Un estudio reciente de la Facultad de Odontología de la Universidad de la República evaluó la “prevalencia, extensión y severidad” de caries en niños de cinco años de Montevideo que asisten a escuelas públicas y privadas, y concluyó que las caries de la primera infancia son “una de las enfermedades más prevalentes” de la niñez. Se evaluó la afección a los cinco años porque según la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta es la edad índice para determinar el estado de salud “de la dentición primaria”.
El estudio, al que accedió la diaria, se realizó en un muestreo que abarcó 20 escuelas públicas y 18 privadas seleccionadas al azar dentro de 270 instituciones. Además, se invitó a participar a 20 niños más que asistían a otras escuelas, también seleccionados al azar. Los datos se recogieron de un examen clínico bucal que se realizó en los centros educativos y a partir de un cuestionario. Los detalles sobre antecedentes médicos de los escolares, datos socioeconómicos y demográficos, hábitos alimenticios y otros fueron completados por sus padres o tutores responsables.
Se examinó a 614 preescolares, de los cuales 317 asistían a escuelas públicas y 297 a escuelas privadas. De ese total, 572 “declararon un consumo diario de refrescos” y “más de 95% declararon usar pasta fluorada”. El análisis preliminar sobre la relación entre las caries y las variables sociodemográficas, alimenticias y de salud bucal mostró que la prevalencia general fue de 70%, pero “difirió significativamente” entre los grupos.
Los niños que asistían a escuelas públicas, de índice socioeconómico bajo y nivel educativo materno primario, mostraron un nivel de caries mucho más elevado que el resto. A su vez, los niños con estas características –que, además, se cepillaban los dientes “menos de dos veces al día y consumían refrescos diariamente”– tenían un número de superficies afectadas por las caries “significativamente mayor”. En tanto, las lesiones de caries “cavitadas no tratadas” fueron las más prevalentes y sólo “14% del total presentó lesiones iniciales”.
El estudio agrega que la alta prevalencia y extensión de caries en esta población no es distinta a la reportada en otros países sudamericanos. Mientras la prevalencia de caries en niños de cinco años a nivel global “oscila entre el 22% y el 90%”, dos tercios de los estudios realizados en la región en el último tiempo reportaron “una prevalencia mayor al 50%” y mostraron que se trata de la condición no tratada “más frecuente”. Como en Uruguay, la distribución es desigual en las poblaciones y hay “una polarización que afecta en mayor medida a los grupos de población más vulnerables”.
La carie dental es una enfermedad multifactorial y no transmisible que se determina por factores biológicos, conductuales, psicosociales y ambientales. En la actualidad es una enfermedad mayoritariamente azúcar-dependiente. Se sabe que en las últimas décadas las bebidas azucaradas son un componente importante de la ingesta total de azúcares, especialmente en niños y adolescentes, y esta conducta, adjunta a otras, “aumenta sustancialmente el riesgo de desarrollar caries”. A su vez, algunos estudios que evalúan la relación entre el sexo y las caries han informado una “mayor prevalencia de caries entre las mujeres”.
En sus conclusiones, el estudio agrega que si bien desde 2008 el Ministerio de Salud Pública (MSP) estableció que tanto los niños como las embarazadas fuesen la “población prioritaria” para el cuidado de la salud bucal, “esas políticas no han sido implementadas”, lo que “explicaría los resultados obtenidos”. Además, la política se estableció con fines “diagnósticos” pero no estuvo acompañada de estrategias.
Fluorosis dental
La Facultad de Odontología comenzó otro estudio relacionado a la salud bucal de niños en edad escolar. En este caso es un proyecto que busca evaluar el nivel de flúor en el agua y se está realizando en conjunto con la Universidad de Durango, en México. En diálogo con la diaria, Ronell Bologna, catedrático del área de Patología Molecular de la facultad, explicó que la financiación está a cargo de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional y el objetivo es abordar “un problema que es común para ambos países”.
En concreto, lo que se busca indagar es la fluorosis dental, dado que en “varias zonas” de Uruguay y México hay mayor concentración de fluoruro en los suelos, que contaminan el agua y hacen que llegue a la población con “excedente” del mineral. Cuando el componente excede el valor “normal, que se ubica entre 0,5 y 1,5 partes por millón”, se produce una intoxicación que en la salud bucal se denomina fluorosis dental y produce “desmineralización”, lo cual afecta al esmalte de las piezas y las células no lo producen de forma correcta. Eso hace que sea un diente quebradizo y poroso.
Bologna agregó que esta es “una de las tantas manifestaciones del flúor”, que afecta de forma sistémica “a todo el organismo”; por ejemplo, riñones, páncreas y sistema nervioso. De todas maneras, la investigación se centró sólo en cómo afecta el exceso en los dientes.
La medición se realizó a través de las uñas, “que es donde se deposita el flúor” y allí se puede medir toda la exposición, no sólo la más reciente. El sentido está en que si se mide el nivel en el agua y no presenta exceso, el análisis de las uñas arrojará si hay exposición al flúor a través de otros medios, por ejemplo, pastas dentales fluoradas, sales o distintos alimentos.
A su vez, se analizan las uñas de los niños porque “están en etapa de desarrollo dental” y la exposición al flúor puede afectar el desarrollo de los dientes, es decir, que si se analiza ahora y el exceso se detecta a tiempo se puede prevenir la enfermedad. En cuanto a las regiones seleccionadas para el análisis, Bologna explicó que si bien en el caso de México “ya se sabe” que en Durango hay determinadas zonas que tienen exceso de flúor y por eso el estudio se está realizando allí, en Uruguay no es tan claro. Por eso, se están visitando distintas zonas que en estudios anteriores fueron reportadas como regiones con significativos niveles de flúor o con alta prevalencia de fluorosis dental.
En este momento, tanto en México como en Uruguay se está realizando la primera fase de la investigación, que consiste en explicar a los niños, sus familias y los docentes de las escuelas el proceso de recolección de muestras, además de obtener el conocimiento informado de quienes participan en el muestreo. Luego, se tomarán muestras de las uñas de las manos con 15 días de crecimiento y se llevarán a la facultad, donde se extraerá y se medirá el flúor. También se tomarán fotografías de las piezas dentales para determinar si hay una correlación entre lo visual y los niveles detectados. Está previsto que el proyecto culmine entre julio y agosto de 2024.
Por último, el investigador adelantó que otro de los motivos por los cuales se definió llevar adelante el estudio en Uruguay responde a que la investigación antecede a la creación de un observatorio nacional a la exposición del flúor, que, junto a datos concretos, permitirá que el MSP elabore políticas puntuales para disminuir la concentración en algunos productos y así acompañar el descenso de las afecciones más recurrentes.