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Acondicionamiento del nuevo local de Radio Vilardevoz, en la Ciudad Vieja.

Foto: Federico Gutiérrez

En su 24º aniversario, Radio Vilardevoz estrena un nuevo espacio en la Ciudad Vieja

7 minutos de lectura
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Fue adquirido en el marco del programa Fincas Abandonadas de la IM y será compartido con otra radio comunitaria.

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Leído por Abril Mederos.
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El espacio, que se encuentra en la esquina de Ituzaingó y la rambla 25 de Agosto, ya luce habitado. Está limpio, en buenas condiciones y huele a barniz fresco. El sol entra por todas las ventanas; la vista hacia el exterior es amplia, se puede ver un espacio verde y el puerto. Para acceder al local, Radio Vilardevoz presentó un proyecto al Programa de Fincas Abandonadas de la Intendencia de Montevideo (IM). “Este programa recupera espacios abandonados de la ciudad para cederlos a organizaciones que los necesitan”, contó a la diaria la psicóloga Cecilia Baroni, integrante de la radio Vilardevoz.

El espacio fue asignado para compartir con Contonia FM, otra radio comunitaria, que hasta el momento funciona en un CAIF de la Ciudad Vieja. “Vamos a ver cómo nos organizamos para cohabitar el espacio, tal vez surja una radio nueva de las dos, todavía no lo sabemos”, dijo Baroni sobre la futura convivencia. El contrato del local es por lo que resta de la gestión actual de la IM y luego hay que renovarlo con cada nueva gestión de gobierno, ya que se adquirió en modalidad de concesión.

En 2020 las dos radios se enteraron de que este local sería para ellas, pero las llaves las recibieron recién el mes pasado, el 21 de octubre. En este tiempo, la IM se encargó de hacer varios arreglos, entre ellos la reestructuración del baño, que ahora luce como nuevo. Quedaron algunos detalles para solucionar que están siendo resueltos por los integrantes de la radio, como pasar aguarrás en las paredes y pintar los marcos de las ventanas.

Sobre un pequeño fogón hay cajitas de remedios pintadas de colores que simulan edificios: “Es para que cada uno de nosotros, sobre todo quienes no tienen un hogar, pueda elegir una cajita y sienta que acá están todas, porque este espacio es para que lo habitemos juntos y tengamos dónde venir, es un espacio para pertenecer”, cuenta a la diaria Natalia Caffera, una de las integrantes de la radio.

El recorrido

“Este mes, además de la adquisición del local, estamos celebrando que Radio Vilardevoz cumple 24 años”, comentó Baroni. “Surgimos en 1997 como un taller de radio, que enseguida empezó a producir contenidos que después salían en grabaciones por casete, que emitían otras radios. En ese momento, hacer un proyecto de radio en el hospital Vilardebó estaba entre lo novedoso y el miedo de que el contenido se centrara sólo en denuncias de los pacientes”, recordó. Enumeró varios hitos en la historia de Vilardevoz, como la participación en el primer censo de radios comunitarias, en 2008, y la lucha por la aprobación de Ley de Medios, a partir de 2010. También contó que cuando les otorgaron la frecuencia, Lizardo Valdez, quien recién había asumido la dirección del Vilardebó, destinó presupuesto para diseñar el estudio de lo que hoy es el local de la radio, que funciona en el centro diurno del hospital.

“El miedo de que el espacio de la radio se usara únicamente para denuncias quedó atrás, nuestro recorrido es la prueba de que el espacio nos ha servido para visibilizar qué pasa con la salud mental en Uruguay, con las políticas de desarrollo social, y para muchas cosas más”, reflexionó Baroni. La programación de la radio “es muy variada”, destacó. El programa central sale todos los sábados. Incluye entrevistas, poesía, programas institucionales, la clásica mesa de bienvenida de Radio Vilardevoz, otra mesa de noticias, y además se producen noticias propias que surgen de coberturas y microprogramas, como Semáforo feminista, que trata todo lo que tiene que ver con las noticias de la semana. En ese espacio se emite, también, Laberinto musical, al que concurren músicos y se comparte música uruguaya. Cada 15 días cuenta con un ciclo de entrevistas centrales que suelen ser a políticos y a integrantes de organizaciones relacionadas con la salud integral.

Sobre los participantes del programa, la psicóloga dijo que “participa todo el que quiere”: “Cada uno le va dando su particularidad y se construyen esas cuatro horas de salida cada semana, los sábados”, contó Baroni. “Todos los que participan en algún momento han estado atravesados por el hospital, sea por internación o por algún tipo de tratamiento; es muy lindo verlos desde otros roles y desde otra perspectiva, no sólo como pacientes”, valoró.

Para la psicóloga, más que un programa de radio, el espacio es “un dispositivo alternativo en el tratamiento de la salud mental, en el que los participantes de los programas pueden ir desarrollando habilidades comunicacionales y a su vez hacerlo en conjunto”. “La idea es que muchas cosas que los pacientes sueñan las vayan haciendo realidad, porque proponer, pero sobre todo concretar es no quedar en el lugar que la sociedad les asigna a los locos”, señaló.

Durante buena parte de la pandemia, el hospital no permitió que las personas recibieran visitas y tampoco se podía hacer actividades. “Fue un momento difícil”, recordó Baroni. Agregó que el hospital perdió el contacto con el afuera y que los pacientes quedaron aislados; durante ese tiempo la radio “sí fue un medio de denuncia”. Mencionó además que lograron continuar en actividad fuera del hospital, gracias a que la Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar) les prestó un salón para hacer actividades grupales.

Un nuevo comienzo

Arriba de una escalera, con túnica blanca y un guante en la mano para que no le toque la piel un producto antihongos que le está aplicando a la pared, está Mario Vallejo, más conocido como Willy, integrante de Radio Vilardevoz desde hace diez años. “Mi programa se llama Lavandería china, en ese espacio comparto música de mi agrado y también leo poemas de producción propia, ya que soy escritor y músico”, contó Willy a la diaria. “Lo que más valoro de este nuevo espacio es lo que significa para todos nosotros, la alegría de tener un lugar al que podemos venir libremente, a la hora que sea posible, algo que se siente como propio”, expresó.

Los integrantes de Vilardevoz empezaron a barajar la posibilidad de contar con un nuevo local en 2020, mientras estuvieron suspendidas las emisiones de la radio, pero también al considerar la Ley de Salud Mental, que plantea el cierre del hospital Vilardebó para 2025. En ese momento fue que se presentaron al programa de la IM. “Al principio era para solucionar problemas de vivienda de algunos compañeros y gestar una especie de centro sociocultural, en esa búsqueda es que la IM encontró esa esquina, para compartir con Contonia, que también justo había pedido un espacio”, detalló Baroni sobre el proceso. “La idea de la intendencia al funcionar las dos radios acá también es que la Ciudad Vieja tenga un espacio de medios de comunicación alternativos y hacer solidaridad entre colectivos, fusionarnos”, dijo en cuanto a la ubicación del espacio. “Parte de la salud mental se dirime en la vida cotidiana y en lo que se hace para poder soportar el día a día, las propuestas son parte de profundizar en la desmanicomialización y la desinstitucionalización e ir aportando y ser protagonistas de un barrio, una cultura”, reflexionó.

Sobre las diferencias con el espacio que habitan en el hospital y los cambios que vendrán la psicóloga dijo que lo novedoso es que el nuevo local “va a ser autogestionado por personas que socialmente están puestas en un lugar en el que parece que no pueden hacer nada, y no es así, porque los locos pueden mucho más que sólo recibir asistencia, y es por eso que estas propuestas son parte de profundizar en la desmanicomialización y la desinstitucionalización e ir aportando y ser protagonistas de un barrio, una cultura”, remarcó, y agregó que “es muy importante que un discurso que ha sido históricamente silenciado o puesto solamente desde un lugar en este caso toma otro sentido y es un discurso más que se pone a jugar desde el lugar de ser un medio pero, como si fuera poco, además se cubre una de las necesidades que se le planteaban a la intendencia a la hora de postularnos, y es la necesidad de una solución para los compañeros que duermen en refugios, que durante el día no tienen dónde estar o dónde achicar”. Por ahora continuarán transmitiendo desde el hospital, “mientras esté abierto”, acotó Baroni.

Sobre la gestión del nuevo local, contó que gran parte de poder gestionarlo y de que sea posible el funcionamiento del espacio es gracias a que la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio de la Udelar financió, por 2020 y 2021, el proyecto “Una trayectoria hacia la creación de dispositivos sustitutivos al manicomio (habitacionales y sociolaborales) desde una perspectiva integral y de derechos humanos en salud mental”, que en buena medida se basa en colaborar con Vilardevoz y su funcionamiento.

Por último, expresó que “lo que está ocurriendo ahora con la radio es lo que pretendemos para el nuevo abordaje de la salud mental, que es involucrarnos todos en todo, por ejemplo, yo soy psicóloga y aprendí a hacer radio a la par de todos los compañeros; cuando estas cosas se concretan, sentimos responsabilidad, pero mucha satisfacción”.

Rehabitar la ciudad

“La entrega del nuevo local a Radio Vilardevoz está enmarcada en un proceso que se lleva adelante en el proyecto de recuperación de fincas abandonadas”, explicó a la diaria Silvana Pissano, alcaldesa del Municipio B. Detalló que este proyecto tiene dos grandes categorías: una vinculada al uso habitacional, como es el caso de viviendas para mujeres con hijos en situación de calle, y otra “basada en usos cívicos”, que es la que conforma la radio. “La idea de las radios aquí en la Ciudad Vieja viene enmarcada en un lema de comunicación alternativa y comunitaria”, dijo Pissano, y agregó que darle espacio a Vilardevoz tiene una vinculación, además, con la desmanicomialización que propone la Ley de Salud Mental, que “coloca a toda la sociedad como un gran desafío conjunto en la convivencia urbana”, dijo. “Cuando les dimos las llaves del lugar la gente ya nos decía que en vez de Ciudad Vieja va a pasar a llamarse Ciudad Loca”, bromeó, y remató diciendo que “es una convivencia linda y significativa”.

El proyecto de recuperación de las fincas es asumido por el Municipio B como “un modelo de barrio, ciudad y sociedad” que plantea otra manera de habitar: “inclusiva”, señaló Pissano, y acotó que todavía hay 118 fincas abandonadas en la Ciudad Vieja, que permanecen en ese estado “por múltiples motivos”, pero que ya se están “recuperando y gestionando para entregar a diferentes organizaciones y colectivos”. “Lleva tiempo, no es de un día para el otro”, aclaró.

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