta, también, de talleres con docentes y estudiantes de secundaria y del concurso “La primera ayuda podés ser vos”, que volverá a lanzarse.
Bonomi dijo que el suicidio es un delito –aunque en verdad no lo es; según el Código Penal, es delito determinar a otro al suicidio o ayudar a cometerlo–, y comparó la exposición mediática que tiene este tipo de muertes con las ocurridas por homicidios y siniestros de tránsito. Puntualizó que en 2017 la tasa de homicidios fue de 8,1 cada 100.000 habitantes y las muertes por accidentes de 13,4 cada 100.000. Bonomi valoró que la difusión de estas muertes contribuye a su incremento, mientras que desde hace muchos años que el MSP, organismos internacionales y la academia promueven hablar del tema para ayudar a prevenirlo. Sí fue acertada su intervención al referirse a la necesidad de bajar la “cultura de la violencia” –presente en los tres tipos de muerte– y al reforzar la idea de que un vecino, un amigo o un compañero de trabajo pueden ayudar a evitar un suicidio.
Factores
De protección:
Capacidad de afrontar situaciones de estrés.
Poseer sistema de creencias / espiritualidad.
Vinculación afectiva a colectivo social.
Capacidad de establecer relaciones positivas, implicarse en proyectos colectivos constructivos.
De riesgo:
Intentos previos, conductas autolesivas, de riesgo, autodestructivas.
Antecedentes de trastornos psiquiátricos.
Síntomas de alerta:
Anhedonia (pérdida de interés en casi cualquier actividad), impulsividad, desesperanza, ansiedad/ pánico, insomnio, alucinaciones.
Fuente: Dirección de Salud Mental y Poblaciones Vulnerables de ASSE.
Basso destacó la implementación de la línea telefónica de prevención del suicidio; la inclusión de este tema, desde 2011, en las prestaciones de salud mental que tienen que dar las instituciones de salud; la implementación del registro y la notificación obligatoria de los intentos de autoeliminación que deben hacer las instituciones de salud, que incluye hacer un seguimiento de la persona durante seis meses, momento en que corre mayor riesgo de repetir el intento. Hace al menos ocho años que el MSP está anunciando los resultados que dará esta estrategia, implementada en 2013, pero hasta ahora no se ha presentado la información. Consultado por la diaria, Montalbán respondió que el MSP procesó los datos y desde 2017 están trabajando con la unidad de Fiscalización del MSP para apuntalar su cumplimiento.
Línea de vida
El lunes la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) tomó las riendas de la línea de atención telefónica de prevención del suicidio. Había comenzado a desarrollarla en marzo, bajo la conducción de la Dirección de Asuntos Sociales del MI; esa fue una solución transitoria, que continuó la iniciativa de la organización no gubernamental Último Recurso, que por falta de financiamiento no logró sostener más tiempo la atención. La nueva línea funciona ahora bajo la órbita del Portal Amarillo; cuenta con 12 funcionarios, nueve de ellos son psicólogos y los otros tres tenían experiencia en la atención de la línea telefónica del Portal Amarillo, comentaron ayer Héctor Suárez y Juan Triaca, de la Dirección de Salud Mental de ASSE. Al igual que se hizo durante estos tres meses, según el nivel de riesgo que atraviesa la persona que llama, los funcionarios coordinan el apoyo del 911, de emergencias móviles o establecen una coordinación con la institución de salud en la que se atiende la persona, para que se ocupen del abordaje y seguimiento. El equipo del MI está instruyendo al que tomó la posta; Gabriela Maidana, del MI, comentó que es fundamental el encuentro, la contención, la catarsis y la verbalización del problema; que muchas personas necesitan ser escuchadas y que terminan las llamadas con una sonrisa; en otros casos, se implementaron rescates exitosos. En mayo y en junio recibieron un promedio de 450 llamadas mensuales.
Línea de Vida Prevención del Suicidio: 0800 0767 (SOS) *0767 desde Antel y Movistar. Atiende las 24 horas los 365 días del año a cualquier persona de cualquier punto del país.
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