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Trabajador frutícola de Artigas (archivo, enero de 2014).

Foto: Sandro Pereyra

Hortifruticultura es el rubro con mayores niveles de empleo por hectárea

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BCU y MGAP estimaron empleo y las remuneraciones en el sector agropecuario y forestal.

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Encargadas por el Banco Central del Uruguay (BCU), la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA) presentó sus estimaciones de empleo y remuneraciones en el sector agropecuario. Si bien la ganadería es la actividad que genera mayor cantidad de puestos de trabajo, se clasifica como la menos intensiva en mano de obra. En tanto, la hortifruticultura, que ocupa algo menos de 30.000 personas, es el rubro que registra mayores coeficientes de empleo por hectárea y más empleo zafral.

En el marco del proyecto de actualización de las cuentas nacionales que lleva a cabo la autoridad monetaria, la OPYPA colaboró con la estimación del empleo y las remuneraciones en los sectores agropecuario y forestal. Coordinado por María Noel Ackermann y Ángela Cortelezzi, ambas técnicas de la oficina del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), se hizo un análisis crítico de las distintas fuentes de datos relacionadas con el empleo en el sector agropecuario, que se cotejaron y conciliaron para lograr una desagregación que permitió construir matrices de empleo y remuneraciones para los distintos rubros agropecuarios y por categorías ocupacionales: ocupados dependientes e independientes, remunerados y no remunerados.

Las fuentes utilizadas fueron: la Encuesta Continua de Hogares de cobertura nacional, que elabora y divulga el Instituto Nacional de Estadística; el Censo General Agropecuario de 2011, que distingue las actividades productivas a las que se dedican los establecimientos agropecuarios; el Banco de Previsión Social, y otras, como la Encuesta Lechera de 2014, la Encuesta Ganadera de 2016 y las arroceras anuales de la Oficina de Estadísticas Agropecuarias de la cartera, que permitieron cuantificar los dependientes y patrones, clasificados por rubro.

Las técnicas también estimaron los coeficientes de empleo resultantes de estructuras de costos para rubros hortifrutícolas, para los cuales se consideraron las horas de mano de obra contratada por hectárea (permanentes y zafrales) durante un año, bajo cierta tecnología de producción (estimaciones de la Dirección General de la Granja), para transformarlos luego en “puestos equivalentes”.

Los datos muestran que en la lechería hay unos 14.500 trabajadores ocupados en el sector primario, de los cuales 6.500 son asalariados y los restantes 8.000 son los titulares de los predios y trabajadores familiares relacionados con los cuentapropistas, lo cual, en un total de 704.000 hectáreas, implica un coeficiente de empleo de 0,02 personas por hectárea.

En el sector arrocero se estima un empleo de 3.000 puestos directos, con una trayectoria “descendente” en el tiempo. Según el análisis, aproximadamente 93% correspondió a puestos permanentes y el resto a zafrales. En tanto, la superficie cultivada en las zafras promedia las 167.000 hectáreas, lo que determina un total de trabajadores del orden de 0,02 puestos por hectárea.

La ganadería es el sector que registra mayor participación en el empleo sectorial, con 58.000 puestos de trabajo, de los cuales algo más de la mitad son asalariados; esto revela un dato particular que lo diferencia del resto de los sectores: la predominancia relativa de patrones y asalariados sobre los ocupados familiares. Dado que la ganadería ocupa un total de 12.440.107 hectáreas, el coeficiente de trabajadores por hectárea es de 0,005.

Las autoras estimaron para los rubros hortícolas un coeficiente de empleo de entre 0,1 y 4,3 –en promedio, menos intensivas en mano de obra las producciones a campo respecto de las realizadas “bajo protección”– y 0,3 y 0,5 en el caso de los frutales de hoja caduca. En lo que refiere al sector citrícola, se determinó un coeficiente de 0,3 puestos equivalente por hectárea en la fase de producción. Por su parte, los datos de ocupados en arándanos, uva para vino y olivos se reconstruyó a partir de distintas fuentes de información e instituciones vinculadas con el sector y dio coeficientes de algo más de 3, 0,7 y 0,06 puestos equivalentes por hectárea, en cada caso.

Las autoras concluyen que el arroz, la fruticultura y la caña de azúcar registran una alta participación de asalariados en el total de puestos de trabajo, mientras que en el resto de los rubros, si bien los asalariados representan una proporción importante, pierden peso respecto del resto de los sectores de la economía y ganan participación otras categorías, como los patrones y los cuentapropistas y el trabajo familiar.

El análisis de la zafralidad, en particular, evidencia que la hortifruticultura es la actividad más intensiva en mano de obra, seguida por la lechería y la agricultura –en particular, el arroz–, mientras que la ganadería es la actividad con menor demanda de empleo zafral por unidad de superficie. Según Ackermann y Cortelezzi, los coeficientes de empleo por hectárea son “razonables” en términos generales.

Informalidades

Un análisis de las cifras de informalidad en el sector agropecuario muestra que en el sector primario, en términos generales, son los patrones quienes presentan mayores niveles de informalidad. La forestación, con 47%, es el rubro con mayores niveles de incumplimiento en este sentido, lo que se debe, en particular, a que 88% de los patrones y los cuentapropistas no se encuentran registrados, mientras que entre los asalariados la cifra entra en el promedio: 25%. Entre los patrones, también llama la atención la cría de suinos, aves y otros, con niveles de 57%. En horticultura, con 37% –aunque en este rubro casi la mitad de los asalariados son informales–. Y 27% en citricultura, viticultura y otros frutales. El sector arrocero, por el contrario, se destaca por los bajos niveles de informalidad: 7% entre trabajadores y 5% entre patrones. También llaman la atención los altos niveles en los servicios ganaderos: 65% entre trabajadores y 86% entre patrones, y en la pesca: 35% y 87% en cada caso. Asimismo, se destaca que dos tercios de los patrones en servicios agrícolas están en condiciones de informalidad.

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